Cronicas de las Tierras de la Bruma 7: Más allá de la Frontera

 

Los pies me están matando. Este descenso pronunciado de la ruta me está levantando ampollas, pásame el bálsamo que nos vendió hace semanas aquella vieja. A ver si esto ayuda. Pequeñas heridas, como las pequeñas batallas con las que se inician los grandes caminos. Porque nosotros las recordamos por quienes fueron al final y lo que hicieron con el mundo pero ese camino se produce por tenues primeros pasos y conflictos que se entretejen paso a paso en algo más grande. Como las ampollas que se acumulan lentamente en nuestros pies.

Y es que aquella semana vería consecuencias de muchos tipos. El primero de los héroes de los gremios, uno de los Adelantados, había muerto. A puertas cerradas, los enviados de la Iglesia se dice que tuvieron más que fuertes palabras con el Pontifice Alcides. Y a través del espejo del salón del Nuevo Cisne, Savairie Valnesh les advirtió de las amenazas que se ocultaban en la propia ciudad. 

Pero el choque fuerte tuvo lugar a la salida camino del bosque, ya lo creo. Pues se dice que la capitana Sarena Tirsana finalmente había reconocido a Hotane tras el baile, y las enfrentó a la salida de su hogar. Se cuenta que fue una trampa, un intercambio más que caldeado de palabras, que casi llevó a que Gnaven desenfundase su arma y la sangre manchase las calles de la ciudad. Pero no era aun el momento de esa batalla y la propia Hotane y los demás aplacaron la ira del enano mientras se buscaba una venganza más cuidadosa y brutal contra la conflictiva capitana gremial. Y es que así, sobre la ira de la venganza, surgen las uniones y los desencuentros, y se ponen en marcha los planes.

Planes que continuaban en la torre de Mordenkainen, pues antes de comprometerse a colaborar con él en cerrar el plano, Gnaven quería conseguir la mejor cerveza y traerla de vuelta. Y tanto Milia como Hotane, más reacias a la idea de cerrar el plano ante la firmeza de Donatello y Aurora, querían al menos conocer un mundo distinto antes de regresar. Y, a través de las puertas mágicas del gran mago, llegaron a una de las moradas más antiguas de los enanos de otros de los mundos, un lugar lejano, asediado por ratas de las profundidades. Su nombre se ha perdido para nosotros, pero los recuentos de lo que allí había eran pasmosos, casi incomprensibles para los nuestros pues era una ciudad bajo tierra, a diferencia de los enanos del Archipiélago que entonces vivían en la superficie.

Pero mientras Gnaven acudía a las tabernas de la ciudad de los enanos, entrando en conflicto y resolviéndolo diplomáticamente, sus compañeros descendieron a las profundidades. Mientras el enano aprendía una cultura similar y muy diferente a la suya, los otros se adentraban en las antiguas y agotadas minas de los enanos. Mientras uno compraba cerveza enana de una calidad que no existía en el Archipiélago, sus compañeros planeaban el secuestro de una o más ratas a sus espaldas, acompañados de un enano que buscaba recuperar su honor muriendo heroicamente en batalla.

Se que las crónicas suelen decir que hubo una gran guerra entre enanos y ratas en las profundidades bajo la montaña, y esperas con ojos brillantes que te cuente las heroicas luchas que se sucedieron en las minas. Pero no fue así como ocurrió, aunque a menudo se desarrolle así la historia en las obras de teatro y dramatizaciones. Lo cierto es que la operación para capturar las ratas fue una de astucia e ingenio, no de combate y batalla, de ratas esclavas cobardes y asesinos en la noche, de sueños e inconsciencias y portales pequeños a dimensiones de bolsillo. E ilusiones, muchas ilusiones, pues tanto para entrar como para salir Aurora tenía que disfrazar a Donatello y para hacerlo la magia era la respuesta, aunque entre los enanos esté prohibida y se dice que aún permanece en el Libro de los Agravios de la ciudad.

Pero sí que hubo una guerra, durante las preparaciones de la cual nuestras heroínas aprovecharon para escabullirse de vuelta a la torre de Mordenkainen y de vuelta a nuestro plano. Sus respuestas a las preguntas del mago fueron ingeniosas, pero hoy en día sabemos que él vio a través de las ilusiones y lo dejó pasar. ¿Por qué? ¡Pues yo qué se! Cosas de magos, que son más bien tirando a extraños, y Mordenkainen probablemente el más extraño de todos ellos. ¡Maldito tramposo! 

Y ahora a dormir, a ver si un descanso permite que nuestros pies estén listos para mañana, o será una jornada muy dura. Y pasa esa cerveza, conmemoremos los barriles conseguidos en un mundo muy distante.

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