La Edad Oscura 19: Los límites de la vida y de la muerte

La nave de exploración Virtus Gladii de los Brothers Battle marcha hacia Chernobog, el planeta donde el antiguo enemigo había visitado por última vez. Un planeta donde todo es vida sin límites, pero una vida capaz de aniquilar a los aguerridos soldados que, a traves de la jungla, avanzan pese a las bajas. Todo para acudir a la llamada de una baliza de emergencia en torno a la cual Theafana al-Malik medita y reza: la mártir, declarada muerta hace años, capaz de cambiar la guerra contra los simbiontes con sus actos, la antigua amante del Emperador. Una mujer capaz de cambiar con su presencia todo el equilibrio del Imperio.

Pero lejos de Chernobog, Seth y Lisandro se adentran con un plan en el núcleo del antiguo bunker de la Segunda República. Guiados por las visiones del futuro de Karyn, con la espada de Gawain a su lado y su férrea determinación, se encuentran en la oscuridad a la monstruosidad en la que se ha transformado una mujer por intentar romper los límites de la muerte. Una mujer cuya inteligencia ha sido destruida, atrapada y mutada en una existencia que no es vida, pero que tampoco tiene un final. Una existencia de la que acaso no haya sido liberada cuando las máquinas que obraron su impía transformación son destruidas y su carcasa con ellas. 

La gárgola en torno a la que estaba construido ese laboratorio es llevada a Ptah Seker, la ciudad de Lisandro Castillo, donde su presencia empieza a cambiar el equilibrio demoniaco en la ciudad. Y, tras extrañas y obsesivas conversaciones con la Inquisición, un edificio revela su presencia invisible en el centro de la ciudad. Entre abominaciones bio-mecánicas y pactos infernales, el rastro del cuarto de los Archidemonios es encontrado, Leviatán, el señor de la Pereza. Y, por primera vez, incluso lo indestructible se ve derrotado y llega la primera victoria de los mortales contra la Oscuridad entre las Estrellas y sus agentes.

Y con ella llegan revelaciones, igual que las que se producen en el seno de la familia, cuando el gran secreto de los Castillos es revelado y se ve que, desde hace muchos años, es la Orden Eskatónica la que juega y apuesta con el Destino mismo en su lucha contra el final del mundo. Unas revelaciones que no empañan la dicha de la boda entre Lisandro y Laureana, unidos en sagrado matrimonio en un día perfecto desde el principio hasta su peculiarmente romántico final. 

Porque, incluso en las horas más oscuras de este final de Edad, en este Imperio débil y fragmentado, hay espacio para la belleza, la vida y la luz. No sin un precio, sin duda, pero los sacrificios adecuados al final tienen sus recompensas. Al menos, eso me gustaría creer ahora que se acaba mi tiempo y otros tendrán que tomar la antorcha...


 

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