La Edad Oscura 29: Adentrarse en la Oscuridad

 

El Imperio, oscurantista y supersticioso, se debate en los estertores del final de una era. El tiempo se agota más rápido de lo que nadie creía y las líneas de tensión internas y externas se alargan. Pues es en las fallas, en los intersticios, donde todo ocurre, cuando nosotros que abogamos por la libertad, la creatividad y el cambio sabemos que gira todo fuera del control del estatismo perfecto que desearía el Pancreator. Porque él se equivoca, de eso no hay duda, y cuando nuestros héroes se adentran en la oscuridad lo que encuentran son  respuestas que no eran las esperadas.

Más allá de la tercera vergüenza de los Charioteers, Lisandro tiene una ruta escogida que le va a traer a nuestro espacio natal, el anillo que nosotros consideramos nuestro inmenso hogar. Pero para eso requiere la llave que llevó a la demencia a los pilotos de eras pasadas, encerrada en un bunker antiguo que otrora se llamó Área 51. Allí, entre tecnologías obsoletas y golems informes obtendrá la capacidad para ir a donde ningún hombre ha llegado en más de dos mil años, siguiendo los pasos del final del viaje de San Lextius. 

Seth por su lado viaja a otra oscuridad, la que anida en el corazón de los mortales, en la inmoral Casa Decados. Pero antes tiene una fructifera reunión con el Duque de Criticorum con cuyos ardides se desequilibra el poder de la Casa al-Malik y se produce la sucesión. Una de ellas. Pero eso a Seth le alcanza ya reunido con Hyram Decados, el infame señor de la Casa más temida, el maestro de espías que conoce todos los secretos, el corrupto, el brutal. En cuyo palacio se festejan las cosas cortando los filetes de los siervos escogidos por su sabor para deleite de los señores en orgías de sexo, drogas, conspiraciones y canibalismo. ¿Locura? ¿Cotidianidad? ¿O acaso un espectáculo dantesco para poner a prueba cómo Seth baila o no baila la danza de los Decados?

Pero el baile no ocurriría como nadie esperaba, pues Lisandro llegó entonces a nuestro hogar. Y allí, bajo la luz mortecina de nuestra estrella antigua, más que ninguna otra, en el lugar donde todo comenzó se encontró con San Lextius... y con mi hermano mayor, Lucifer, en su trono. Encontrarse cara a cara con él es algo que transforma a cualquiera, y Lisandro no es la excepción, proponiendo finalmente sustituir a Lextius en el trono del primero a cambio de dejar libre al otro. Pero yo, eso no podía exactamente permitirlo, sería demasiado aburrido.

Así que se lo dije a Seth, al fin y al cabo Lisandro es el sacrificio que el Consejero Imperial hace al universo. Y tras pedirlo, los puse en contacto, manifestándolo temporalmente en el hogar donde moramos las sombras. La conversación deshace el primer pacto de Lisandro pero no logra salvar su identidad, pues el caballero no está habituado a lidiar con nosotros, solo a rechazarnos y en nuestro hogar no se nos puede rechazar. Y su fe se tambaleó, su fe cambió, como ocurre siempre pues el Lisandro que llegó no es el que se marchó, siguiendo los pasos de las transformaciones que, durante más de un año, Seth ha ido viviendo también.

Lo que se rompió en Lisandro, sin embargo, era de diferente naturaleza y con distintas consecuencias. Unas que sacudirían el Imperio pues, si bien Seth regresó a las negociaciones con los Decados, Lisandro se vio arrastrado a los tribunales de la Inquisición en la Sagrada Terra. Y su odio e ira contra el Syneculla del Patriarca se desataron con furia contra quienes los fueron a detener, e iniciaron una persecución y una batalla por la más sagrada de las ciudades. Una que terminó tomando la radio y transmitiendo una conversación heréticas a todos los Mundos Conocidos, con el poder de Belcebú tomando control de los antiguos satélites de comunicaciones. Una que acabó con él acorralado, ideando un plan demente con Seth mientras el Emperador, arrinconado del todo, se ve forzado a abdicar.

Y así llegó el final de su reinado, 20 años de una paz endeble y frágil sacrificados finalmente en el altar de una humanidad dividida. Una que condena a Lisandro y a los suyos a morir en la hoguera por sus pecados, después de que Lisandro hubiese pactado su regreso a la vida con Belcebu. Pero es un camino en el que Karyn Havesti, la Eskatónica, no puede seguirle y cuando ella es condenada como los demás a la hoguera, solo ella lo hace sin haber pactado con la Oscuridad y solo ella permanecerá en la muerte. Mártir, a sus ojos, como su odiado Marcello Orlando, por lidiar con los poderes que no pueden controlar ni domeñar.

Esto fuerza la mano de Seth, que se ve forzado a apresurar las negociaciones para el nuevo gobierno con los Decados, que exigen a cambio de sus apoyos el control del servicio de inteligencia imperial, El Ojo, el único capaz de competir con su Agencia Jakoviana.Y marcha a la mayor negociación de la historia sin todas las cartas en su mano, sin haber trucado la baraja ni diseñado las reglas. Desnudo como no estuvo durante la subasta pero con un as tramposo en su manga pues, sin que nadie lo sepa, aleja la gárgola de la zona para permitir que, si las condiciones llegan a ser necesarias, sea mi fuerza la que garantice que Aurora sea nombrada nueva Emperatriz.

Pero eso no resulta necesario, solo las intrigas detrás de bamblinas, que llevan a la elección de una niña de dos años para un trono imperial que no está capacitada para ocupar. Y, durante su coronación, es cuando Lisandro Castillo y sus Lycaones regresan de entre los muertos y entran por la puerta del palacio imperial. Para muchos blasfemia, poderes infernales, Oscuridad... para otros, la luz del Pancreator, el milagro, la Espada de Lextius. Y así, entre aplausos y abucheos, entre miedo y esperanza, muere una era y nace otra. Así llega el final de un ciclo, y comienza el que sigue, el último que verá la humanidad. Y así da comienzo el último de los actos de este drama, antes de que sus protagonistas retrocedan al lugar que les corresponde en los libros de historia, deformadas sus vidas bajo sus milagros, gestas y aventuras, olvidadas sus dudas y cambios. Pero eso, llegará cuando llegue y aún no es el momento...

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