La Corte Incompleta: el Polo de la Tierra

La Isla Bendita, el centro del mundo, y en ella la Ciudad Imperial con toda su majestuosidad. Los gloriosos palacios se distribuyen ligeros y hermosos bajo el sol suave que los hace brillar como joyas de todos los colores. Paredes de cristal pintado, altas estatuas en paseos y parques, tributos decorados desde el principio de los tiempos del Reino. Y entremezclados entre las estructuras bajas de los ricos y poderosos, las altas torres y los edificios amalgamados de los menos pudientes, compitiendo por cada metro edificable hasta crear calles tortuosas entre rascacielos masificados.

Yo lo llamo hogar, pero para quien no sepa navegar entre sus callejones puede ser un sitio peligroso, donde una sonrisa puede apuñalar con mayor eficacia que el cuchillo en tu espalda.

Toma esta calle por la que caminamos ahora como ejemplo. Ahí en la esquina un grupo de cristaleros tienen que responder ante las demandas de un Hijo del Dragón, sus ropajes rojos le marcan como descendiente del Fuego y los emblemas en sus ropas indican que pertenece a la Casa Cathak. Para alguien que no sepa como se mueven las cosas parecería un simple caso de extorsión a un mercader, pero aquellos que llevamos años viviendo aquí hemos visto el cambio en el juego desde la desaparición de su Majestad la Emperatriz Escarlata. Puede que estén sacando dinero de un mercader, pero los guerreros de la Casa Cathak probablemente están maniobrando para poner presión en los patrones de ese mercader, que los susurros en las sombras me han indicado que son los banqueros y prestamistas de la Casa Ragara. Ambas quieren el trono imperial ahora que la Emperatriz ha desaparecido, así que su mierda gotea desde los palacios a las calles. 

Ya os dije que es un terreno glorioso, pero peligroso. Uno donde las reglas del juego no son estables, y las alianzas cambian bajo nuestros pies como arena movediza. Genial para los que si sabemos tener nuestros oídos en los sitios adecuados, da un montón de oportunidades.

Por ejemplo, los cristaleros a los que está extorsionando ese Hijo del Dragón de Fuego han pagado hace poco de su bolsillo la renovación de las ventanas del ala este del Palacio Sublime, el horrible edificio que la excelentísima Orden de su puta madre Inmaculada usa como catedral, hogar y todo lo que haga falta. No te preocupes por el veneno de mi voz, no soy la persona más religiosa de esta ciudad... aunque es cierto que son palabras con las que tener cuidado, la gente aquí sí que lo es y todo el mundo vigila a todo los demás y las paredes hablan con facilidad. Pero como iba diciendo, los cristaleros están renovando las ventanas del Palacio Sublime, pero no han terminado, lo cual implica que los extorsionadores acaban de enfadar tanto a la Orden, cuyo poder es inmenso, como a sus patronos de la Casa Iselsi, que de un modo u otro se entera siempre de todo. Probablemente en breves, en otra parte de la ciudad, otro de los grupos y facciones hará su movimiento en respuesta, ajustando peones y alfiles en las posiciones que más les convenga del tablero.

Porque ese es el nombre del juego en la ciudad, antes incluso de que la Emperatriz desapareciese y dejase a la Dinastía y sus Casas sin cabeza. Pero ¡madre mía como se ha puesto de interesante desde entonces! Ahora todo el mundo quiere algo. Unos querrán usarte para conseguir posiciones favorables para tomar el trono imperial, otros querrán abusar de ti si se lo permites, para su placer y hedonismo. Desde las nobles casas de la Dinastía a los funcionarios imperiales de las Mil Escamas, desde los ricos Patricios a los rebeldes e influyentes miembros del Senado, los Deliberativos. Al fin y al cabo, cuando llegue el momento, y si logran ponerse de acuerdo, son ellos los que votarán una nueva Emperatriz, de cualquiera de las once Casas. 

Así que prepárate: aquí jugamos al verdadero juego que decide el futuro del Reino. Un juego centrado en la corte imperial en la ciudad, pero que se expande a toda la isla y todas las posesiones que son vasallas más directas o menos del Reino. Aquí valen más las palabras adecuadas que las espadas de una Legión, y mucho más la información de un secreto que un millar de seguidores. Pero, más que todo eso, entre estas calles retorcidas, bellas y rocambolescas, lo que más importa es tener un amigo de verdad. Más de un millón de personas viven aquí y todas ellas te venderían por cualquier beneficio, por una oportunidad, por un favor. Pero encuentra a esas personas dispuestas a jugárselo todo por ti y tendrás un tesoro más valioso que cualquier otro. 

Porque, cuando llegue el momento y la mierda alcance el ventilador, y creéme que en el juego cambiante eso ocurre siempre antes o después, vas a necesitar a esa gente.

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