Leyenda de la Arena
Bajo el Sol abrasador
y el viento inclemente...
la fogata no da calor,
se seca el río transparente.
Allá en las praderas
donde reina el viento.
El Gran Rey llamó al luto
en la plaza del centro
para rendir tributo
al Señor recién muerto.
En las áridas praderas
donde reina el fuerte viento.
Una pirámide de cien metros,
un poco hacia el Norte del poblado,
rodeada por los verdes setos
de su pueblo querido y amado.
En las peligrosas praderas,
donde azota el Dios del viento.
Allá el Señor fue llevado,
con sus valiosos objetos,
en una sala encerrado
protegido por Los Cetros.
En las extensas praderas,
En el gran reino del viento.
Un alma sin propio dueño;
un tormento permanente;
dominaría de tu mente
si lo arrancases del sueño.
En medio de las praderas,
durante el reinado del viento.
Esto lo escribí para una partida de Dragones y Mazmorras, en algún momento entre 1996 y 1999.
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