Historia de una Ida y una Vuelta 6: Sin Perdón

Tiempo. Esa variable irresoluble e imponderable para la mayoría, que interfiere en la belleza matemática de Ecuaciones inferiores. No en la mía, pues el Plan contempla que el tiempo no es más que un recurso más que utilizar y manejar a conveniencia. Y aquel que lo sepa utilizar mejor tendrá un rifle de su lado que otros no pueden esquivar. Por eso, lo que ocurrió entonces en la secuencia y lineal y subjetiva de nuestras vidas nunca ocurrió en la linea temporal del mundo ya que solo unos pocos vemos cómo están marcadas las cartas de la baraja. Yo mismo no lo recodaría de no ser por las trampa de Nova, pero me adelanto en el cálculo procesal de lo que aconteció.

Tiempo y memoria, ¡que dos cosas tan sencillas que erróneamente dar por sentadas! Y sin embargo, juega unas cuantas manos de cartas y la mayoría de jugadores habrán perdido la cuenta de qué cartas han salido ya, cuales son estrategias usa cada jugador, cómo son los gestos que les delatan. Solo algunos privilegiados maestros recordamos lo que todos han olvidado y vemos lo que al resto pasa desapercibido. Por eso os contaré lo que nadie vivió, pero que acabo con la vida de uno de los nombres de nuestra lista: John Maths; cometió el error de jugármela, y el de ganarse el odio de Mula. Para mi su traición era la parte fea del juego que todos los jugadores aceptan al sentarse a la mesa, parte de los gajes del oficio; para el solitario mercenario, la traición de Maths era personal, ataba con su sensación de éxito y fracaso y en su complicada relación con su padre abusivo. La misma acción, una traición, pero con muy distintas consecuencias según a quien se la haces. Unas consecuencias que el fixer no había sabido juzgar adecuadamente y le encaminaban, sin saberlo, a saludar el extremo opuesto del cañón de un rifle. O de un puño, que en este caso, tanto da.

Comenzó con la tranquilidad previsible de un día normal planificando la muerte de quienes nos habían agraviado. Un calculado fluir del tiempo roto cuando  Ghia llamó para decirme que habían transformado su casa en un centro comercial. Gentrificación, nada extraño en nuestro mundo capitalista donde el suelo en el interior de la caldera de Olympus City se revaloriza continuamente. Hice unas cuantas preguntas y lo hubiera dejado pasar si a mi no me hubiese llegado al poco una notificación de desahucio. Mis cuentas, como las de Ghia, estaban en orden. Así que una vez es cosa de la vida, dos es un jugador cogiendo sus fichas mientras el dealer reparte, estableciendo con ello el comienzo de la partida al pagar la señal. Y yo iba a jugar y ganar.

Avisé a los demás de que irían a por ellos y así fue, salvo con Aurea que nada poseía así que nada podían quitarle. El antiguo Diógenes lo habría aprobado. Palm Beach, una empresa de construcción constituida un mes antes, en un entramado extremadamente secretista. El rastro de alguien retrocediendo en el tiempo para acaba con nosotros antes de convertirnos en un problema para él, alguien sutil y cuidadoso que no resuelve las cosas con el revolver. Y el marcador del juego identificaba que Trajecitos,el mote de Maths, era quien había perdido dinero. Cartas repartidas, partida en marcha y la primera carta sobre la mesa muestra una reina de diamantes, pues dinero es el nombre del juego.

Pero ni la más perfecta de los fríos cálculos de Ecuaciones de infinitesimal complejidad puede tener en cuenta todos los factores. Siempre queda un margen de error, y ese joker de la baraja era Mula. El mercenario entendía que vinieran a por nosotros, que nos jodiesen o matasen, era parte del juego para él, un juego en que no se podía ganar, solo sobrevivir un día más. Pero descubrir que le habían cambiado el motor de su nuevo bus nuclear por un motor normal, eso no estaba dispuesto a perdonarlo. Lo que para los demás hubiese sido molesto o irrelevante era para él una inesperada línea roja que puso en marcha todo lo que vino después.

Lo que siguió o, mejor dicho, lo que vino antes lo sabemos por investigaciones posteriores y deducciones. Porque el día había comenzado igual, con las notificaciones de expulsión de nuestras casas y la construcción de un centro comercial. Pero, al avisar a Mula, este no respondió al mensaje: ya estaba muerto. El día antes estaba vivo, así que de un modo u otro iba a morir esa noche si no lo evitábamos. Así que retrocedí un día para averiguar lo ocurrido, comentándolo con los demás menos con el mercenario, de modo que Aurea siguiese a Mula sin ser descubierta. Pues antes de salvarle la vida necesitábamos saber de qué había muerto.

El rastro era el siguiente: Mula encontraba el motor cambiado de su bus, e identificando acertadamente que era cosa de Math porque lo sabia de haber retrocedido en el tiempo, acudía a matar al fixer en su residencia sin avisar. Sin embargo, antes de poder detonar la bomba, moría envenenado de un modo complejo y cuidadoso, cuestión de un verdadero profesional sutil y elegante. Veneno siempre fue un arte refinado de las altas clases de la sociedad al fin y al cabo, no algo inferior y brutal como un misil o un winchester. Las cuentas se habían actualizado notablemente, pues Trajecitos y Máscara habían perdido importantes cantidades y Mega Assino las había ganado. Dos y dos, no es una jugada maestra: Mula había estado a punto de tener éxito y Math había requerido ayuda para regresar detrás del Hito y contratar a Mega Asesino para que lo envenenase. Al cruzar él para fundar la empresa Palm Beach en el pasado y ahora el ejecutor para envenenar a Mula, el Hito había crecido considerablemente en coste.

Aurea y yo lo hablamos. La opción matemáticamente óptima era quitarle el veneno al mercenario tantas veces como quisiésemos para asegurar que detonaba su bomba cuantas veces desease…o, mejor dicho, tantas veces como Trajecitos y Máscara tuviesen dinero para deshacerlo. Serían dos potenciales rivales desarmados de su potencia de fuego principal, los ases de sus mangas engañosas. Peo Aurea, más blanda de lo necesario para cumplir nuestros objetivos, creía que era Mula quien debía decidir si estaba dispuesto a morir un numero N de veces para conseguir ese fin. Y no valía la pena oponerse en este punto.

Mula estuvo de acuerdo desde el principio cuando le expusimos lo ocurrido, mientras Ghia le extraía el veneno que circulaba por sus venas. Un compuesto complicado y elaborado que le mataría cuando le insertasen el último agente. Pero entonces las permutaciones de la Ecuación encajaron para revelarme que estábamos entendiendo mal la situación, habíamos aceptado unas reglas de juego que podíamos usar a nuestro favor. Dos personas habían cruzado el Hito hacia atrás ya, más la vez que había retrocedido Aurea tras nuestro primer asesinato exitoso. Eso elevaba el coste de cualquier tránsito a través del umbral mil veces por encima del coste básico, y el marcador indicaba que nadie tenia el capital necesario para retroceder de nuevo por detrás de el, era demasiado caro.

Hipotesis: si no pueden viajar al pasado por el Hito, dependen de sus habilidades en el presente para sobrevivir. Son vulnerables y la cantidad de monedas se vuelve irrelevante al no poder proceder al pago de la cantidad requerida para cruzar ese momento arbitrario.

Contrahipótesis: sin las habilidades de combate de mis acompañantes y sin viajar en el tiempo, Maths y O-yoroi no tienen los recursos para sobrevivir a una confrontación de esa clase.

Síntesis: Jaque. Por ver está si es o no mate.

Así que ahí mismo, en el futuro, hicimos una investigación sobre el pasado. El objetivo era encontrar donde estaban O-yoroi y Maths en los instantes posteriores al Hito, para poder retroceder y acabar con ellos. Uno resulto estar en un aeropuerto de la ciudad haciendo negocios con la mafia par pagar precisamente toda la expansión y compra de pisos para sacarnos de juego. La otra, paranoica, se encontraba escondida en un búnker secreto, como descubrió Rev al interrogar a su “contacto”. Interrogar quizás es demasiado elegante, si tenemos en cuenta como me dijeron que fue la interacción. Yo me hice el despistado turista para acercarme al templo sobre el cual estaba el búnker pero resultó que la entrada no estaba ahí.

Localizamos la entrada en el Ayuntamiento de la ciudad, y junto a unos documentos falsificados por Ghia para poder hacernos pasar por una rutinaria comprobación, nos colamos en el mismo. Guardas y demás métodos de seguridad resultan irrelevantes cuando puedes gastar todo el dinero de mi cuenta en sobornos, sabiendo que iba a retroceder en el tiempo y hacer que eso nunca ocurriese. Supongo que hice al pobre guardia muy feliz en su anecdótica linea temporal. Al final, fue Nero la que entró en el búnker para no delatar nuestra presencia a O-yoroi, encontrando no solo al mejor mercenario de la ciudad refugiado en el mismo,sino que el segundo mejor estaba contratado por la cantante para protegerla. Paranoica perdida sin duda, pro la paranoia solo es una enfermedad si no hay alguien de verdad detrás de ti, y en este caso ella bien sabía que los lobos aullábamos a su puerta al ritmo de guitarra de nuestra cantante.

Pero el problema no estribaba de acabar con ella o no hacerlo, con su seguridad elevada o lo que fuera que tuviese en su habitación del refugio; la cuestión era que se trataba de una ciudadana ejemplar y la policía de Nero y su idealista jefa no nos permitiría un asesinato en frio dentro de la ciudad. Y era demasiado pronto en la partida como para quitar de la Ecuación la complicidad policial. Por más vueltas que le dimos fue imposible encontrar un modo de hacerlo y fue la propia Rev la que, en un alarde de paciencia inesperado, señaló que habría mejores oportunidades en el futuro. Supongo que si que estaba madurando,como esperaba después de las conversaciones que… bueno, de momento no habíamos tenido ni íbamos a tener porque nadie las recordaba. Hasta que Nova hiciera acto de presencia al menos.

Así que nos centramos en Maths al menos de momento. Aunque el intercambio entre él y la mafia se producía también dentro de la ciudad, la policía estaba dispuesta a apartar la mirada ante la desaparición de unos cuantos criminales mientras hacían un intercambio ilegal. Que Maths hubiera comprado la policía y les hiciera llevar el emblema de Palm Beach seguro que ayudaba. Así que investigamos planos, rutas, miembros presentes. Incluso, en esos días de investigación futura, cual arqueología de un asesinato por cometer, Mula logró atrapar una araña robótica, el cuerpo usado por Mega Asesino para inyectarle la última dosis del veneno, el catalizador que debería matarlo. Detenerle y capturar a la criatura mecánica le hizo ganar el respeto del asesino, información y un cambio en las piezas del tablero, pues este nunca aceptaría de nuevo un contrato contra Mula.

Con toda la información recopilada y todo el conocimiento dispuesto, Mula retrocedió hasta el momento en que el Hito estaba listo para cambiar el futuro. Regreso al Pasado debería llamarse nuestro film si seguimos a los clásicos, o acaso el Día de la Marmota Asesina ya que aquella noche parecía repetirse una y otra vez de las más imprevistas de las maneras.

El intercambio se produciría como en un film barato de serie negra, con ambas partes llegando en sus furgones blindados al almacén tenuemente iluminado. Históricamente nada interfería en el desarrollo del pago, pero la historia la escriben los vencedores y la pluma estaba en nuestras manos. Una flecha de Aurea, cubierta de poderosos somníferos, puso a nuestro fixer a descansar como si fuese la bella durmiente y el combate que siguió fue una masacre donde la emboscada cumplió perfectamente la función para la que fue diseñada. Los planes no fallan cuando están bien trazados. Así nos hicimos con un Maths durmiente a quien, antes de nada, Aurea devoró el cerebro para descubrir todo lo que sabia, especialmente de sus tratos con Máscara.

Si bien la satisfacción de ver muerto a ese cabrón fue grande, más lo sería descubrir su secreto que tantas nuevas piezas añadía al tablero. Y es que no solo sus tratos con Mascara y su miedo a nosotros permanecía en su memoria devorada, sino la historia de cómo había robado su cuenta en el sistema de viajes temporales y fagocitaba aquellas débiles de las que se podía apropiar, como un sucio deshecho, una lamprea hambrienta de lo que seres mayores cazaban. Y eso era algo que nosotros podíamos hacer también ahora que sabíamos cómo. Así que, brevemente, Nero tuvo su cuenta y nos transfirió todo el dinero de la misma. ¿Por que no se quedo con la habilidad de viajar en el tiempo? En sus palabras, porque nos sería más útil fuera del sistema, indetectable. Buena chica, bien educada, nuestro pequeño as invisible.

Así que retrocedimos en el tiempo y disfrutamos de despertar a un Maths que ya no era Trajecitos,.de ver el miedo en sus ojos al darse cuenta del final inevitable, al entender que haba jodido a Mula y lo pagaría. Quiso negociar y no lo consiguió. Al menos, a diferencia de otros, no suplicó por su vida, tuvo esa dignidad en su final. Pero eso no le valió el perdón que le hubiera salvado la vida. Y el brutal puñetazo de Mula le reventó la cara con un muy satisfactorio crujir de huesos rotos, calaveras aplastadas y vidas destruidas. Au revoire.

Y ahí interviene Nova, después de que yo mismo bromease con que en vez de celebrar era hora de esperar un momento a que uno de nosotros regresase del futuro para decirnos que algo había que hacer. En ese momento, el científico nos hizo una transferencia, y con ella iba una recolección de todos los recuerdos perdidos en lineas temporales que nunca existieron. Mezclados, resintetizados y recontados cada uno desde nuestros puntos de vista, aun si no había recolección exacta de aquellos eventos.

Hipótesis: Nova hace una copia de nuestros egos cada vez que viajamos en el tiempo, al mover nuestra conciencia. Y la almacena en su servidor, al principio del tiempo, antes de donde ninguno podemos retroceder.

Contrahipotesis: cuando esto acabe, convertir una de nuestras identidades en un virus mental que tome control del servidor en el que acabe alojado para volver vulnerable a Nova en su refugio externo al tiempo.

Síntesis: hace falta más información. Tiempo, como siempre, tiempo.

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