Crónicas de las Tierras de la Bruma 6: Razones para Vivir... Razones para Morir

Aquellos fueron tiempos de decisiones, ya lo creo. Nosotros ahora caminamos por el mundo, en este peregrinaje montañoso, sobre los caminos que ellas pavimentaron. Pero para decidir algo, para ser las forjadoras del mundo que serían, primero debían encontrar qué razones había que hicieran que una vida fuese una buena vida, digna de vivir... y, llegado el caso, por qué razones valdría la pena morir. 

Esas razones podían encontrarse en una pelea de trasquilón ilegal, que les mostró el modo en que otros Gremios se movían y organizaban. O podían encontrarse en las intrigas palaciegas de un baile diseñado por ellas mismas, donde los brazos se anudaban en cada lance, igual que las miradas se entrecruzaban y los rumores surgían. Porque allí, una lengua un poco más suelta de lo debido gracias al alcohol revelaba las intenciones de un Hegemónico, o una sonrisa cómplice invitaba a un Republicano a subir a la alcoba de Aurora, donde los caballeros se quedaron sin batirse por las atenciones de Vivenna, y donde el sigilo de Shana permitió escuchar y descubrir cosas, mientras Donatello guardaba la entrada, Hotane y Milia disfrutaban danzando juntas, y Gnaven iniciaba el camino del complicado cortejo entre enanos. 

Pues nosotros caminamos en este peregrinaje, escrito con acero como te explicaba anoche, pero ese acero se sustenta sobre los lazos humanos de una ciudad que regresaba lentamente a la vida. 

Y más allá de sus límites, estaba el Extraño en su torre. Su nombre mil veces repetido, en decenas de mundos y planos, más allá de este en el que nos encontramos: el poderoso Mordenkainen. Altivo y orgulloso, pero con un plan para este mundo. Pues como un cáncer, el mal liberado por el Aeon en estas tierras amenazaba a los otros planos, más allá de la Ciudad de las Mil Puertas y la eterna presencia de la Dama de las Espinas, hasta llegar a Puerta de Baldur, Solamnia y Ravenloft, entre otros muchos mundos. 

Pero atajar ese cáncer requería cauterizar la herida, aislarnos del resto de planos, del comercio y oportunidades que ofrecían. A cambio, también las amenazas lanzadas desde los portales desaparecerían, bloqueadas tras los poderosos conjuros de uno de los mayores magos que jamás habían existido y al cual, además de un mercader de Aguasprofundas, también un grupo de demonios había perseguido hasta aquí. 

Y con ello, una de las más importantes preguntas de su viaje empezaba a trazarse. Pues aunque era la primera vez que sus pasos les reunían con Mordenkainen, sus planes y acciones quedarían para siempre marcados por esos encuentros. Y ellas... bueno, ellas tenían que decidir qué era mejor para el mundo. ¿La protección o el riesgo de los portales? Pero eso, querido peregrino, quedará para otra noche. Esta ya ha avanzado demasiado, y ya no son horas de seguir contando historias, que aún nos queda un largo viaje y mañana comienza el descenso.

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