Tiempo de Anatemas 21: La senda del incienso y la plata

Las crecidas anuales del Río Amarillo comienzan en su nacimiento en las profundidades de la floresta, y pronto anegarán el polo de la madera como siempre hacen. En las espesuras al norte de Great Forks, el poderoso Haz Argenta toma venganza contra quien le había delatado y el señor de la guerra Yurghe Yvnne es encontrado al día siguiente devorado por bestias en su propio dormitorio. Y la joven Gui'shandra Vindra acalla al espíritu aullante en la ciudad de Sijan, triunfando donde otros más expertos habían fracasado. 

Son los rumores de este hecho los que llegan hasta Nexo y ponen en marcha al Círculo que quiere investigar la ciudad de los muertos y los hechos allí ocurridos. Una visita rápida para descubrir lo ocurrido, es lo que planean mientras, con sus votos, ponen en marcha a la Corona de la Creación, rumbo norte hacia el puerto de Sijan. Lo que hubiera llevado un largo tiempo de viaje anteriormente se convierte en un trayecto de unas pocas horas y pronto se encuentran sobre las aguas de la ciudad de los muertos, donde contratan a una guía local para que les lleve a los aposentos de la sacerdotisa y les cuente la escalofriante historia de miembros de la Orden Mortuoria perdiendo la cordura por las demandas de unos espíritus que ya nadie sabía acallar o apaciguar, pues los ritos para lograrlos se habían perdido con el transcurso de los siglos.

Y la propia Gui'shandra, cuando la encuentran en sus aposentos, se encuentra profundamente traumatizada por lo vivido. Para deshacerse de la guía, Ventura la convence de que investigue si la Emperatriz Escarlata pasó por Sijan como ellos creían. Y una vez a solas, la joven de la Orden Mortuoria, cuyo pelo empieza a encanecer mucho antes de lo debido, les habla de sus sueños, de cómo le revelaron los antiguos rituales los fantasmas que habitan en ellos. Pero su mente, fragmentada, no puede recuperar esas memorias si no es restaurada, de modo que Synn y Megara diseñan un ritual mágico para recuperarla. Entre símbolos mágicos y necrománticos, empiezan a tejer una malla que permita que la joven lidie y restaure su mente y lo que en ella habita, pero una poderosa magia o ente espiritual anida en su interior pese a todo.

Así que mientras disponen todo, Ventura parte en busca del mercado entre los túneles de la ciudad de los vivos de Sijan, encontrando incienso y otros productos requeridos para el ritual. Mientras tanto, Jun y Quro abandonan el subterráneo por la escalera de los amantes, cuyas tumbas se tocan aun tras la muerte, y recorren con un guía poco voluntario el camino hasta la tumba del espectro acallado. Necesitan de allí algunos de los restos del ritual que Gui'shandra había realizado pero, más que eso, encuentra Jun las marcas del rayo en las bases de las columnas de las tumbas. Y, sabiendo eso, Quro observa con detalle las inscripciones y grabados, prácticamente borrados por el tiempo y la lluvia, hasta identificar en lo alto de la tumba un disco solar. Y ambos, rápidamente, identifican que esta era la tumba de quien otrora había sido Synn. Aquella a quien Haz Argenta había llamado como Okami.

De vuelta con todos los ingredientes, el ritual mágico se completa y la memoria de Gui'shandra Vindra es restaurada. Es entonces cuando recuerda que en realidad ella es la hija de un espíritu muerto tiempo antes y una mortal viva en la actualidad, pues los vivos y los muertos conviven de extrañas maneras en la ciudad de Sijan. Y era esta unión de la cual había ella nacido, otorgándole una sensibilidad especial a ciertas cosas, y fue el espectro de su propio padre quien le había revelado el ritual de descanso necesario para la tumba, tan antigua como era. Y que el ritual había requerido tres máscaras de madera que simbolizaban lobos, una para un cetro, una para un orbe y otra para una corona. Si había algunas dudas con respecto a la dueña de esa tumba, estas desaparecieron del todo, y juntos, llevados por la pasión y la curiosidad, recorrieron de nuevo el camino a la superficie guiados por la novicia de la Orden Mortuoria. 

Pero hubo que deshacerse de ella, siendo Jun el encargado de distraerla, pues para la Orden y sus integrantes las tumbas eran sagradas y abrirlas era sacrilegio. Y esa era la intención del Círculo. La puerta de la tumba, guardada por los espectros vistos por Quro, fueron convencidos con ingeniosos disfraces y rituales de que la Reina Lobo había regresado, Okami no Joo, la Más Resplandeciente. Y los guardias abandonaron su puesto, su misión completada con la verdad disfrazada manifestada en torno a Synn por los ardides de Megara y Ventura. Así que, con su disfraz, la Cenit trató de abrir la puerta para encontrar sus manos dañadas por las guardas mágicas de la misma. Fue de nuevo la combinación de magia y astucia de Ventura y Megara las que consiguieron abrir las puertas, liberando el aire corrupto y dañado del interior. Jun abandonó entonces su tarea de entretener a Gui'shandra, dejándola a manos de Espada Celeste, para poder adentrarse en la tumba con los demás.

Y la primera sala estaba llena de riquezas y tesoros. Un recibidor de estatuas de Okami no Joo atendidas aún en la actualidad por una veintena de espíritus, personas enterradas con vida cuando esa tumba se había cerrado milenios atrás y que aún, diligentemente, llevaban a cabo sus tareas. La siguiente puerta fue de nuevo empujada por Synn, que hizo que se iluminase y salió despedida con una fuerza tremenda. Si bien Quro trató de agarrarla y amortiguar su vuelo, ambos fueron arrojados fuera de la tumba y a través de la calleja hasta chocar contra el mausoleo del lado opuesto. Si bien Megara y Ventura trataron de desactivar la trampa de la puerta, lo que resultó es que estaba ocupada por un espíritu guardián que Synn debió convencer de que ella era la reina renacida. Fue en esa sala, que Ventura cayó en la cuenta de que en Nexo había tres antiguas tumbas de la Primera Edad, y que si esta era la de Synn, por la importancia que Nexo tenía para sus antiguas versiones como relató Haz Argenta, las otras cuatro debían ser la suya y las de los demás.

Convencida la puerta, dejaron atrás los tesoros para llegar a la principal cámara mortuoria. Centenares de espectros rotaban en eterna procesión de alabanza a la reina en el exterior. En el terreno medio sus cortesanos, decenas de ellos, todavía debatían sus cuestiones de política de una corte que largo tiempo hacía que no existía. Y en el centro, bañada por un radiante rayo de luz solar, el sarcófago de piedra donde reposaría Okami esperaba perfectamente iluminado. Ante tal despliegue de espectros, de personas que habían entregado su vida a ser enterradas con su reina, el corazón de Xiao Baozi comenzó a encogerse un poco, empezando a ver por qué la furia de su maestro a lo que los solares habían hecho acaso no estaba del todo desencaminado. 

Synn se adentró en la corriente de espectros en procesión camino de su tumba, llevada por su curiosidad, para ser inmediatamente controlada por una orden que permanecía allí desde tiempos de antaño. Un mandato tan imperativo que había sobrevivido a quien lo había realizado, pues estaba claro por pruebas anteriores que este mausoleo lo había erigido la propia Okami tiempo antes de morir. Si bien intentaron protegerla mágicamente y con convicción, Synn estaba siendo arrastrada por la corriente y el mandato, camino de morir y trascender. Fue Jun quien se dio cuenta que la magia era una cuestión en su mente y que si se la movía físicamente su resistencia sería la de la propia necromante, de modo que Quro lanzó una cuerda, la atrapó y la atrajo a la fuerza de vuelta a la seguridad de la entrada.

Con guardas mágicas y cuidado, lograron que Synn cruzase la corriente de la procesión de fantasmas y llegase al segundo círculo, pero su esencia lentamente iba muriendo camino del otro mundo. Allí, el chambelán que tanto había exigido los ritos adecuados como para volver dementes a los miembros de la Orden Mortuoria se le aproximó, preguntándole por un título adecuado para alguien a quien Magnífica o Perfecta quedaría pequeño y sería insuficiente. La mujer, todavía disfrazada de si misma aunque el fantasma no se diese cuenta, le habló de unas palabras y un saludo en un idioma foráneo, que significaba más que cualquier otra cosa. Y cuando intentó pasar se encontró con los aullidos de toda la congregación de fantasmas, molestos porque no permaneciese debatiendo palabras suficientemente elogiosas por toda la eternidad. Unos gritos capaces de arrancar la cordura y destrozar la mente de quienes escuchaban y que causaron temor en Synn que brevemente consideró retroceder y dejar atrás su curiosidad y, al hacerlo, empezó a perder el control de si misma bajo el influjo de la Gran Maldición.

Así que se forzó a seguir a través de los fantasmas hasta dar con el haz de luz solar que caía desde lo alto. Una columna de energía que hubiese disuelto a cualquier otra persona pero no a ella, no a su dueña legítima. Cuando lo cruzó Synn, obtuvo paz y tranquilidad y se volvió a los fantasmas congregados y los liberó de sus tareas y responsabilidades, pues la reina había regresado y habían cumplido su tarea de honrarla y protegerla finalmente. Juntos ya todos los integrantes del Círculo, abrieron el sarcófago esperando encontrar acaso un esqueleto, quizás riquezas o artefactos, pero lo que hallaron fueron unas escaleras hacia las profundidades. Ya no había guardas ni protecciones, solo el último trayecto, pues abajo, entre murales, les esperaba un pasillo hacia una puerta final.

Un pasillo que contaba la historia de Okami desde que era una muchacha hasta que conversó con el Sol Invicto. La formación del Círculo original, cuando conoció a los demás integrantes y el liderazgo de los solares durante un tiempo de gloria y perfección. De la batalla contra una gran oscuridad y como esta, derrotada, había corrompido a los amigos de Okami, llevándolos a la demencia. Del intento de Okami por salvarles creando la manse de la Serpiente de Ojos de Rubí que ellos recientemente habían visitado, y su fracaso a la hora de lograr una cura a su maldición. De la grandeza de la Reina Lobo a su regreso a su reino personal en la ciudad que actualmente sería Jiara y de los crecientes problemas de sus menores compañeros a los que Okami tenía que guiar y enseñar todo el rato pues los demás solares eran poca cosa a su lado. De los sacrificios crecientes de sus seguidores en su honor, de entregar riquezas y ofrendas a entregar familiares o incluso sus propias vidas y servicios eternos, como habían visto en la propia tumba. De cómo Okami fue guiando a sus compañeros a sus tumbas cuando estuvieron viejos y débiles, pese a la oposición de Haz Argenta, incluyendo la capacidad para Ventura para identificar la tumba que Tinta Negra había aceptado como suya y cual correspondía a cada una de las otras personas del Círculo. De cómo ella se retiró a su propia tumba, donde ahora caminaban, cuando llegó su momento. Y de como los Exaltados del Dragón habían apuñalado a los demás solares por la espalda, sus seguidores vueltos sus enemigos, dibujado con unos trazos más primitivos y apresurados como identificó Quro. Y quizás, como señaló Ventura ante los ojos horrorizados de Xiao Baozi con lo que estaba contemplando, los vástagos de los elementos no habían cometido un error acabando con las vidas de los solares de antaño si estaban tan locas como había llegado a estar Okami. 

Finalmente abrieron la última puerta, dando a un lugar fuera de este mundo. Una esfera negra como el cielo de la noche cuyo centro ocupaba una estrella misma. Y por cuyo espacio inmaterial, más allá del tiempo y el espacio, todavía se veía un rastro de sangre entre la entrada y el astro. Por mucho que Synn trató de alcanzar el interior del mismo, su calor y su ardor eran demasiado para que cualquier ser vivo pudiese soportar. Pero Jun y Quro examinaron las gotas de sangre y sin duda Okami había sido herida con un arma tiempo antes y se había adentrado en la estrella sabiendo que su tiempo se acababa. Y los conocimientos de herbolaria y venenos de Megara y Ventura les revelaron que había sido envenenada con un veneno imposible, acaso obtenido en la Cuna de la Primavera o creado mágicamente con un dominio de la botánica increíble. Y este insidioso veneno habría ido dañando de modo imparable la mente de Synn hasta que finalmente se había rendido y retirado a morir a su tumba. 

Sabiendo que nada más podía hacerse por el momento y con muchas respuestas a sus preguntas pero también cuestiones nuevas que plantearse, los solares abandonaron el mausoleo hasta que llegase el momento en que, de algún modo, pudiesen abrir la reliquia antigua que era esa estrella. Cerrando las puertas tras ellos, llegaron al exterior donde una comitiva de la Orden Mortuoria les esperaba horrorizados ante lo ocurrido. Una de las sagradas tumbas había sido profanada, el más terrible de los pecados y delitos, pero con palabras certeras y veraces, fueron capaces de convencerles de que solo habían dado descanso final a los espectros que todavía esperaban su liberación. Los miembros de la Orden les ordenaron que abandonasen la ciudad pero no se interpusieron ni dieron más problemas, en estado de shock ante el horror de lo que allí había ocurrido. 

Si bien las ganas de regresar a Nexo y entrar en las otras cuatro tumbas eran muchas, había una ley del Emisario que, por el bien de las gentes de la ciudad, prohibía hacerlo. De modo que entrar en ellas debería ser planificado cuidadosamente, algo que se quedaron haciendo Megara y Synn mientras la Corona de la Creación viajaba hacia el oeste a Port Cailin. Allí, Ventura, Jun y Quro querían robar el libro de cuentas de Ragara Calel Acero Fundido para probar su corrupción y engaños a la Casa Ragara. Bajo disfraces de mercaderes de los Cien Reinos, encontraron hospedaje en la Doncella y la Vasija, un respetable y renombrado establecimiento frecuentado por los miembros del Gremio. 

Jun y Quro, después de comer en el hospedaje, fueron recabando información sobre el cobro de impuestos en las distintas regiones de la satrapía, pues ese registro es el que llegaría hasta el libro. Mientras tanto, invisible, Ventura se adentró en la mansión del sátrapa para identificar rutas, posibles lugares donde se escondiese ese texto, y la gente influyente. Reunidos de nuevo, dejando a Quro en la Doncella y la Vasija, viajaron hasta el almacén a donde llegaban los impuestos pues allí tendría que estar el libro durante el día para llevar el registro de las cuentas. Con su conocimiento Ragara y su labia, un Jun disfrazado como miembro de su propia Casa logró infiltrarse en el almacén con Ventura invisible en su estela. 

En efecto, en el enorme almacén fortificado se encontraba el texto, abierto y en manos de Ragara Ábaco de Jade, la mano derecha del sátrapa de Port Cailin. Y este, a lo largo del día, iba entrevistándose con los cobradores de impuestos de las cercanías, frustrado cada vez más porque no se podían reunir los impuestos deseados después de la anterior ronda de abusos sobre la población. La esclavitud, la hambruna, los problemas de malestar en la satrapía, lentamente se iban acumulando como temas de conversación para compensar las pérdidas sufridas cuando los planes de Acero Fundido habían sido deshechos en la capital. Localizado el libro el joven Ragara de Nexo fue entrevistando a gente de poca importancia que sabía lo que estaba ocurriendo para añadir sus testimonios a las pruebas que presentarían cuando llegase el momento. 

Con el cierre del almacén, la comitiva de Ábaco de Jade se puso en marcha de vuelta al palacio de la Casa en la ciudad, con Ventura invisible detrás de ellos. Este asistió a las reuniones de los Ragara de importancia discutiendo esas cuestiones, a sus cenas en familia y a las horas de trabajo de Acero Fundido incluso cuando el sol se puso. Pero, más importante, cómo guardaba el libro en una caja fuerte en su despacho, con sellos mágicos y tecnológicos. Las artimañas del Noche le permitieron robar la llave mágica, su astucia mecánica logró abrir la cerradura mecánica y, mientras todo el mundo dormía, comenzó la tarea de falsificar el libro. Fue haciendo estas tareas que logró identificar las numerosas guardas y precauciones que un texto de ese calibre encontraba en sus páginas para garantizar que nadie podía hacerse con los secretos de los Ragara... menos él. Cuando acabó su trabajo cuidadoso, dejó la versión falsa en la caja fuerte y la cerró, devolvió la gema al lugar donde pasaba la noche en la mesilla de noche del sátrapa y regresó a las calles de la ciudad poco antes del amanecer, con el texto original bajo su brazo. Habría que examinarlo y comprobar las entradas, los movimientos de dinero, las fuentes del mismo, un trabajo cuidadoso y minucioso que Jun podría hacer con calma pues nadie sabría que el libro que permanecía en la caja fuerte no era el verdadero.

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