Crónicas de la Tierra de las Brumas 60: El Lugar donde Descansan los Sueños

En silencio, en lo profundo del bosque, los ilícidos completaron su retorcido peregrinaje y abandonaron el mundo. El único rastro de su paso por el mismo fueron los miles de cadáveres de los elfos que estaban ocupando y cuyos cuerpos fueron abandonados cuando se prepararon para zarpar en su navío espacial. Como nosotros, que pronto dejaremos atrás este maldito cenagal, ellos dejaron atrás nuestra esfera y regresaron a su hogar en lo profundo del espacio oscuro y negro más allá. Su destino ya nos es irrelevante, además de desconocido, pues no volverán a aparecer en esta historia.

Pero eso no implica el final de nuestro viaje, ni el de nuestras heroínas. Esa misma mañana empezaron a discutir acerca de la naturaleza de los sueños, la esperanza, las pesadillas. El papel de estas cosas para los vivos y las consecuencias y modos en que podían ser manejadas por alguien con entendimiento. Pues Milia, que siempre había estado muy cerca de ello, había decidido que Sueño sería su palabra de poder, con algo de ayuda para convencerla por parte de Zarel. 

Antes de partir en busca del adivino como guía, se encontraron con Lian que venía a avisar a Milia de que necesitaba que alguien cubriese su trabajo en el orfanato al día siguiente, pues era la boda de su padre y la que bien podría ser su madre adoptiva en muchos sentidos. Y es que, tras más de un año de conversaciones y cortejo, Quinto Severo contraía nupcias con Lady Paqueret, de la Luz Reveladora, y muchos dignatarios estaban invitados, incluido el Nuevo Cisne. La primera opción para sustituirla era acudir a Jorel, pero este no se podía encargar porque partía con Gnaven y Vivenna a explorar el límite norte del bosque, cerca del Laberinto, y pensaban volver pasando por Nuevo Lago. 

Mientras buscaban una solución Milia y Zarel, al Nuevo Cisne llegó Santiria Mulsha'ara, la Princesa de la Luz de los elfos. Ella había descendido a Nee'lassia, el Hogar del Poder y principal templo de la luz en la capital de Assur Na'filem. Allí, en la antigua forja de coronas, había comulgado con el primer Rey Fenix porque los elfos habían decidido finalmente que querían un rey como siempre habían tenido, aunque la sociedad iba a ser distinta en muchos sentidos. Y el Rey le reveló que él ya había conocido al Dragón, al Fénix y a la Reina de estos tiempos, como ya sabes porque eso ya te lo he contado. ¡No me mires con esa cara, te lo dije cuando el Nuevo Cisne bajó a ese mismo lugar y habló con ese mismo Rey! Si es que no prestas atención...

El caso es que Santiria, siguiendo sus indicaciones, creía que Shana era la persona adecuada para ser la reina de los elfos y venía a ver si estaba dispuesta. Otras facciones de elfos abogaban por un primo segundo del último Rey, por mantener la pureza de la sangre de la Dinastía del Fénix, pero ella pensaba que era nuestra heroína quien mejor podía dirigir al pueblo elfo en estos nuevos tiempos y en los que viniesen. Pero probablemente deberían adentrarse en la caótica y desorganizada política de los elfos en esos tiempos de cambio y conseguir la aprobación del Fénix, que aún permanecía en Nee'lara. El gremio le dijo que era probable que pudiesen hacerlo realidad, especialmente una vez que fuese derrotado el Horror de la Duda, pero requerían algo de tiempo antes de poder pronunciarse. 

Con una reverencia formal y una sonrisa, Santiria abandonó el lugar y Milia fue con Zarel al orfanato a encargarse de organizar la suplencia de Lian y poder ellas también acudir a la boda. Lo óptimo era dejar en manos de Gwendolyn, la caballero que actuaba como profesora de la escuela a petición de Ragnarr, pero dejarla con Valashir juntas podía dar pie a numerosos choques. La solución fue llevarse a la joven elfa a la boda, donde podría bailar y estar a gusto, dejando a los niños en manos de la caballero que no tendría que lidiar con el caos de la antigua princesa del fuego. Pero también, la visita sirvió para avanzar los estudios de Milia sobre los sueños de los niños, sus pesadillas, sus esperanzas. Y numerosos experimentos se producirían esa tarde, suaves y sin causar daños ni problemas, para ver las relaciones entre el mundo onírico y el mundo real. 

Los temblores que se estaban produciendo en el norte de la ciudad llevaron al gremio a investigar y descubrir una nueva construcción enana patrocinada por los Adelantados. Un complejo de túneles que se extendían hasta Al Sharra y más allá, por donde transitaría un extraño mecanismo de viaje acelerado con unos mágicos vagones. Si bien no permanecieron para presenciar la presentación del mismo, Aurora tomó medidas por si acaso era preciso en el futuro intervenir en esos túneles.

También hablaron con Atenogenes, el adivino de la ciudad, que entendía que el sueño era el resultado de las interacciones del Feywild, el plano de lo feérico y la vida, y el reino de lo potencial, de los augurios y el futuro. Les dijo los ingredientes necesarios para preparar la poción que permite adentrarse en los sueños propios, que habían usado meses atrás para confrontar por primera vez al Arcanista, pero fue estando allí que recordaron la existencia de la Cima de los Sueños que ellas mismas habían liberado hacía más de un año, y decidieron que allí sería donde realizarían sus esfuerzos.

Como querían ver el resultado de la interferencia del uso de la máquina del Arcanista en los sueños de la población, cuando Milia había modificado las ensoñaciones de quienes dormían, tenían que esperar hasta la noche en que taberneros y juerguistas estuviesen despiertos. Mordenkainen les visitó entonces para ver cuándo pensaban cumplir su parte del trato y ayudarle a cerrar el plano como habían prometido en el pasado. Pero hacerlo se volvía cada vez más complicado y otras prioridades y percepciones de los hechos planteaban nuevas sendas, de modo que Aurora guió al hechicero hasta el Espejo que tenía Savirie, con el que más de un milenio atrás la Profeta había contactado con los Innombrables. La hechicera élfica y el mago de fuera de nuestro mundo no congeniaron bien, pues él la consideraba una "Morgana con ínfulas" (aunque desconozco qué criatura es esa) y ella lo consideraba un estúpido prepotente... algo que, según las crónicas de la época, muchos de los que le conocían pensaban de él. Finalmente, Mordenkainen se llevó el Espejo para hacer nuevos experimentos con él y comprobar así si el cáncer del plano era originado allí, o en los Horrores, o en otro lugar. Descubriese lo que descubriese, como mínimo el Nuevo Cisne había ganado tiempo antes de tener que cumplir su palabra dada... o romperla.

Con la llegada de la noche visitaron el Festejo del Colono, la taberna de Valerio Oriantes donde hacía muchos meses que no se encontraban, pero donde eran igual de bienvenidas que siempre. Risas, bebidas e historias, bailes y dados, pero sobretodo conversaciones sobre los sueños de las gentes allí presentes. Y como algunos de ellos habían empezado a sospechar de los otros gremios después de un extraño y profético sueño unos meses atrás, que les había dejado mal cuerpo y que aún entonces recordaban. No con detalle, por supuesto, pues la memoria de lo onírico no es tan detallada en el tiempo de la vigilia, pero si la certeza de que había algo malo con ellos. El resultado de las interferencias en sus sueños, que Milia había provocado con las herramientas del Arcanista, que impactaban en la gente aún tantos meses después, señal del enorme poder que encierran las quimeras ensoñadas. En tu caso no creo, nada entra en esa cabeza de alcornoque. Mira que te había contado e insistido durante la conversación con el antiguo Rey Fenix y nada, ¡no entra nada ahí! Si no hay espadas y batallas épicas es como oir llover fuera del hogar, ¿no?

¡Bah! No se para qué pierdo el tiempo contigo en este peregrinaje...

Pero bueno, finalmente se retiraron a dormir y al día siguiente Zarel había soñado con uno de los tiranosaurios que Aurora siempre decía que podía crear y transformarlos en ellos. Una extraña pesadilla que luego impactaría en la realidad cuando una de esas criaturas formase parte del festejo de la boda de Quinto Severo y la Dama Paqueret. ¿Casualidad? No hay tal cosa. La boda fue sobria, elegante y regia, propia del Presidente que era Quinto, y permitió mostrar cierto grado de reconciliación entre padre e hija, pues Lian bendijo la unión. Y, tras el baile, la comida y la bebida, las canciones y las historias, fue hora de crear nuevas historias.

La Cima de los Sueños permanecía tal y como la habían dejado la última vez que había acudido nadie, durante la Catástrofe causada por la derrota del Arcanista. Los cadáveres de monstruos y aberraciones habían desaparecido tiempo atrás, y el lugar había recuperado la bucólica tranquilidad propia del mismo, aún si su guardián original había sido destruido. Y siguiendo los antiguos rituales con plantas y flores de los elfos, se adentraron en los sueños de Milia en busca del secreto de los mismos.

¿Cómo eran las ensoñaciones de la poderosa aventurera? Caóticas, como ella misma pero al extremo. En un momento estaban en un parque gigante que este se incendiaba y una terrible esfera de fuego aparecía para combatir. Huyeron de una presencia que arrojaba queso y volaron, cayendo en cabriolas divertidas sobre una cama de infinitas plumas. Llegaron a una escuela y descolocaron a la profesora. Y muchas otras caóticas demencias que les llevaron ante el baúl donde estaba contenido el libro con todos los sueños que Milia hubiese tenido alguna vez, desde mucho antes de haber sabido hablar hasta los de la noche anterior. Un libro mágico capaz de seguir actualizándose con sus nuevos sueños. 

Con este libro y sus conocimientos sobre sus ensoñaciones y las de los demás, viajaron hasta el Árbol de la Vida de los elfos, donde la palabra de Sueño fue pronunciada por primera vez. Y, al hacerlo, los elfos compartieron una meditación distinta a todas las demás, que les guiaba a entender que Shana debía ser su reina cuando llegase el momento, apoyada por el Dragón y el Fénix, así como por el Nuevo Cisne. Una senda que Santiria no había imaginado y que, sin embargo, poseía gran poder para convencer pues son las quimeras de lo onírico las que a menudo nos guían en tiempos de vigilia a tomar ciertas decisiones o sentir de maneras específicas. 

Viajaron entonces al Nuevo Lago, a encontrarse con los otros miembros del gremio, que regresaban de rastrear los límites al norte del bosque. El Laberinto, ante sus ojos, era más grande de lo inicialmente pensando, cubriendo una extensión similar a la de la propia capital élfica, sino incluso mayor. Fue allí que se pronunciaron las palabras de Transformación y de Luz, haciendo que una ciudad surgiese en el interior de la caverna, iluminada por el sol por el día y con sus estrellas y lunas por la noche. Una maravilla tal que aún hoy en día resulta un espectáculo que maravilla a todo el que la observa.

Entonces llegó el momento en que Milia se enfrentaría a sus dudas para conseguir su sueño. Convocando toda su magia, su poder y su energía, formuló el que para ella era el más importante de todos los deseos: liberar al genio de su encierro en la lámpara sin ocupar ella su lugar. La prisión estalló en mil pedazos, los grilletes mágicos que ataban a la antigua criatura fueron aniquilados y la libertad regresó a quien hacía mucho que había perdido la esperanza de recuperarla, hasta que había conocido a una pequeña niña en el sótano de un orfanato. Una niña tímida por aquel entonces, muy diferente de la gigante que ahora podía fragmentar con su mera voluntad las ataduras que la humanidad había creado para encadenar a los djinn e ifrit que otrora crearon el mundo con sus sueños y deseos. O, al menos, eso cuentan ellos. Pero una vez liberado, con la poderosa canción del genio más genial, este no abandonó a Milia, sino que permaneció a su lado ya no como esclavo o sirviente, sino como su amigo.

Y con eso, regresaron a Nueva Catan, donde tres campanadas se pudieron escuchar resonando desde la antigua Torre del Silencio. Pero de lo que vino después, de las profundidades cambiantes del Laberinto y sus habitantes, de la corona de los elfos y de las Dudas insidiosas te hablaré otra noche. Ahora ya es tarde y es hora de descansar. ¡Nada de preguntas, bastante cansado me tienes hoy!

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