Acero para Humanos 13: La Segunda Canción del Bardo

 

¡Buenas a todos! Me alegro de ver de nuevo algunas caras ya conocidas, y otros que se nos unen para esta noche de historias y canciones. Para los que llegáis nuevos, os aviso de que nosotros no fuimos los protagonistas de los hechos que ocurrieron en el oscuro año de 1264, nosotros solo estuvimos en primera fila de esos hechos pues nuestros eran otros problemas. Pero ese año, que comenzaba con el deshielo de primavera, vería al Norte pagar violentamente nuestro amor con sus monedas de sangre y dolor. Y como, desde los palacios a tabernas como esta, desde los prostíbulos a los templos, el miedo se extendía. Muchos habían muerto el año anterior, y muchos más morirían ese año. 

Yo soy Barth de Vengerberg, y así es como continúa nuestra historia.

El invierno nos había separado pero la llegada de un nuevo comienzo nos llevó de nuevo a cruzar nuestros caminos. Mientras yo lidiaba con los temores de Shila, Teos había embarcado en un viaje con Zesiek y Chloe se encontraba atada en la corte de Lan Exeter. De hecho, fue en esa ciudad donde nuestros caminos se cruzaron de nuevo y mucho el trabajo que teníamos por delante. Uno que había aumentado con el encargo del Rey Esterad de ofrecer al Rey Niedamir un último intento de paz, y que aumentaría con la petición de Triss Merigold y Vernon Roche de que interviniésemos en las negociaciones de Temeria y Redania para devolver el Pontar a su estado habitual. 

Y es que el Norte, aún en aquellos meses previos a la sangría, se encontraba ya conteniendo el aliento, pendiente de por dónde saldrían las espadas. ¿Sería Aedirn y Kaedwen? ¿La Liga de Hengefors contra Jamurlak? ¿Nilfgaard contra Temeria? De aquellas, sin el beneficio que da mirar atrás en el tiempo, nosotros no lo sabíamos. Pero la presión se podía sentir en las calles y plazas. Así que partimos a ver primero a Derathor, a quien habíamos prometido revelarle la verdad de su existencia, que no era un hombre atado a un cuadro, sino un cuadro que se creía un hombre. Y mucho le dimos que pensar con su revelación, aunque las consecuencias de todo ello no llegarían hasta más adelante. 

Hablamos después con Niedamir y he de deciros que, conocer al cruel rey, fue una experiencia que me marcó. Su brutalidad y crueldad, su demencia. No era alguien predecible, alguien con el que hablar o negociar, y aunque había algo de verdad en sus palabras, la facilidad con la que hablaba de cortar cabezas o castigar traidores no la he vuelto a ver en casi ninguna otra persona con la que me he encontrado desde entonces. 

Y nos separamos de nuevo, yo a negociar con el Rey Demavend un plan para capturar al Rey Henselt y evitar una guerra entre sus dos reinos. Era un buen plan, un poco de magia, un bastante de astucia. Pero el Rey no quiso saber nada de él, su desconfianza de los hechiceros pudiendo con las ventajas de evitar una guerra pues, a sus ojos, el papel de la nobleza era luchar espada en mano. Tampoco estuvo muy de acuerdo en mis planes de casarme con Shila, aunque él sabía tan bien como yo que no iban a limitar el que eso llegase a ocurrir. El amor es así, y de eso los bardos sabemos más que nadie. 

Teos viajó con Zesiek a conocer al vampiro de Attre, pero aunque obtuvo algunas pistas sobre su origen y lo ocurrido con el cuadro, lo importante fue que el camino de ambos de nuevo se separó allí. Al fin y al cabo, la llegada de la primavera es la llegada de las despedidas para los brujos, cada uno tomando el Camino por su cuenta.

Siguiendo el pasado de Teos, y equipados con nuevos artefactos mágicos de enorme poder que nos había encantado Chloe en su misteriosa torre de hechicera, viajamos al norte de Kovir, a una aldea por donde Stregobor se había encontrado poco antes de la destrucción de Kaer Y Seren. Una historia extraña de una niña desaparecida, protegida por gansos, que nos llevó a una hechicera autodidacta que se escondía en las montañas, lejos de donde la Hermandad de Hechiceros pudiese buscarla. Y de allí hasta un lago bajo cuya superficie congelada no estaba el cadaver de la niña, como esperábamos, sino el de un hombre adulto. Un hombre que se había ahogado para atraer a un monstruo que muchos años atras atacaba a los pueblerinos en invierno, y contra el que Stregobor se enfrentó antes de partir hacia el oeste con la niña.

Aquí yo me separé de mis amigos durante unas semanas, pues tenía que terminar la composición para la boda de mi primo. A estas alturas, esa canción es famosa y conocida por todo el Norte, pero muchas horas tuve que dedicarle a ella. Y más aún casi a conseguir que Shila se pusiese el anillo, aunque entonces se negase a casarse conmigo. 

En esas semanas, Chloe viajó hasta Mahakan, pero los enanos en efecto habían cerrado las puertas de sus reinos en las montañas, alejándose de los problemas de los humanos. Consiguió comprar una capa enana en Novigrado y aprender de ellos algunas cosas de su sociedad, así como entender mejor el extraño huevo que Teos había obtenido de la Reina Meve como parte de su Ley de la Sorpresa. Mientras tanto, Teos viajaba al oeste tras el rastro antiguo de Stregobor y la niña, pasando por un pantano donde se enfrentó a criaturas y conoció a un pequeño godling, y cobrando algunos contratos menores por el camino.

Al final de esa senda llegó a un apacible bosque donde los gansos hablaban con educación y le dieron la bienvenida, pero le pidieron que dejara toda su plata atrás pues el lugar era mágico y el metal podía hacerle daño a algunos de sus habitantes. Chloe se le unió poco después y juntos fueron a conversar con la Dama del Bosque, que les contó como una bestia del invierno le había robado a una de sus hijas y esta había sido criada por los humanos como una de las suyas. Fue la Dama del Bosque quien hizo creer a Stregobor que había una profecía sobre la niña, en caso de que no fuese devuelta al bosque, lo cual llevaría al hechicero a traerla hasta aquí. 

Pero el instinto del brujo empezó a extrañarse, pues las ninfas de los bosques no tienen poderes como esos. Y eventualmente, alertada por las dudas de su compañero brujo, Chloe usó sus conocimientos mágicos para destejer la ilusión en la que estaban inmersos. Al hacerlo, reveló un bosque quemado, ocupado por diablillos y una enorme y terrible bruja que ansiaba comerlos si se hubiesen dormido en el bosque como ella quería. La batalla fue breve, violenta y terrible. Sin sus armas de plata Teos intentó usar la magia de sus señales, siendo esta anulada por los conjuros de la bruja, pero no así la fuerza de sus puños. Y los hechizos de Chloe hicieron grandes daños con sus rayos de luz y vientos huracanados, pero no antes de que la hechicera acabase varias veces en el interior del terrible caldero de la bruja, que planeaba cocinarla hasta matarla. Pero el golpe final lo daría el Grifo desde el interior del estómago de la bruja, donde detonó una bomba que lanzó los intestinos de la misma por todos los alrededores.

He de reconocer, mis buenos amigos y espectadores, que me alegro mucho de haber estado lejos de esa batalla, tranquilo y caliente con Shila en vez de en el estómago de esa monstruosidad. Tranquilo y caliente como nos encontramos aquí y, más tarde, encontraréis en el Burdel del Guante Verde, cuya regente me ha dado unas buenas monedas para recomendaros que vayáis. Ahora ya, que lo hagáis o no, dependerá de cómo os quede el estómago después de las historias que os contaré esta noche, pues el año 1264 fue uno particularmente duro y terrible y nadie podría culparos si estas historias o quitan la líbido y os revuelven el estómago.

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