Cronicas de la Tierra de la Bruma 4: Llegadas inesperadas

 

Joder, si que hace frío esta noche. Vamos a necesitar más que mantas, fuego y alcohol para llegar al amanecer. Una buena historia deberá servir, pues es todo lo que tenemos. ¿Por dónde íbamos? Ah, si, la llegada de las piezas al tablero. Porque aquella mañana comenzaría con una advertencia de Cruth, pues las leyendas se forman en momentos clave, por la oposición contra los antagonistas. ¿Que cómo pudo advertirle a Vivienne? ¿Pero tú me escuchas cuando hablo, cenutrio, acaso no sabes que Cruthraiche es una espada mágica e inteligente que acompaña a Vivienne desde que se enfrentó a la bestia que mató a su padre?

Serás cenutrio. No se para qué te cuento nada si no escuchas. Conocieron a viejos personajes de sus historias, como el padre de Aurora, o la capitana que había masacrado a la tribu de Hotane. También otros personajes que aún no sabían cómo impactarían en sus vidas, como el portador del Ifrit o el chevalier de la cicatriz. Fue solo una presentación, una primera toma de contacto, pero mucho se puede aprender en esos primeros momentos de propios y ajenos. Como la sangre que mana de la frente de un padre después del impacto de una piedra, o la discreción con la que se lleva la venganza contra una genocida.

Pero tras las introducciones tocó viajar por primera vez a las tierras del pantano, por las murallas recién reconstruidas. Una tierra de esqueletos y marismas, de ruinas y oscuridad. Una tierra terrible. Al final de la cual una chiquilla desnutrida y enloquecida de miedo, Tigrilla, vaga entre las aguas. Y de su canto se alzan los muertos y un dragón esqueleto. Pero sus putrefactas facciones y cuerpos no son rivales para nuestras heroínas que dispusieron de las aberraciones necrománticas y tranquilizaron lo que pudieron a la chica. Pero el miedo y la locura que la atenazaban eran sobrenaturales y poco se podía hacer sin la intervención de la Iglesia.

Así que de vuelta a la ciudad, a informar a Greco y tratar de que Alcides pudiese levantar la locura de la niña. Pero en medio de la entrega de la información al chambelán de la Iglesia, fue Vivienne la que empezó a cantar y otra vez el dragón se formó en el despacho. Pero allí había agua bendita, magia poderosa y la determinación de nuestras heroínas para enfrentarse una vez más al dragón y dar con sus huesos en el polvo. ¡Victoria para la vida, joder!

Tigrilla les contó entonces su historia de las tribus nómadas que comerciaban en las profundidades de la marisma pero eso, como tantas cosas, quedará para otra noche. Ya no me queda cerveza y con este frío se me está helando hasta el bigote. Date la vuelta y a dormir.

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