La Edad del Fuego 7: El Misterio de la Iluminación


Mientras el tribunal de la Inquisición condenaba a la hoguera a Cristina Laurentia en Sutek, el primer movimiento abierto de la Inquisición contra el Gran Almirante Lisandro Castillo en casi treinta años, en Grail el Syneculla Sigmund Drual realizaba el Misterio de la Iluminación. Por un lado, sentaba la base de su superior rango eclesiástico en el encuentro pero al mismo tiempo también daba algo compartido entre la Ortodoxia y los Hermanos de Batalla, un gesto de la común herencia que tendiese puentes de sabiduría entre ambos colectivos. Si esa era la voluntad divina. 

Pero antes incluso de que ese rito diese comienzo a los trabajos del primer día del Concilio, nuestros protagonistas ya estaban moviendo sus hilos. Orion amaneció temprano para solicitar a la Casa Keddah el uso de su radio de comunicaciones, pero la cola para la misma ya existía y no le fue entregada hora para poder usarla hasta tiempo después. Astra desayunó en la Taberna del Corcel Pisador, escuchando las historias y rumores de los miembros del clero, nerviosos ante lo que se aproximaba pues ese día comenzaban los trabajos en el I Concilio de Grail. Y allí se encontraron ambos, para tener una conversación sobre fe, sobre el deber, tecnología y antiguos secretos olvidados, y el plan para buscar el monasterio perdido de los Hermanos de Batalla en la sagrada Urth.

Mientras tanto, Macarena recogió a Manuel Jacobi Nelson Eduardo para juntas ir a encontrarse con Rauni y Yrina en el campo de entrenamiento. Por primera vez el joven se vio enfrentado al combate más real, fuera de las normas y protocolos de los duelos formales, y por un momento tanto Macarena como Yrina temieron que, cuando se enfrentaba a Rauni, esta se pasase. Pero no ocurrió, aun con su competitividad y trucos de batalla, la joven Talebringer supo contenerse y el entrenamiento terminó con la Hermana de Batalla dirigiendo unas oraciones. Pues el Pancreator es guía y fuente de fuerza, de sabiduría y de las razones para la justa batalla. Y tras dejar a Manuel junto a su familia, se reunieron con los demás en la taberna. 

Aunque, a fuer de ser sinceros, Orion y Rauni poco duraron junto a los demás, pues la joven fue a "confesarse". Aunque, sin duda, lo que ocurrió en aquella habitación de hotel aumentó la carga de pecados mucho más de lo que volvió su alma reflectante a la luz del Empíreo. Mientras tanto, Astra fue seguida por Yrina en dirección a la sede de la Casa Keddah donde solicitar el uso de la radio, pues planeaba informar a su padre de lo ocurrido con su madre. Por su parte, Macarena fue en busca de la Princesa María Celestra Justus, que estaba teniendo una conversación con la poetisa Amina Al-Malik; no estaba siendo una conversación complicada, pero la tensión entre ambas Casas venía de largo, por la ejecución de amantes y el abordaje de naves. Pero ambas querían tender puentes, lejos de los temperamentos más ardientes del marido de una y del señor de la otra.

La entrevista entre María Celestra y Macarena cubrió un montón de temas, pues la señora de la Casa Hazat sabía mucho de lo que Macarena había estado haciendo y estaba interesada por su futuro y trayectoria. Pero también preocupada, pues temía que si Lisandro Castillo se dejaba llevar, iba a llover fuego y guerra sobre Sutek por la quema de su compañera y seguidora, y una vez amante, Cristina Laurentia. Para evitar que eso ocurriese, Seth debía permanecer ignorante al menos un tiempo de lo ocurrido con Salandra Decados, pues sino el Consejero Imperial se dejaría llevar y buscaría liberar a su amada, en lugar de tranquilizar y controlar a Lisandro. Macarena, en cambio, estaba preocupada por los hijos de Lisandro, así como por los planes para buscar el monasterio y muchas otras cuestiones de honor y deber. 

Su conversación incorporaría al cabo de un rato a Astra e Yrina y sería la primera la que tendría una propuesta interesante e insólita. Pues convenció a la Dama María Celestra de que dejase circular el rumor de que ella era la amante de ambos, Príncipe y Princesa Hazat, y así irse separando de la larga sombra de su padre. A cambio, accedió a no revelar lo ocurrido con la Duquesa Decados, al menos de momento, al Consejero Imperial. Tampoco Yrina permaneció al margen, pues aunque los conflictos de la corte eran campos de batalla para los que no estaba entrenada, el hecho de haber derrotado a su nieto y haber servido para enderezarle hacía que la Princesa Hazat estuviera en deuda, pagándola con un importante trozo de información: que el Syneculla y parte de su séquito se irían del planeta en una semana y que sería de interés para los Hermanos de Batalla retrasar los debates importantes hasta que se hubiese marchado.

Y con el final de la conversación, primero con la marcha de Astra, Yrina (y Rauni, que se unió más tarde, pero se enteró de demasiado poco debido a que brillaba de satisfacción) y después con la de Macarena, una alianza fue trazada. Pero no sin advertencias y promesas. Astra fue a comer a la taberna donde Orion llevaba horas preparando todo lo necesario para el viaje a la Sagrada Terra y la expedición correspondiente. Yrina fue rápidamente a buscar a la Adepta Theafana Al-Malik y de ahí a reunirse con varios Maestres e incluso el Gran Maestre Claudius para exponerles el cambio de plan que sugería la información revelada por la Princesa Hazat. Y Macarena compartió con el heredero Manuel Jacobi que su abuela la Princesa había aprobado potencialmente el plan que ella había inventado por la mañana: viajar juntos por los Mundos Hazat aprendiendo de las artes de batalla de los distintos señores. A mayores de aprovechar para estudiar sobre la Ortodoxia en busca de los pasos requeridos para ser reconocida como Derviche. 

Ocurrió que, como si fuera cosa de la intervención divina, todas se encontraron después de comer para buscar a su Eminencia Nyana vo Dret, la Gran Cartophylax de Holy Terra y una de las mayores teólogas de la rama mahayana de la Iglesia. Yrina iba acompañada de Theafana, pues buscaban que la eclesiasta les diese acceso a los archivos secretos de la Iglesia en Urth, donde poder contrastar no solo la Regla de Batalla sino también las notas de los testimonios e investigaciones llevados a cabo durante las deposiciones del primer Gran Maestre de los Hermanos de Batalla, el controvertido Jacobson. La Gran Cartophylax les escuchó en su despacho y dejó clara la importancia, para ella, de la Verdad, sea para un lado de la cuestión o para el otro. Y con el juramento de los presentes de que solo consultarían los textos para los que tenían permiso, Nyana vo Dret aceptó su propuesta y dijo que tendría una carta lista para esa noche.

Con la pieza principal aceptada, lo siguiente era poner en práctica el plan de Orion, consiguiendo transporte de los Charioteers hasta Urth. El boatswain del gremio en Grail, un hombre obsequioso y empalagoso llamado Renard Vusell, les dijo que habría dificultades pues en una semana partirían la mayor parte de pilotos a Urth pero sus naves ya estaban contratadas y pagadas. Sin embargo, Astra sugirió un intercambio, que un piloto les acercasen hasta la puerta y de ahí otro les recogiese y les llevase, y puso sobre la mesa un más que generoso pago por el viaje. Renard, viendo buen negocio, empezó a hacer llamadas, revelando que los Charioteers poseían una radio transplanetaria allí, garantizando con eso pasaje para el día siguiente. La ruta debió ser negociada, pues la senda más rápida pasaba primero por Pyre, después por Byzantium Secundus y finalmente o bien Pentateuco o Sutek. Finalmente fue la senda por Pentateuco la que escogieron, pero pasar por Byzantium Secundus podía presentar riesgos al encontrarse con la armada imperial del Gran Almirante, así como improvisadas visitas de la Corte Imperial, como reveló la Princesa Hazat cuando Macarena fue a despedirse de ella e informarle de su partida. 

No sería la única persona que sería avisada, por supuesto, ya que Macarena misma fue a avisar a Gurney Halleck de que se preparase que partirían juntos al día siguiente. Yrina fue a informar a su Adepta Theafana primero y después a su superior Cornelius, que acabó uniéndose a ella para la búsqueda de uno de los orígenes sagrados de su Orden. Tras ello tuvo ocasión de aproximarse a Amina Al-Malik en su conversación con la representante Li Halan Yukio, y de su conversación además de la belleza de las palabras de la poetisa, la Hermana de Batalla descubrió la extraña y controvertida posición que Amina tenía, a medio camino entre los dos Príncipes Al-Malik. Astra recibió primero de modo público en la taberna unos pendientes, regalo de la Princesa Hazat, como dejó claro Macarena mientras conversaban con Yrina sobre el viaje. Y los presentes tomaron buena nota de esa muestra de afecto, comenzando a circular los pactados rumores. Pero tras ello, la joven Talebringer y su hermana tuvieron que informar a su padre, el Consejero Imperial, y ocultarle lo relativo a Salandra Decados. De modo que compartieron el plan de los rumores, Rauni le contó de su victoria en el combate contra Manuel Jacobi y su padre, consciente porque Astra lo reconoció de que algo le ocultaban, se conformó con echarles una suave reprimenda cuando se quejaron de Leonidas Castillo. La mascarada había funcionado. 

Con ello cayó la noche sobre el verde mundo de Grail, con Yrina yendo a recoger la carta prometida por la Gran Cartophylax y yendo a despedirse de Amina que le regaló un poema de amor al Pancreator, y el resto retirándose a dormir como correspondía. Solo el tañido del laúd de Gurney acompañó hasta ciertas horas de la noche a la concurrencia del Corcel Pisador, pues al día siguiente abandonarían todos Grail en busca de los orígenes místicos de la Hermandad de Batalla. Y secretos, olvidados por el tiempo, acaso por una buena razón, pues no todo lo enterrado debe ser desenterrado.

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