Tokyo 4ª Generación 8: La Cuestión de Padres y Madres


Durante el verano, nuestros niños mágicos se fueron con sus familias, algunas mejores y otras peores. Incluso la madre de Ishara, normalmente más complicada, ¡mostró su cariño y amor por su hija! Pero el retorno a las clases vio los nuevos ajustes teniendo lugar y el reencuentro con historias y anécdotas veraniegas, pues algunos niños habían ido alborotándose un poco a medida que se iban haciendo mayores.

La clase A tuvo una nueva jefa de estudios, pues la Directora estaba ausente vigilando el futuro, así que una mega-espía llegó para enseñarles cosas. La Reina Hormiga, que era su nombre, y era una tipa dura que estaba muy centrada en su trabajo y no tanto en el trabajo con niños. Y a Nicerine le tocó ser la jefa de estudios de la Clase B, que la verdad es que lo tenían todo bien montado y se preocupaban de las cosas importantes como el bienestar de los niños, sus proyectos de futuro, el masaje... Mientras tanto, los de la clase A partiéndose unos a otros la cara con espadas enormes de metal azul por el tema ese de la guerra fea que se vendría en el futuro. ¡Qué asco! Pero al menos, por las noches podían juntarse todos después de cenar para montar el Club de Periodismo y otras cosas verdaderamente importantes para su educación.

Fue al día siguiente que la Clase A tuvo que lidiar con la preparación para el torneo contra la escuela de Osaka. Tokyo contra Osaka siempre era un duelo importante y los directores de la otra escuela estaban casi haciendo trampas para ver si podían vencer a Tokyo. ¡Ilusos! Pero sin duda, los niños tendrían que aliarse y trabajar bien en equipos de tres para enfrentarse a los equipos de Osaka. ¡Iba a ser un torneo que sería recordado para siempre! 

Mientras tanto, la clase B tenía sesión con el profesor Ryuji, que resultó ser una mala persona que trataba a su hijo Genji como un objeto cualquiera. ¡Era un niño de verdad debajo de toda la maquinaria! Por suerte, el Club de Detectives Secretos decidió cambiar eso y reconciliar a ambos, porque el amor de un padre es super importante para el bienestar de su hijo. Sin embargo, sería Ishara quien lo arreglaría de verdad cuando, entrando en los sueños del joven, fue capaz de transformar su cuerpo en uno orgánico en lo que él quería, ¡incluyendo su corazón! Y así, Genji dejó de ser un experimento de su malvado padre para ser un estudiante feliz y eso seguro que pronto ablandaría el corazoncito de Ryuji y todo saldría bien. Los clones son personas y tienen derechos, como demuestra Izumi continuamente, ¡y Genji no era menos!

Esa noche, a Kara se le ocurrió prestarle su espada a Kaneda, porque técnicamente contenía el alma de su madrastra, la primera esposa de su padre. ¡Y la espada se enfadó mucho cuando se enteró de que su marido se había vuelto a casar y estaba usando la secta para cosas malvadas! Aunque realmente era más su nueva esposa la que lo hacía. Y Ronin pudo aprender de eso que su espada también tenía un alma dentro, ¡que giro de guión! ¡Una madrastra buena y una madre mala, y otra espada con un espíritu!

Los meses de entrenamiento siguieron pasando e incluso Zorro vino de visita a dar clases a los niños y pistas a los del grupo A sobre la batalla contra Osaka. ¡Y fue un gran día! Todo estaba super rico, Genji era su primer día como niño normal, todo salía siempre bien, ¡fue genial! Pero con el paso de los meses llegó el invierno y los niños debieron separarse de nuevo. En las montañas nevadas, Zorro siguió teniendo conversaciones con la misteriosa figura de la kitsune, mientras las niñas que se quedaban en la escuela en navidad pudieron cenar con los reyes de aquel misterioso y fantástico reino y todos sus amigos. ¡Qué gran honor!

Pero, tal como les había advertido Zorro durante su visita, los estudiantes de Osaka llegaron a vivir esos meses de primavera con los de Tokyo, en preparación del torneo. ¡Cuanta tensión, especialmente con el Dragón Rojo!

Comentarios

Entradas populares de este blog

Un mundo de tinieblas

El poder de los nombres

Tiempo de Anatemas 27: La senda de la tinta y la sombra