Tokyo 4ª Generación 9: ¡El Dios de la Amistad!


El nuevo curso, en el reino que se encontraba del otro lado del arco iris, comenzó con las presentaciones de los estudiantes llegados desde la lejana ciudad de Osaka y los alumnos de la academia. Hubo tensiones y malentendidos, como siempre ocurre, pero Ishara rompió el hielo con todos ellos y pronto reinó la amistad y la cordialidad. La cual se extendió durante la comida, cuando tuvieron ocasión de conocerse mejor y ver la vulnerabilidad de Chika, la prepotencia pero también la guasa del Dragón Rojo, o la energía desbordante, la seriedad de los contratos y tantas otras cosas. ¡Nuevos amigos se unían al grupo y los niños estaban muy felices!

Por la tarde tuvieron ocasión de tener tutorías con profesores especializados para abordar las cosas que cada niño quería aprender. Asami se batió en duelo con el Dragón que la chamuscó rápidamente pero luego a su vez claudicó ante el poder del Dentista de Dragones. ¿Quien lo hubiera imaginado? ¡Y por la noche una fiesta pequeña de recepción, a espera de la fiesta grande el viernes! El Dragón Rojo del Este demostró que sabía bailar tan bien como Togashi, ¡menudo espectáculo dieron ambos! Y jugaron al twister y charlaron y rieron y se fueron conociendo todos un poquito mejor. Y, por la noche, las chicas montaron su grupo de telepatía para hablar de quienes se gustaban  quienes estaban más guapos, ¡puaj, qué aburrido!

El día siguiente continuaron las clases. Mientras los estudiantes del grupo A se preparaban para sus pruebas, la clase B tenía lecciones de historia. Y el profesor les habló de una antigua civilización perdida en África, llena de magia y portentos, ¡la fabulosa Sión! El Club de Detectives Secretos pronto se puso tras la pista guiado por Izumi y empezaron a preparar el viaje a tan misterioso lugar. ¡Iba a ser una gran aventura! Pero la Reina Hormiga no lo permitió, no podían ir a un sitio tan peligroso aún, y además en el país de Nicerine no les iban a dejar entrar. Pero la pieza clave fue de Ishara, que señaló acertadamente que quizás los malos les seguían si abandonaban el santuario de la escuela, ¡y por error los llevarían hasta la civilización perdida! ¡Menos mal que pensó en ello!

Al salir del despacho de la directora, Asami demostró que tenía unas ideas preconcebidas un poco cerradas sobre otros lugares fuera de Japón, ofendiendo profundamente a Ishara. Pero incluso eso fue bueno, porque la sacerdotisa pudo ver que estaba equivocada y mejorar con ello, mientras se abría la puerta a los dioses. Y es que las clones de Izumi rápidamente fueron al templo de Amaterasu más cercano para comulgar con la diosa y esta respondió. ¡Los dioses eran reales porque la gente creía en ellos! Así que nuevos dioses podían crearse y surgir, ¡incluido el Dios de la Amistad! Solo hacía falta conseguir que mucha gente creyese en él y este solucionaría todos los problemas del mundo. El propio Bodhishvatta les confirmó eso a los niños.

Mientras tanto, los estudiantes de la Clase A se enfrentaban a sus primeros duelos formales del semestre, en el medio de un pueblo de vaqueros. ¡Qué divertido! Fueron combates distintos y espectaculares donde, por primera vez, pudieron ver combatir a los estudiantes de Osaka y juntos aprendieron mucho. Porque, al final, el poder de la amistad no tiene barreras ni entre escuelas, ni ciudades ni grupos ni clases, ¡lo puede todo!

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