Tokyo 4ª Generación 16: ¡Nuevos Amigos!

Siguiendo el rastro del misterioso causante del alzamiento de Cthulhu, el Club de Detectives Secretos conoció a Red Flag, un héroe autóctono de Hawaii que, aunque no era muy poderoso, sí que hacía todo de una forma muy molona. Y estaban hablando con él y con Némesis cuando hubo un terrible suceso, ¡un estallido zombi por la ciudad! Gente que se mordía una a otra esparciendo el fenómeno cada vez más, de un modo exponencial. Todo causado por el misterioso villano que tiraba de los hilos desde la sombra, como los malvados hechiceros desde sus torres. 

Valerosos fueron derrotando y curando a los infectados para que volviesen a ser personas, al mismo tiempo que seguían el rastro mágico hasta el cubil donde el enemigo tenía a una secta de personas controladas, sacrificándose para alimentar a un dios encadenado. ¡Ni más ni menos que en la cripta bajo una iglesia londinense! El malvado ya había huido rápidamente al verles llegar, pero mientras los cultistas eran liberados de su control y el dios, Hermes, llevado a la luna para que no hiciese daño a nadie, el villano había dejado su ordenador encendido y con ello, el final del relato que estaba escribiendo. Y reconstruyendo ese final, todo volvió a la normalidad y la gente fue feliz porque la pesadilla había terminado para ellos.

El enemigo, un escritor de historias de miedo, les esperaba en su hogar, la trampa perfecta preparada pues si moría el apocalipsis se desataría y de los otros dioses griegos capturados nacerían terribles Primigenios que destruirían el mundo. Y, por mucho que se intentó, no se pudo evitar que muriese suicidándose malévolamente, por lo que Ronin rápidamente partió para enfrentarse a uno de los Primigenios en las playas de Hawaii, otro destruyó a Red Flag en el Mediterráneo, un tercero fue devorado por la combinación de la fuerza de Ishara con los dientes de su novio-dragón, y el último fue derrotado en la luna por la combinación de Yumeko e Izumi. Y juntos todos, fueron a enfrentarse al asesino del héroe Hawaiano y, con ello derrotaron a todos los horrores. 

Pero también reescribieron la historia del villano, pues no era más que un pobre muchacho británico que estaba solo y triste y necesitaba amigos. Y fue encontrar la amistad de los niños lo que consiguió que se diese cuenta de su error y colaborase con ellos para evitar el apocalipsis que él, erróneamente, había desatado. Y con la victoria en mano, regresaron a Hawaii donde las profesoras les pusieron la máxima nota a todos, y hubo un gran festejo. Pero los niños no eran muy buenos aguantando el alcohol, así que las cosas se descontrolaron un poquito y hubo muchas risas y eventos inesperados. ¡Qué divertido! 

A la mañana siguiente, Ronin fue al encuentro de Susano-o, con ayuda de Número 3 y de Damian, el dios de la amistad. Y tras una conversación muy afable y tranquila, absorbió al dios en su interior y desde entonces fueron los mejores amigos para siempre. 

Y es así cómo, después de que medio mundo viese lo ocurrido, muchos de los niños desarrollaron poderes divinos. Pero el más valioso de todos esos misteriosos poderes era el más importante de todos ellos: ¡la capacidad de hacer nuevos amigos allá donde fueran!

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