Acero para Humanos 3: El Genio en la Botella


Cuando os cuento que la taberna de Cinta explotó al escapar el djinn encerrado en su interior, vuesas mercedes no se tienen que preocupar. Estoy seguro de que este elegante establecimiento en el que nos encontramos no sufrirá un destino tal, los muros aquí son fuertes y recio, se nota el trabajo de los buenos constructores del lugar. Seguro que todo está perfecto. Seguro. Pero lo que sí es que me recuerda unos célebres versos de Cristina del Águila, la famosa poetisa nilfgardiana:  

Siento que he estado encerrada
durante un siglo de noches solitarias
esperando a alguien que me libere.
Si quieres estar conmigo
nene, hay un precio que pagar
Soy un genio en la botella
tienes que frotarme adecuadamente.
Si quieres estar conmigo
puedo hacer que tus deseos se cumplan
Soy un genio en la botella
tienes que frotarme adecuadamente.

Yo de hecho escuché la explosión fruto de frotar inadecuadamente al genio desde una posada cercana donde me encontraba actuando ante un público mucho menos interesante que el actual. Me acerqué hasta el lugar, como los muchos curiosos y preocupados vecinos, para encontrar al brujo retirando a los heridos de los escombros, pues Chloe ya se había marchado por medios mágicos al palacio, a informar de primera mano a la reina Calanthe de lo que había ocurrido. Tengo entendido que la conversación no salió del todo mal, habida cuenta que la hechicera regresaría con nosotros al poco, pero no antes de que guardias y caballeros intentasen entrometerse e indagar, echando algunas pestes sobre el brujo. Tampoco me sorprende, si os soy sincero, pues una vez había atendido los casos graves, Teos se había dedicado a investigar los restos, intentando averiguar lo ocurrido. Y parece que lo descubrió, por lo que habló después con Chloe, mientras yo me dedicaba a evitar que los vecinos supersticiosos nos quemasen a todos para castigar el tener un brujo cerca que, como todo el mundo sabe, traen mala suerte.

Teos abandonó la ciudad esa noche con Wardovind y Sturmrik, siguiendo el rastro de desolación que, por tejados y torreones, fue dejando el djinn en su huida. Chloe les seguiría a la mañana siguiente, pues esa noche estaba compensando a las familias de los muertos y heridos como la reina Calanthe le había ordenado. Yo he de reconocer que para esa aventura no me uní a ellos, como sabéis mi querida audiencia, yo tenía mis propios asuntos en Cintra y estos dependían de la corte de la ciudad, no de seguir al genio en una aventura loca. Pero de mis asuntos en la corte no os hablaré, pues seguro que os aburro, nadie quiere saber de los nobles y sus aburridas intrigas.

Mis camaradas viajaron al sur, como os decía, durante todo el día. Solo se detuvieron al anochecer siguiente, siguiendo el rastro del incienso en el aire que dejaba el djinn a su paso entre copas de árboles destrozadas y otras señales cada vez más sutiles. Esa noche Teos le confió a Chloe parte de sus dudas sobre lo ocurrido en Kaer y Seren y aquello en lo que la hechicera le podria ayudar, y así mientras él descansaba al raso ella viajaba a dormir en una buena cama en Cintra. Es lo que tiene la magia, ya nos gustaría a nosotros llegar desde la barra de la taberna bien borrachos directos a la cama, ¿verdad? ¡Ya decía yo que me comprenderíais!

Pero ella lo hizo, como suele ocurrir con las hechiceras, no por la comodidad sino por sus intereses. Y es que, mientras los demás se preparaban la mañana del día después a seguir el rastro, ella quería entrevistarse con Mousesack, el hechicero del rey Eist Tuirseach, para investigar aquello que el brujo le había solicitado. Y, tras convencer al druida de que le dejase usar sus notas, encontró que por los perfiles de los hechiceros poderosos del Norte, no era probable que el ataque a Kaer y Seren se produjese por la biblioteca y sus conocimientos mágicos, sin duda eso había sido un buen beneficio añadido, pero la caída del Colegio del Grifo se había debido a los complicados intereses de reyes y especialmente hechiceros del norte. 

Reunida ya con el brujo tras sus investigaciones de la mañana en Cintra, viajaron todo el día y toda la noche. Pero durante la misma, el medallón de Teos vibró en las cercanías de una playa, bañada por la suave luz de la luna. Chloe casi estaba dormida sobre su caballo, cuando el brujo les hizo un gesto para organizarse e investigar la actividad mágica. Y de las aguas, dicen que salió una mujer de una belleza descomunal, pálida como la luna que la iluminaba, dulce como las aguas del río. Alguna clase de ninfa de las aguas o algo así, que solo se atrevía a salir a nadar por las noches por temor a que los campesinos la secuestrasen o le hiciesen mal. Nayaris, pues tal era su nombre, se encontró con que sus visitantes de esa noche eran mucho más interesantes y agradables que los campesinos que temía, y les confiró que había visto pasar al genio hacía unas noches camino del sur, así como que las aguas en las cercanías de Kaer y Seren ya no les eran hospitalarias a su gente por la gran magia desatada allí. 

Al final, mis camaradas retomaron el viaje mientras Nayaris se sentaba en una piedra a cantar al amor, a las olas y a la luna. Siempre lamenté no haberme encontrado allí aquella noche, ¡pero que le vamos a hacer, soy un hombre ocupado! Os puedo decir que la búsqueda al sur terminaría al día siguiente, pero antes escuchar esta tonada que seguro que os anima a bailar un rato, que bailar con las chicas y los chicos anima el espíritu y siempre aligera las bolsas.

Comentarios

  1. Como supongo que es obvio, tanto las estrofas como el título son una adaptación de la letra de "Genie in a Bottle" de Christina Aguilera. ;)

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