Crónicas de las Tierras de la Bruma 36: La Forja de las Tres Coronas

Aquellos que conocemos los textos antiguos sabemos que en aquellos tiempos la historia casi tomó un giro dramático cuando los gremios proclamaron por primera vez su posición y demostraron que portaban las coronas en la ciudad. Igual que estas antiguas ruinas que tenemos en medio de estas llanuras, la ciudad casi se ve abocada a la guerra interna y a los conflictos, y tal habría sido acaso su sino si se hubiese seguido la senda que defendían los otros gremios. Pero, como te contaba anoche, en un último momento el Nuevo Cisne hizo esfuerzos para conseguir una resolución diplomática y ello consiguió que la mayoría de las facciones estuviesen de acuerdo con la senda que se iniciaba. Quizás con la excepción de la Orden, pero ellos tenían otros problemas ya que Julia Julius, la Gran Maestre, acababa de conquistar la Isla de Alba. 

Pero siéntate y caldea la cena, que tenemos mucho que hablar esta noche bajo estas antiguas piedras. Y es que el Nuevo Cisne tomó en sus manos el destino de la ciudad en muchos sentidos y el peso de la corona y comenzaron a participar en toda clase de eventos que estaban discurriendo por la ciudad. Hablaron con Alvin sobre la construcción de defensas para el puerto y fueron a ver si entre los navegantes recién llegados del Concilio se encontraba Donatello. En efecto así era, pero la tortuga ya se había marchado cuando ellas llegaron, dejando solo una ofensiva carta venenosa para quienes hasta hacía poco había considerado sus hermanas.

Para rastrear a la tortuga fueron a la muralla verde, pero allí no la habían visto pasar. Lo que sí se enteraron fue de que una familia se había suicidado y el don del augurio y las conversaciones con los muertos tomaron el centro. Y es que Aurora tenía una capacidad especial para contactar con otras entidades en busca de respuestas, y encontraron algunas de ellas cuando descubrieron que la familia se había suicidado para huir de las terribles pesadillas que les acosaban desde una semana antes. Investigaron por si acaso estuviese el Ifrit detrás de ello, indagando entre la gente cercana y con augurios lejanos, pero acabaron descartando la participación del demonio de los deseos... y descubriendo que la información relativa al causante ni siquiera las entidades extraplanares podían divulgarla. 

Pero el reencuentro con el rastro del Ifrit les llevó a buscar a la doble de Milia, a la cual encontraron en una taberna de mala muerte, cumpliendo deseos ínfimos a cambio de unas monedas. Talon intimidó a la imitadora tras revelar que el "genio" que ella invocaba apenas era una ilusión menor, y la llevaron a su sede. Allí, en las catacumbas, descubrieron que solo era una joven admiradora de Milia que quería pagar las deudas de su padre. Y que, igual que nosotros podemos desear comer al final de una larga jornada de caminar, ella había deseado ser como Milia para poder ayudar. Y, de forma retorcida, el Ifrit había concedido ese deseo, transformándola en Milia y dejándola libre y descontrolada por la ciudad con un poder que no le correspondía y no sabía controlar. Si bien deshicieron el hechizo y la devolvieron a la normalidad, contratándola como personal del Nuevo Cisne a cambio de pagar las deudas de su padre, el Ifrit no cejaría en sus empeños. Sin embargo, ya llegaremos a esas historias cuando cuadren.

Se celebró también un baile en esas noches, a donde acudieron héroes y dignatarios de la ciudad y se hicieron solemnes discursos para festejar la nueva situación de la ciudad. Y Milia aprovechó para comenzar a convencer a Ragnar de que el Reino podía financiar la fortificación de la bahía de la ciudad, algo con lo que el caballero estaba de acuerdo pero que sería más apropiado presentárselo al rey Magnus cuando llegase la semana siguiente. También hablaron con Quinto en su catedral, después de que la joven Lian de Aubrac llegase llorando junto a Zarel, afectada por haber descubierto que Quinto le había ocultado toda su vida que era su padre. Pero el gran monje se encontraba ya preocupado de otras cuestiones, de buscar la Verdad y hacer las preguntas, claramente afectado por sus conversaciones con la Luz Reveladora y los engaños que se ocultaban tras el Libro Blanco de los Muertos. 

Fue entonces que partieron hacia Assur Na'andria y, por primera vez, Gnaven no fue con ellos, quedándose en su lugar en la ciudad realizando diversas tareas y ayudando a Heidi en la forja. Talon si que fue a esa expedición, su primera aventura con el gremio, y juntos llegaron a la ciudad donde conversaron primero con Fendaril, que entre los callejones les contó que el tirano había hecho llamar a los Príncipes de Asur Na'assib y que temía que los resultados de ello fuesen nefastos. Y después se entrevistaron con el Príncipe de la Luz, el tirano para Fendaril, Menethar Mulsha'ara, en busca de información sobre dónde proseguir luchando contra los ilícidos y sus esclavos. Él les habló de los antiguos templos de los elfos que debían ser restaurados y dónde se encontraban, poniendo el Nuevo Cisne rumbo al templo de la tierra. 

Pero la aventura que tuvieron ocurrió de camino a ese templo, no en el mismo, pues entre las hojas de los altos árboles del bosque vieron un enorme y poderoso dragón dorado. Al menos eso pensaron en un primer momento, una criatura de leyenda que no existía en ese mundo más allá del Horror de la Malicia, y pronto descubrieron que el dragón era en realidad una estatua. Y es que los Templos del Origen, dispersos por el bosque, contaban la historia de la fundación del reino de los elfos y aquel primero hablaba, entre murales y frescos, de cómo un dragón se presentó ante ellos cuando eran primitivos... y que aquellos que lo veían eran reducidos a cenizas por su mera presencia. Hasta que uno fue capaz de soportar el fuego y renacer como el fénix.

Mientras observaban los frescos y trataban de entender sus significados, portales se abrieron y por ellos entraron tres monstruosos contempladores menguados. Su mirada anulaba la magia y los esqueletos de Talon y los muñecos de papel de Aurora, así como otros conjuros, fueron deshechos. Pero esa mirada no podía detener el acero de las espadas de Shana y de Talon, ni realmente pudieron evitar la bola de fuego de Zarel una vez que cogió ángulo o los rayos de Milia y otros trucos. Y, al final, los tres seres de otros mundos fueron destruidos.

Pero su destrucción solo fue un preludio a la llegada de un verdadero contemplador, una criatura terrible en poder y presencia... que, sin embargo, tampoco fue rival para las integrantes del Nuevo Cisne. Con su último aliento pronunció una palabra maldita, oscura y terrible: Quori. Y de su cuerpo surgió otra terrible criatura, todo tentáculos y bocas, malnacida y traída desde otros lugares lejanos. Aferró con fuerza el cuerpo de Shana y la estrelló contra piedras y columnas hasta que la joven moría en combate, mientras sus oscuros susurros se adentraban en las mentes de todos y generaban extrañas alucinaciones terribles y malvadas. Pero Hotane imploró a los espíritus que devolviesen a Shana al mundo y, mientras la joven se reencontraba con sus padres más allá, recibió la llamada de sus hermanas para regresar al combate y, con pesar, abandonó el descanso para dar vuelta y reunirse con sus hermanas una vez más en el campo de batalla. Zarel rápidamente intervino, curando las numerosas heridas que la terrible monstruosidad estaba causando en todas las presentes, con sus golpes y susurros, sus chorros de ácido y otras maldades. Al final, fueron los rayos de Milia los que dieron el golpe de gracia a la terrible monstruosidad y liberaron el templo de la influencia oscura que estaba intentando controlarlo. 

Con ello, las heroínas pusieron rumbo de vuelta a la ciudad, pero aún no podemos terminar la historia, pues hubo un encuentro importante más. Y es que llegaron a la torre de Mordenkainen y hablaron con el poderoso hechicero de todo lo ocurrido, de los entes de más allá de este plano como los Quori o los Ilícidos, los Contempladores y otras monstruosidades. De cómo este plano era un cancer que atraía esas entidades terribles y el tiempo parecía acabarse más rápido de lo esperado. De que la deidad encontrada en el Hogar de la Remembranza era Lolth, la diosa araña a la que adoraban los drow de otros planos, pero que no tenía presencia en el nuestro. Y al final, la separación se hizo con un Mordenkainen por primera vez preocupado de verdad, lejos de sus bravatas y bromas, consciente de lo complicada que se estaba volviendo la situación. 

Dieron media vuelta entonces para ir al encuentro de los Príncipes de Asur Na'assib, que marchaban rumbo de Assur Na'andria, y juntos se encaminaron a la Ciudad del Verano, a su destino y lo que entonces tendría lugar. Pero de eso ya hablaremos mañana por la noche que, una vez más, la hoguera apenas alumbra ya y mi jarra de cerveza está vacía. ¡Descansemos, que nos queda una dura jornada por delante y tendremos que madrugar!

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