La Edad Oscura 20: Más Allá de la Oscuridad

 

Las casas de los herejes delatados son asaltadas por el fuego de la Inquisición, sin mediar preguntas, condenados sin derecho a un juicio pues ese es el precio de la Guerra contra de la Oscuridad. Peones sacrificados en una guerra que los Mundos viven pero desconocen, contra un enemigo tan vasto como el espacio entre las estrellas. Tan poderoso como el tiempo. Tan inevitable como la muerte. 

Pero hay quienes están dispuestos a luchar por los débiles, los rotos y los olvidados. Recuperando gárgolas de los antiguos santuarios sathraistas, un arma se añade a su arsenal. Pero el Imperio se divide, cada vez más, a medida que la Oscuridad prepara su contraataque. Y los hilos que mantienen a los Mundos Conocidos unidos se separan en las junturas mientras las alianzas del Emperador se resquebrajan tanto con los Li Halan como con los al-Malik y los Hazat planean su ascenso. Mientras la Iglesia se distancia, dividida en sus conflictos internos y los Gremios buscan organizar un frente unido. Porque el Emperador lucha prácticamente a solas, con aquellos decididos a seguirle a la oscuridad, una batalla que los demás están dispuestos a ignorar para avanzar sus agendas y sus planes. Al fin y al cabo, para tomar la Corona hace falta derramar sangre y estar dispuesto a sacrificarlo todo, incluso la existencia misma. 

Pero siguiendo los planes de los Justuus para recuperar sus tronos y sus mundos, Seth y Lisandro viajan a las coordenadas del perdido planeta Paradise para encontrarse con que todo el sistema estelar no está donde debería. Vacío, nada, ni siquiera las ruinas ni los restos. Porque, con una nave desconocida, los Vau han secuestrado el sistema solar entero y se lo han llevado más allá de los límites del Imperio, a la prohibida tierra de la Hegemonía, donde ningún humano puede pisar y vivir. Un rastro imposible de detectar y que, sin embargo, encontrarlo abre las puertas a las extrañas conversaciones y comportamientos de la antigua raza alienígena.

Porque primero con el embajador Vau ante los humanos y luego con una de sus rebeldes sacerdotisas en Vau, nuestros héroes acuden en busca de respuestas y obtienen enigmas. Porque los Vau no entienden el mundo como los humanos ni se expresan como ellos. Y a la sombra de sus Maestros Annunnaki, entre la sombra y la luz, ellos no ven la mano. Y conocer la prueba es fallarla. Y el tiempo y la contención son respuestas poco claras a preguntas incomprensibles. Porque la Gran Conjunción llegará y el momento del ocaso de la humanidad. Porque, al final, todo son lágrimas de niños que buscan a sus madres en la noche.

Y ese el camino que se encuentra más allá de la Oscuridad, el camino entre la estrella, la luna y el eclipse.

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