La Edad Oscura 21: Winters

 

Con la llegada del invierno, las redes de la Dama Winters, preparadas durante meses, se lanzan. Pero la intervención de la Duquesa Salandra Decados advierte del inminente ataque simultáneo a las posesiones de los Castillo y de los Talebringers. Un primer paso saca de todo peligro a los gremiales cuando Seth solicita la intervención de Emperador. Y cuando la Emperador de los Soles Exhaustos llega a Sutek la batalla se desencadena en el palacio de Ptah-Seker. Pese a las muertes y la dureza de la lucha, sin la protección demoniaca, la Casa Büren se encuentra con una dura derrota, sus integrantes muertos o desperdigados a los cuatro vientos.

Y tras ello, el juicio a los Büren por su traición, su Casa castigada por atentar contra otros de los vasallos de la Casa Castenda de Sutek. Su heredera puesta al cuidado de Lisandro como garantía de que los Büren no intentarán nada nuevo. Seguido de un peregrinaje hasta el más antiguo de los monasterios del planeta, en lo alto inaccesible y escarpado de las montañas. Un lugar de origen sathraista, reconvertido al culto al Profeta hace muchos siglos y que, como nuestros héroes descubren, hace 700 años que ha sido corrompido por la Oscuridad. Pero la corrupción puede ser limpiada con fuego y de ella se puede aprender, e incluso un intransigente inquisidor puede ser convencido para mostrar piedad, mientras se sigue el rastro del Charioteer corrupto por los demonios.

Pero, entre debates teológicos con el Santuario de Aeon y reuniones matrimoniales en Varadim, los conflictos crecen. Pues la Inquisición pronto llega al planeta republicano y detener a Ur-Tarik probará más difícil de lo que uno podría pensar. Pues en Delphi, los Hawkwood se dividen en una guerra civil entre el Duque del planeta y la Princesa de la Casa Real. Y los Li Halan y los Hazat hablan de nuevas alianzas. 

En el medio de estas intrigas es donde se encuentra el enlace de la Dama Winters con lo ocurrido en la capital y en Sutek. Una colaboración de los Talebringers y el Ojo del Emperador que rastrea hasta la Dama la conspiración. Y un plan surge de la mente de Seth, para meter el terror en la poderosa guildmeister de los Reeves, jugando con la magia y la desinformación. Un plan osado y arriesgado que, si bien no consigue el objetivo de meter el miedo en la señora de los banqueros, si sirve para demostrarle que su rival no solo es digno, sino que acaso sea mejor que ella, pues los recursos, la rapidez y la flexibilidad del guildmeister de los Talebringer sin duda coge desprevenida a una dama que requiere más tiempo para cuidadosamente planear sus siguientes movimientos.

Y así, a medida que se aproximan los últimos días del Emperador en el trono, mientras el Imperio se desteje en sus uniones y surgen los conflictos, otra dama regresa de entre los muertos. Theafana al-Malik, la santa, la mártir. Portadora con ella de una gran esperanza, pero también de grandes posibles peligros.

Comentarios

  1. Normalmente escribo estas entradas en el hype inmediatamente despues de la partida correspondiente, pero en esta ocasión no hubo ese hype por la sensación general que me quedó. No todas las partidas pueden ser brillantes al fin y al cabo. Pero por ello, este relatillo lo he escrito al día siguiente, más frío y distante, pues quería que al menos quedase constancia de toda la historia.

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