Tokyo 4ª Generación 5: La Primera Fiesta


El retorno a la escuela para el segundo curso fue duro, pues los niños tenían que estudiar mucho y trabajar duro. Aunque los profesores no volvieron a hablar de ninguna guerra, lo cierto es que el entrenamiento se volvía más difícil igualmente, preparándolos a todos para lo que fuese a venir después de su tiempo como estudiantes. Todos se esforzaron mucho y se vieron recompensados por las divertidas conversaciones con sus compañeros de habitación y la amistad que allí iba surgiendo.

La profesora Nicerine seguía esforzándose en entrenarles con el metal azul; por su parte, el sabio y misterioso Bodhisattva les hizo enfrentarse a cómo sería un mundo donde hubiesen cumplido sus deseos. Y hubo quien recreó mundos enteros de ensueños, y otros que eran grandes guerreros y generales, otras fueron protectoras de los necesitados y muchos otros sueños y futuros, uno por cada una de las ambiciones de cada uno de los estudiantes. Y Hattori, quien pudo ser Emperador pero no quiso, les enseñó a buscar a sus némesis entre los demás estudiantes, aquella persona contra la que perderían y contra la que ganarían, pues había que ser humildes y aprender de ambas circunstancias. Y cada uno de los estudiantes quedó emparejado con otros dos, uno para vencer y otro para perder, y tuvieron meses para estudiarse y conocerse y buscar una buena y épica historia para esos enfrentamientos.

Y durante meses eso fue lo que entrenaron y aprendieron, además de historia, matemáticas, geografía ¡y tantas otras cosas importantes! Porque, al final, por muy mágicos que fuesen los estudiantes del reino que estaba más allá del arco iris, al final todos los niños tienen que saber esas cosas ¡porque son super importantes! En ese tiempo, Isara decidió que iba a organizar una fiesta después de los exámenes de final del semestre, para festejar los resultados, y con mucho cuidado y trabajo fue preparando todo para que fuese un gran éxito. Porque incluso para preparar una fiesta hay que trabajar y dedicar el esfuerzo, sino las cosas no salen bien por arte de magia.

Los exámenes llegaron finalmente, y con ellos las pruebas físicas con materiales azules para los cuales Nicerine les estaba preparando. Y en esos momentos, descubrieron que el material azul servía para muchas más cosas que solo anular poderes, y que la profesora era capaz de trenzarlo y crearlo a partir de si misma para muchas funciones distintas. Además, con tanto trabajo en torno al material azul, todos lentamente iban desarrollando resistencia contra el mismo, ¡porque el esfuerzo siempre vale la pena y trae recompensas!

Y cuando se enfrentaron a sus futuros, el Bodhisattva les llevó a dar el siguiente paso y pensar en el legado que dejarían en el mundo si cumplían sus sueños. Y el gran general soñó con una familia, y la protectora imagino que eventualmente su tiempo llegaría a su final y subiría a las estrellas, y la soñadora recreó un mundo entero de ensueño con su propio guardián para legar a la humanidad. Y todo fue bonito y feliz porque, cuando fuesen mayores, ¡los niños iban a hacer del mundo un lugar mejor!

La prueba de la batalla fue espectacular, llena de complicados duelos y risas. Se luchó por llegar al final del camino o no, se cortaron los puntos vulnerables de los enemigos, los clones derrotaron a sus enemigos se hicieron presas e incluso la princesa se enfrentó al dragón con su brillante armadura. ¡Hubo de todo! Pero siempre entre risas y diversión, entre héroes y villanos todo quedó en felicidad y sin malas miradas, porque todos habían aprendido a respetar y comprender a los demás, y a aceptar sus propias debilidades y fortalezas. ¡Que sabio era Hattori que les enseñó todo eso! Casi hubo un susto con la señorita Sonrisas, pero al final todo acabó bien.

Y con el examen superado, ¡era hora de la fiesta de Isara! Todos los niños se fueron a sus habitaciones a disfrazarse de samurais modernos y todos estaban súper guay. Y hubo baile y refrescos y lugares donde hacerse fotos, y chismorreos. ¡El dragón resultó que si que sabía bailar! E incluso surgió un poquito de amorcito, pues los niños más pequeños se dieron un beso en la mejilla. Aunque alguno dijo cosas que no se debían decir sobre las madres de otros e hicieron fotos inapropiadas, ¡al final todo acabó bien y fueron risas! Y hubo muchos dulces y charlaron hasta tarde porque, al ser fiesta, la directora les dejó acostarse más tarde de lo habitual. Eso si, antes de irse a la cama recogieron todo como debe ser, igual que debe hacerse con los juguetes después de jugar. Y así, todos pudieron ir a dormir sabiendo que todo estaba bien y que, después de las breves vacaciones de invierno, vendría un nuevo semestre en el que ambas clases competirían la una con la otra. ¡Con lo bien que se llevaron todos en la fiesta!

Pero no estaban preocupados por eso, porque en el país más allá del arcoiris las cosas siempre acababan bien y el poder de la amistad siempre superaba cualquier dificultad.

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