La Edad Oscura 16: la Sabiduría del Hielo


En el norte, fuera del Imperio están las Naciones Estelares Vuldrok, un reino más antiguo que el Imperio mismo cuyas invasiones fueron el germen de unidad que daría lugar al reino de Vladimir Alecto I. Siglos de sangre derramada unen a los Vuldrok y al Imperio, de guerras, saqueos, muerte y destrucción, desconfianza mutua y enemistad. Y ahora, por medio del matrimonio, ambas potencias han comenzado a acercarse.

Pero antes de marchar al norte en busca de la sabiduría de los bárbaros, hay que organizar las cosas en el Imperio. La Inquisición planea inculpar a los Decados en el asesinato del delegado Hawkwood, potencialmente iniciando un conflicto enorme entre ambas Casas. Pero, con astucia y preparación, los hilos del poder se mueven para que sean rescatados los asesinos torturados y puestos a salvo, para que caigan en manos de otra parte de la Inquisición. Y es que, entre los recursos del servicio de inteligencia imperial y los Talebringers todo se puede volver posible... pero con coste, pues hay que pedir favores que dificultan que otras cosas salgan como se quiere.

Y es que los Varadimianos se han rendido ante los Hazat, que ahora van a proceder a colonizar y organizar el mundo al estilo Imperial. Pero, con los favores pedidos al Patriarca de la Iglesia no se puede garantizar por completo el plan puesto en marcha para contener a la Oscuridad y evitar que se esparza fuera o corrompa lo que hay dentro. Pero en el juego de equilibrios que es la política imperial, a veces es necesario convertir lo posible en suficiente, aunque no sea lo mejor.

Y con eso arreglado, finalmente la Emperador de los Soles Exhaustos está lista e ir a recoger su tripulación se convierte en una sabiduría en si misma. Viajar a las montañas de Hargard a cazar un enorme lobo, más grande que un caballo, sin tecnología ni sorpresas más allá de un hacha y unas ropas. Y regresar victoriosos de enfrentarse al miedo, con confianza y seguridad, da renombre entre los bárbaros. Pero no tanto como viajar al complejo de templos que llaman Yggdrassil, donde el sumo sacerdote de Wotan lee las runas para dos preguntas muy similares y distintas. Una se responde con Valor, la otra con Tiempo.

Pero la sabiduría del hielo habla de esa manera, con enseñanzas extrañas a ojos imperiales, herederas de un conocimiento que hace mucho que el Imperio ha abandonado. Pero no por ello menos cierto. Y es quizás esa sabiduría adquirida la que pueda preparar a nuestros héroes en su inminente viaje a la Oscuridad...


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