Crónicas de las Tierras de la Bruma 43: Desde las Sombras de Otros Mundos

Los demás gremios, debes saber, estaban pasando completamente de los piratas que habían desembarcado en las costas del antiguo continente. Preocupados por sus ascensos a la divinidad o la religión en el pantano, descuidaban a ese enemigo poderoso que había desembarcado en las costas de las tierras sagradas. Pero no el Nuevo Cisne, no señor, ellas no se sentían ajenas ni por encima del bien y el mal y la gente de la ciudad lo empezaba a ver con claridad.

Contribuyó a ello, sin duda, que Zarel organizase su primer evento público. Igual que las etapas de nuestro viaje, otras sesiones seguirían a esa primera toma de contacto, esas primeras veces en que el gremio se relacionó de cerca con la gente. Y, con ello, San Zarel comenzó a reunir a su congregación. El tiempo mostraría las consecuencias de aquel acto pues, igual que ganó seguidores, también hubo detractores entre los más fieles de las enseñanzas del Aeon. Pero ya hablaremos de eso más adelante, esta misma noche. 

Visitaron también a Varionix, el idealista chevalier de la República, cuya huelga de hambre le tenía confinado a la cama. Un manifiesto, supuestamente suyo, circulaba por la ciudad, pidiendo a los gremios que devolviesen los poderes a la ciudadanía. Confrontaron al débil caballero en su dormitorio y, aunque no era el autor del texto, sin duda estaba de acuerdo con el mismo. Fue una conversación complicada sobre filosofía política, derechos de la ciudadanía y golpes de estado. No se llegó a ningún sitio pues, aunque ambos tenían sus puntos de vista, estos no se encontraban ni se llegaban a tocar, demasiado distantes en sus planteamientos como para un verdadero entendimiento. 

Tras esas conversaciones es que abandonaron la ciudad por la Puerta Verde camino de Nee'rinda, el Hogar de la Vida, descubierto por los Barbaslargas unos días antes. Ellos lo habían limpiado ya de las babosas que estaban pudriendo la tierra fértil del templo de la tierra, lugar donde antaño los elfos experimentaban con magia para gestionar el crecimiento de las plantas y los cultivos, desarrollaban nuevas herramientas para las profesiones y trabajos, y avanzaban su propia civilización y cultura. Pero Nee'rinda había sido abandonado prácticamente mucho antes de la llegada de las Brumas, cuando los elfos fueron anquilosándose en sus tradiciones y dejaron de innovar. Y la puerta al reino de Auteri'i, el Dios de la Forja y la Granja, el más modesto de los seis, permanecía sellada y cerrada, sus advertencias a quienes cruzasen al reino divino todavía guardando su grandioso marco de piedra tallada.

Pero no se encontraba allí el destino ni el objetivo del Nuevo Cisne, sino en acabar con los piratas que habían desembarcado en el bosque, en tierras más profundas y verdes. La tripulación de Evanna "La Demente" llevaba semanas saqueando las profundidades, expandiendo su influencia y alcance. Tanto era así que el Espíritu del Bosque, las temía, pues habían rechazado al Protector con violencia y se dedicaban a talar y destruir la región, algo que al bosque le llevaría años recuperar. 

El Nuevo Cisne cargó con violencia, magia y furia... para encontrar que los piratas se encontraban masacrados y muertos, su campamento saqueado y atacado por desconocidos. La sorpresa y la incomprensión no durarían mucho mientras investigaban lo ocurrido, pues los Githyankis atravesaron las dimensiones de otros mundos distantes, en ese momento para iniciar su ataque. Por cómo están escritas las crónicas de aquellos eventos, estos mismos enemigos se habían cruzado con el gremio en el periodo cuyos textos están perdidos, y con virulencia cargaban en busca de venganza por la afrenta sufrida.

No la tuvieron, lo que obtuvieron fueron buenos palmos de acero entre pecho y espalda. Y se fueron a la mierda. 

Pero no fue tan sencillo como otras batallas. Varios de los hermanos de Talon y Large cayeron en batalla y tuvieron que ser reanimados, incluso el propio Talon fue herido aunque no suficiente como para acercarle a ser derrotado. Es innegable que la carga desde otros planos de los Githyanki fue dolorosa, pero más lo fue la respuesta que recibieron. Bolas de fuego de Zarel, espadazos certeros de Shana, e incluso la gravedad misma se volvió contra los atacantes bajo el mandato de Aurora. Y pasada la sorpresa inicial, la brutal carga de Talon a lomos de su pesadilla y los rayos poderosos de Milia se sumaron al daño causado por sus hermanas. 

La primera en caer fue la propia matriarca de los Githyanki que dirigía el ataque, una muerte fue lo que recibió pero no sería el final. Sus seguidores caerían poco después bajo el asalto del Nuevo Cisne, hasta que la playa quedó cubierta por la sangre de los invasores de otros mundos y cayó el silencio roto solo por las olas del mar al llegar a tierra. Pero Talon reanimó el cadáver de la matriarca para aumentar así la desecración del mismo, la humillación del enemigo. Y mientras rebuscaban entre las cosas, encontraron los mapas y cartas navales de los piratas que indicaban dónde se encontraba el navío de Evanna. Su tiempo, como el de todos, era finito... pero su reloj de arena tenía menos granitos en la parte alta de lo que la pirata creía.

Ya llegaremos a ello cuando le toque, pues el Nuevo Cisne regresó a la ciudad después de eso. Durante el primer evento de San Zarel, Yorel, el otro elegido del Aeon que era miembro de la Orden, había ido a despedirse pues se marchaba para el norte. Si bien había dejado que Zarel le pudiese pedir que se quedase, el otro muchacho no se había dado cuenta de la implicación de sus palabras y esperaba que su amigo regresase convertido en un héroe. Pero después del segundo de los eventos, con el sistema de favores en marcha, se decidieron a hablar con Quinto y con Mattias sobre los planes de la Orden para con los Adelantados, la misión de Yorel y otras cuestiones pendientes. 

Lo primero que descubrieron era que la división interna de la Orden era más profunda de lo esperada, con Quinto ya completamente convertido a la herejía del Libro Negro de los Vivos por los miembros de la Luz Reveladora, y un Mattias que ya no se hablaba con su superior, sabiendo que sería más una traba que una ayuda. La Orden se partía por dentro y el enfrentamiento entre ambas corrientes se volvía cada vez más irreconcilibale. Pero también vieron la hostil bienvenida que dieron a Talon, y empezaron a vislumbrar la complicada historia del joven, de su maestro y del papel de la Orden en todo ello. Un Talon que, poco antes, había alimentado a su caldero con el cadáver de la Githyanki, que el caldero pudo coger por si mismo con una extraña lengua de líquido verduzco. El muchacho esperaba que el caldero hablase y se comunicase con él, como la espada de Vivenna, pero lo único que pareció ocurrir fue el continuo alimentarse del caldero en su silencio burbujeante.

Pero no será bajo estas viejas ruinas que te hable de esas cosas ni sus consecuencias. Aun queda para que pueda contarte la llegada a la capital de los elfos, y mucho nos queda por caminar. Así que descansa, que mañana tenemos una complicada jornada por delante entre todo este fango y lodo.

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