La Corona del Imperio 00: Testimonios del fin

 

La mujer, sentada en la sala subterránea, está pálida y demacrada. Las heridas todavía son frescas, señales de cortes y golpes, resultados de una batalla. El uniforme rebelde ha sido hecho jirones en numerosos puntos, y bajo los rotos se ven las vendas apresuradas para tapar otras heridas. Frente a ella, un bontham la mira ceñudamente, con paciencia pero también preocupación marcada en su cara. La mujer está hablando, su voz rota y cansada como todo en ella.

-Sí, yo estaba allí cuando todo se jodió. Cuando el Imperio nos dio por culo bien dado. Yo seguía a Leia, como llevaba haciendo desde que me uní, poco antes de la evacuación de la Base Echo en Hoth. La seguiría al mismísimo infierno si hace falta, de hecho supongo que lo hice...-

-Pero tú te ofreciste voluntaria para la misión de tierra en la luna de Endor. ¿Verdad?-

-Sí. Quería hacer algo que fuera importante. Algo que marcase una diferencia. No tenía ni idea de la mierda que sería... Nos adentramos en los bosques en dirección al generador de escudo. Leia nos dirigía entre los árboles, y junto a los generales Han Solo y Chewbacca nos sentíamos invencibles. El plan de asalto frontal era sencillo, pero los cálculos estaban mal: el búnker era mucho mayor de lo esperado y... joder, cuando vi aparecer las monstruosas formas de los AT-ST entre los árboles y los stormtroopers salir en tropel de la puerta del búnker supe que estábamos acabados.-

-Pero tuvisteis refuerzos inesperados, ¿no?-

-¿Te refieres a los nativos? No sirvieron para nada. ¿Qué iban a hacer contra el blindaje de un caminante o la armadura de un soldado de asalto con sus palos y piedras? Nos masacraron. A todos. Los cadáveres de ewoks y rebeldes cubrieron el suelo del bosque y aún huelo la sangre cuando cierro los ojos. Nos jodieron bien jodidos y, pese a la importancia de la misión, Leia acabó ordenando la retirada. Ni siquiera pudimos avisar de lo ocurrido porque las comunicaciones estaban siendo interceptadas, no hasta que fue demasiado tarde... al menos unos pocos conseguimos salvar el pellejo, aunque muchas noches casi preferiría haber sido de los que se quedó atrás, muerto entre los árboles de esa luna maldita.-

Las lágrimas corren por la cara de la mujer, que se lleva las manos a la frente y termina de quebrarse. 

*****

La blanca sala está perfectamente iluminada con fuertes y antisépticas lámparas. La oficial del ISB, su uniforme blanco tan impoluto como las luces perfectas de la cámara observa con firmeza y resolución la figura enmascarada en armadura escarlata sentada delante de ella. El Guardia Real permanece quieto, sin un ápice de movimiento en su cuerpo, mientras ella comienza el interrogatorio.

-Todo lo que diga ahora está siendo grabado para posterior análisis y documentación por parte del ISB.-

-Comprendo.-

-Usted, como miembro de la guardia personal del Emperador, se encontraba en la Segunda Estrella de la Muerte durante el ataque rebelde, ¿es eso correcto?-

-En efecto, me encontraba allí en el momento de la victoria.-

-¿Y conocía los designios del Emperador?-

-Solo la parte que nos correspondía, como espectadores de un evento esperado y preparado cuidadosamente, en caso de que surgiese un imprevisto. El Emperador, como sin duda sabe, solo nos confía la información más esencial para nuestras labores.-

-Cuénteme paso a paso cómo fue.-

-Primero Lord Vader llegó acompañado del joven Skywalker. El Emperador esperaba sentado en su trono, frente al gran ventanal, observando la llegada de la flota rebelde desde el hiperespacio. Conversaron, y el Emperador ilustró como sus amigos estaban condenados a muerte y al fracaso. Skywalker apeló a quien llamó padre, Lord Vader, pero fue en vano.-

-La referencia a la relación familiar potencial entre Lord Vader y Lord Neferis será borrada del registro.-

-Muy bien. De todas formas, su alocución fue en vano, y a medida que veía la situación insostenible de los rebeldes en el exterior, la desesperación tomó control del joven. En un arranque de ira encendió su espada de luz y trató de atacar al Emperador, siendo detenido por Lord Vader. Nosotros sabíamos que no debíamos intervenir, todo estaba siguiendo el plan trazado. La impotencia dio más fuerzas al joven, su miedo, su frustración... y atacó con mayor vigor a Lord Vader, siendo siempre incapaz de derrotarlo. Y, durante unos instantes, fueron perceptibles sus ojos, brillando de un intenso amarillo. El resto se lo pueden imaginar, pero si tienen preguntas concretas estaré conforme en colaborar con el ISB.-

Puertas que se abren y puertas que se cierran. Conseguir el testimonio del Guardia Real había sido complicado, obtener más de lo dicho sería prácticamente imposible. Pero la mujer no se dio por vencida, serían algunas horas más de preguntas antes de dejar marchar al hombre escarlata.

*****

El piloto rodiano camina de un lado a otro de la pequeña sala como un gato enjaulado. Se retuerce las manos de extraños dedos, mientras su mirada de ojos completamente negros se mueve de una cosa a otra sin pararse a fijarse en nada concreto. Se golpea las mejillas con los dedos, sigue caminando y solo se detiene brevemente cuando la puerta se abre y entra otro hombre de aspecto cansado. Van muchas horas de conversaciones inútiles, debido al estado tan alterado del piloto, que comienza a hablar sin dar tiempo a que el otro hombre se siente.

-¡Joder-joder-joder! ¡Los hemos dejado tirados, joder!-

-¿Quieres tranquilizarte y sentarte de una vez? Así no me entero de nada y todo es inútil. ¿Qué coño ha pasado allí fuera?-

-Nos estaban esperando, joder. Ya lo dijo el Almirante Ackbar, que era una trampa, y vaya si lo era. Yo estaba a bordo de la Home One del Almirante junto a la mayoría de mi escuadrón. Gris 8 era mi código, aunque supongo que ya da igual, no creo que quedemos tantos. Nos dieron bien, joder, no dejaron nada...-

-No desvaríes, necesitamos la información y los detalles, céntrate. Estabas en la cabina del X-Wing...-

-Sí, y despegamos como se esperaba. Pero los sensores no revelaban si los escudos de la Segunda Estrella de la Muerte estaban bajados o no, estaban afectándonos con sus contramedidas. Aún así nos lanzamos al espacio siguiendo al General Calrissian pero había toda una armada imperial defendiendo la estación. Incluido el puto Executor, el superdestructor del Emperador. Los turboláseres iluminaron el espacio mientras centrábamos nuestros esfuerzos en los TIE lanzados desde la Estrella de la Muerte, pero sus bombarderos buscaban a nuestras naves capitales y sus cazas e interceptores eran demasiados. Como putas moscas a la mierda llegaban en oleadas infinitas. Pero era imposible retroceder porque habían desplegado dos destructores interdictores y no había forma de huir de sus pozos gravitatorios...-

-¿Qué pasó con los escudos de la Estrella de la Muerte?-

-No pasó nada, joder, ese es el problema, nunca cayeron. Y allí, atrapados entre la Estrella y la Armada Imperial, éramos putos patos de feria para que practicasen su tiro. Varios de los miembros del escuadrón Gris cayeron rápidamente e incluso mi escudo empezó a fallar e impactaron a la unidad R3 que llevaba conmigo. Uno de los A-Wing del escuadrón Azul fue alcanzado y a la desesperada se estrelló contra el puente de la Executor, pero no sirvió de nada. Una nave como esa no depende de un único punto vulnerable. Y cuando la estación activó sus poderosos cañones láser especiales y confluyeron los haces verdes... bueno, entonces ya no hubo Home One. A partir de ahí todo fue caos y muerte, a medida que cada uno buscaba salvar su cuello y huir de allí tan rápido como fuese posible. Pocos lo logramos... los dejé tirados a todos, corrí como si no hubiera un mañana. Joder, quizás no lo había realmente.-

El piloto se retuerce de nuevo las manos, levantándose de la silla donde se había sentado cuando el hombre le indicó que lo hiciese. Camina hacia una esquina y, con frustración, golpea su cabeza azul contra la pared. Es necesario retenerlo y atarlo para evitar que siga haciéndose daño a si mismo.

*****

La sala de reuniones está llena de altos oficiales imperiales, cada uno con sus lectores de datos y sus resultados. Uniformes impolutos, negros y blancos, grises y pardos, identifican con sus enseñas a cada uno de los oficiales reunidos. En silencio, el Gran Almirante les observa con tranquilidad mientras uno de los oficiales comienza su exposición.

-Los informes de la Armada Imperial confirman la destrucción del 82% de la flota rebelde durante la propia batalla de Endor. Un 6% adicional ha sido perseguido y cazado posteriormente en operaciones conducidas en diversas localizaciones a las que huyeron y donde buscaron reagruparse.-

-Los informes del ISB recogen multitud de redadas llevadas a cabo por los gobernadores planetarios imperiales, con apoyo de stormtroopers y tropas regulares, en planetas de todo el borde exterior. Los objetivos, lugares de reunión y apoyo de rebeldes, van desde las ciudades de Lothal a las cercanías de Tatooine y en numerosos astilleros de Corellia. Si bien deben quedar grupos y células rebeldes activas todavía, buena parte de su infrastructura y recursos ha sido destruida y tenemos numerosos prisioneros para interrogar y obtener los rastros de aquellos que permanecen escondidos.-

-La Armada Imperial también informa del progreso de las operaciones de retribución contra Mon Calamari. De modo similar a lo ocurrido en K-01, las ciudades acuáticas y submarinas de los mon calamari han sido destruidas en gran medida y los territorios controlados por esa especie han sido entregados a los quarren. Llevar a cabo una operación de retribución similar contra Corellia retrasaría demasiado las labores imperiales que llevan a cabo sus astilleros, y se ha desechado una intervención contra Chandrila como la que se llevó a cabo contra Alderaan. Al menos de momento...-

-Hablando de Chandrila: Mon Mothma sigue siendo de gran interés para el ISB, junto con Leia Organa. Están llevando a cabo interrogatorios y batidas para localizarlas, pues la primera no se encontraba en Endor y la segunda parece estar todavía refugiada entre sus bosques.-

-Por su parte, la Orden Sith ha iniciado también una busca en torno a los rumores de una jedi confabulada con la rebelión. Ahsoka Tano. Los inquisidores parece que se encargarán de identificarla, perseguirla y destruirla.-

-Bien. El Emperador estará complacido por estos hechos.-

Y eso es suficiente por esta reunión. Nuevos informes de progreso llegarán con las siguientes horas a medida que cada uno de los factores en juego son desplazados por sendas previsibles de acciones desesperadas. El golpe a la rebelión no ha sido uno de muerte, pero sin duda está gravemente herida y la estabilidad imperial está poco menos que garantizada. Ajustando su impoluto uniforme blanco, el Gran Almirante abandona la sala para atender a otras de sus numerosas tareas.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Un mundo de tinieblas

El poder de los nombres

Tiempo de Anatemas 27: La senda de la tinta y la sombra