Informe 02b: La Galaxia no es suficiente (segunda parte)

 

Día 2 de operaciones:

La actividad de preparación del largo primer día y noche de Balmorra dieron pie a que la unidad Mano del Silencio se dispersase con distintas aproximaciones a la situación. Procurador e Invicta procedieron, bajo la fachada de ser compradores de armas, a despertar el interés de la Compañía Sivaras. Sin embargo, como se esperaba, tras abordar a la empresa bajo el interés de los hutt para solucionar el vacío de poder de Tatooine, los gestores de la corporación exigieron la aprobación imperial pues un negocio tan grande podía comprometer la seguridad planetaria en diversos lugares. En gran medida, esto requería el visto bueno del General Herrdon, del ejército imperial, encargado de los permisos y aspectos burocráticos de la presencia militar imperial en Balmorra. Tras un momento breve pero intenso de racismo por parte de su ayudante, el encuentro con el General discurrió de modo cordial y, dentro de ciertos límites de uso, escala y supervisión, dio el visto bueno al acuerdo comercial.

Por su parte, Emperatriz comenzó buscando los accesos legales, vía un juez, para poder acceder a interrogar a Kuiil en la ciudad/prisión/factoría de la Compañía Sivaras. Pocos jueces se negarían a una petición así del ISB bajo cuya apariencia la agente continuaba operando, pero fue a la salida cuando fue requerida para una conversación con el supervisor del ISB en el planeta, Corval. Este, que veía su posición amenazada por la presencia de una agente del organismo en su planeta, fuera de su control y supervisión, había decidido detener a Peque por cuestiones pasadas que ya la tenían bajo vigilancia, pero sobretodo por su relación e interés actuales para el ISB. Según los testimonios, la conversación fue tensa, pero al final de momento la agente Emperatriz pudo tranquilizar las dudas e inseguridades de Corval.

Valkiria mientras tanto transportaba a Fantasma hacia las instalaciones de la factoría de la Compañía Sivaras, para preparar el contacto con el informante Kuiil. Sin embargo, en las cercanías, fueron rechazados al carecer de permiso para acceder al espacio aéreo restringido de las instalaciones, especialmente precavidas ante posibles ataques aéreos como el realizado por el Rogue Squadron, informes clasificados de la 945825-TCI a la 945832-TCI. La piloto dejó a la clon en las inmediaciones mientras regresaba a la capital a recoger a Emperatriz. Mientras tanto, Fantasma se infiltró en las instalaciones imperiales, bajo el disfraz de suboficial imperial, y estuvo reconociendo el terreno, lugares de interés, patrullas e incluso obtuvo un identificador de otro oficial.

Con esta información y la llegada de Valkiria y Emperatriz con  los permisos imperiales, procedieron a abordar la instalación de la factoría. Allí el ugnaught Kuiil les contó que el proyecto secreto imperial, nombre en código Doppleganger, para crear droides de combate capaces de aparentar ser humanos o alienígenas. Un proyecto que ya había concluido la fase de pruebas y, junto con mejoras en robótica, pronto esperaban que pudiese entrar en manofactura adecuada. Siendo construido en la planta secreta bajo la fábrica, el acceso obtenido para interrogar a Kuiil no les permitía ir más allá, de modo que regresaron a la capital Bin Prime.

El problema es que, para entonces, bajo el efecto de tortura y drogas, Peque ya había confesado al supervisor Corval la naturaleza de agentes rebeldes de las tapaderas de Fantasma y Emperatriz. Descubrir esto, desvelado por la soberbia de quien cree que ha eliminado un rival, llevó a una crisis de la actriz, que por primera vez vio tambalearse todo el castillo de naipes construido en torno a sus identidades falsas. Sus intentos para sembrar discordia e invalidar los informes enviados por Corval resultaron inicialmente infructuosos, cundiendo en mayor medida el pánico. Fue con la ayuda de Procurador y Fantasma que se trazó un plan más elaborado para gestionar la situación, liberar de sospechas a la identidad amenazada y tomar una posición ventajosa. Para ello hizo falta que, acudiendo a los contactos en el submundo, el hutt obtuviese información incriminatoria sobre uno de los oficiales al cargo del control de telecomunicaciones en el planeta. Presionándolo consiguió que enviase unos documentos falsificados por Emperatriz que, pretendiendo ser Corval, mostraba que los testimonios y pruebas aportadas eran fruto de su interés por trepar y competir y, por tanto, carecían de parte de la credibilidad. Algo compaginado horas después con una llamada al cuartel general del ISB en el que la Coronel Dedra Meero, si bien no se metió en los enfrentamientos entre Emperatriz y Corval, accedió a que esta recibiese la transferencia temporal de Peque para proceder a un interrogatorio.

Mientras tanto, en una cena con el dueño de la Compañía Sivaras, Sindros, Procurador consiguió llegar a un acuerdo con los representantes y dirigentes de la corporación pues el joven propietario no era más que un prisionero y un pelele en manos de estos. En especial, del silencioso delegado del gobernador planetario, que accedió a hacer negocios con el hutt e incluso a permitirle una visita a la factoría en el momento en que Procurador tuviese a bien hacerla.

Lo cual lleva a que, cuando se despertaron al poco de caer la larga noche balmorrana, todas las piezas estaban dispuestas para proceder al rescate o al silenciamiento de la agente Peque, que sería transportada a custodia de Emperatriz en una lanzadera Lambda escoltada por dos TIE.

Pensamiento del día: las rebeliones se construyen sobre la esperanza. Jyn Urso, unidad Rogue One, poco antes de la batalla de Skarrif, 19 AI.

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