Cronicas de las Tierras de la Bruma 15: Designios Retorcidos

 

La voluntad dirige a las acciones de los mortales, y son los pecados de nuestras almas las que condenan o no nuestros actos. Así enseñaba el Aeon. Pero desde esta pequeña hoguera mira a tu alrededor y verás las vastas llanuras, iluminadas por el sol del ocaso. A diferencia de las montañas que hemos dejado atrás, aquí no se nos oculta nada, es todo visible y lineal. Así debería ser, según las enseñanzas antiguas, la mente de los mortales, libre de secretos y mentiras, de dudas y miedos, transparente como las llanuras que contemplamos.

Pero el fuego de la hoguera reverbera y danza, ilustrando y ocultando, tal y como hacemos nosotros. Como hacen los demás. Pues mientras el gobierno de Nueva Catan avanzaba, Mordenkainen se presentó de nuevo para avanzar sus planes de separar los planos, midiendo los entornos con su Objeto Extremadamente Poderoso. Pero eso no nos importa de momento, ya llegará la hora para ello, pues esa fue la semana en que Gnaven comenzó a tomar el control de las riendas de su pasado y construyendo su futuro, lo cual requería la colaboración de Alvin para ver el contrato de matrimonio que le unía a Helga Sturmhand. Un matrimonio concertado por las deudas contraídas por el padre de Gnaven con el Gremio de Banqueros, usando la herrería de los Sturmhand como aval y garantizando un futuro mediante la unión de ambas familias. Un contrato difícil de romper, que complicaba todo en gran medida. 

Volveremos a hablar de ello después de que te cuente el viaje al bosque, donde bajo los árboles se encontraron con Savirie Valnesh. La bruja. Les contó un poco de su historia, del pasado, del orígen de las brujas y de la caída. De su enfrentamiento contra las demás integrantes del Círculo del Solsticio y su encierro. Pero la elfa no respondió a todas las preguntas y la duda sobre sus intenciones no fueron disipadas, si bien aseguró que había forzado al Espíritu del Bosque a vigilar y cuidar al Nuevo Cisne cuando pudiese. Mientras ella seguiría oculta de la caza de sus antiguas hermanas, hasta que llegase el momento de unirse.

Tras el encuentro llegaron a la ciudad de Asur Na'assib donde Santiria Mulsha'ara se reunió con ellos en su palacio o templo pues los elfos no separan el poder religioso del político. Como el fuego nos calienta y destruye la manera al mismo tiempo, los elementos están encerrados en todo y son intrínsecos a la realidad, a la materialidad, al mundo. A sus ojos, es absurdo separar las esferas unas de otras artificialmente pues son los designios de los dioses los que guían al Rey Fenix y sus cortes, desparecidas como están en el norte del bosque. Les habló de los lugares donde las brujas estaban avanzando y corrompiendo el bosque, del cementerio al norte, del templo perdido más al norte y de las comunicaciones extrañas del sur. Pero lo que decidió la ruta fue la supuesta localización de la hermana de Elvenstar, pues juntar a los dos unicornios podría permitir romper la maldición y acaso restaurar a la casa del Dios de la Tierra, actualmente sin príncipe. 

La luz de la estrella y del sol les guió a través del bosque hasta el asentamiento donde los elfos cuidaban los árboles y los moldeaban. Pero créeme si te digo que Gnaven desconfió desde el principio, aún cuando las pruebas que Aurora iban haciendo no daban nada concluyente o que aclarase la verdad. Pues a veces, las mentiras están construidas con cuidado y pocas preguntas pueden revelarlas, incluso dentro de un círculo de verdad creado por Hotane con uno de los pergaminos que, meses atrás, les había dado Anassur Oriantes. 

Pero hay preguntas que sí pueden revelarla, y eso fue lo que ocurrió con las palabras acertadas. Rota la mascarada de vida, los elfos del asentamiento al unísono se volvieron contra las heroínas, llevados por una oscura voluntad destructiva y maliciosa. Nada había de elfos en ellos, pues sus mismos cuerpos se deshacían en ponzoña negra cuando eran derribados por los golpes de espada, los virotes de ballesta y los impactos de los rayos de energía. Y cuando el silencio cayó sobre el campamento, todos los habitantes del mismo habían sido reducidos a un extraño líquido negruzco, pútrido y malvado.

El horror no acababa allí, sin embargo, pues el rastro de esta gente se adentraba en la floresta donde una terrible planta estaba siendo alimentada con un elfo drogado. La batalla que siguió fue dura, como la anterior, y los golpes e impactos se transformaron en charcos de ponzoña del mismo modo que hacían brotar la sangre de las heroínas. No fue hasta que Jarronson destruyó a la planta que ella y todos sus sirvientes murieron y desaparecieron y el único elfo superviviente pudo ser restaurado y contar su historia.

Y habló del terror de ver como incomprensiblemente sus amigos y vecinos se comportaban de modo extraño e incomprensible. Como noche tras noche había más erráticos y extraños, hasta que su propia esposa se transformó en otra cosa. Contó aterrado cómo los pocos que quedaban sin cambiar entonces pidieron ayuda a la ciudad, solo para ser capturados poco después y sacrificados uno a uno a la planta, para saciar su hambre inmunda y dar nacimiento a nuevos elfos corruptos formados con el líquido negro que supuraban las raíces de la monstruosidad. 

Esta planta no era una bruja, pero había sido puesta allí por estas. Por Eivor Trantstill, una de las poderosas brujas que tanto daño estaban causando por el bosque. Pero de lo hablado con los príncipes de los elfos al regreso, y con Greco y demás en la ciudad, habrá otras noches para conversar. El sol se ha terminado de poner y es hora de descansar. Pero que sepas que Gnaven habló con su padre y pagó la deuda de su familia, abriendo así las posibilidades a un nuevo camino y una nueva senda, pero no faltarían futuras trabas a ello. Pero eso se contará otra noche, bajo estas mismas estrellas, en que corresponda. Ahora, descansemos que mañana queda mucha llanura por recorrer.

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