Acero para Humanos II 4: Sueños Amargos


Soy un bardo, queridos señores y señoras de la audiencia, y si algo de se como bardo es de amor. Y de sueños. He seducido a herreras, batallado con genios, espiado en nombre de reyes y de un lado a otro del Norte lo que siempre he encontrado es que todo el mundo tiene planes y ambiciones. Y que no todo el que cree que es un jugador lo es en realidad, muchos resultan ser meros peones. Sino, mirad al rey de Jamurlak, o al propio Olaf Bartosz en Novigrado, que por mucho oro que tuviese no pudo comprar un día más de vida.

 Los sueños amargos están hechos de esto
¿y quien soy yo para contradecirlos?
He recorrido el mundo y todos sus mares
y todo el mundo está buscando algo:
Algunos quieren usarte
otros quieren ser usados por ti.
Algunos quieren aprovecharse de ti
otros quieren ser aprovechados.

Con el nuevo día, Conor de nuevo se unió a nuestro grupo y, tras discutir lo que hacer y negociar, recogieron el aceite que se suponía les ayudaría en caso de que hubiese realmente una batalla con el vampiro. Teniendo en cuenta que creían saber todo lo necesario ya sobre lo ocurrido con la criatura de la noche y sus víctimas, y que Kazmar tenía un plan al respecto, decidieron volver su atención a lo ocurrido con la Dama Weiss y el potencial necromante. Pues el dilema que suponía la situación con el vampiro, como señaló el brujo, podía esperar.

De Vieresyn habían descubierto que la representante real había trabado cierta amistad y confianza con Eleonor Valette, que resultaba ser vieja conocida de Risko. Así que, con el médico como garante, fueron a visitar a la sociable, aunque poco protocolaria, noble en su domicilio. De ella aprendieron que la Dama Weiss no solo estaba preocupada por el estancamiento de las negociaciones, como creía Vieresyn, sino que temía estar siendo seguida o vigilada, pues notaba una presencia detrás de ella desde días antes de su desaparición. 

Con esa información y alguna adicional, decidieron acudir a la casa que estaba usando la señora en la ciudad para interrogar a su personal. Su mayordomo estaba poniendo un espectáculo un tanto lamentable para que quedase bien patente lo desolado que estaba con la desaparición de su ama. Sin duda sus lecciones en actuación no estaban a la altura de lo que debían haber estado. 

Fue la joven dama de compañía la que, entre flirtear suavemente con Kazmar y Conor, así como lanzar miradas de deseo a los enanos, fue revelando algunas cosas más. La Dama Weiss había presionado al Consejo algunos días antes de su desaparición, amenazando con que tras el avance de las negociaciones entre Redania y Temeria, bien probable era que pronto se pudiesen enviar los ejércitos de vuelta a casa desde el otro lado del río y acallar los intentos de negociación de la ciudad. Así como el hecho de que un misterioso hombre había aparecido para seducir a la joven dama con sus historias y aventuras, y fue el hechicero el que viendo en la memoria de la muchacha reconoció a Jaskier como quien lo había hecho, obteniendo de ella un mechón de pelo de la Dama Weiss que bien podría haber servido para rituales y magia que la maldijesen y guiasen al fantasma a su oscuro destino. Y también aprendieron de la agenda de la señora y, con ello, con quien se había estado reuniendo y enfrentando en la arena política de la ciudad.

De uno de los caballeros de confianza de la señora difunta, un tal Sir Perks, descubrieron que en efecto la dama estaba siendo perseguida pues él también había identificado quien la vigilaba. Un infante o un mediano, bien entrenado en las artes del sigilo, la había estado observando con discreción desde días antes de su desaparición. Pese a su falta de atractivo o gusto por andarse por las ramas, el caballero había tomado todas las precauciones posibles, e incluso había escuchado como el romper o chocar de cosas en la habitación de la señora la noche en que esta desapareció. Acaso cadenas, como señaló Conor, acaso otra cosa. Como el tiempo apremiaba, pues con cada hora de luz perdida se aproximaba otra desaparición, decidieron separarse en aquel momento.

Kazmar, Conor y Thorgar fueron en busca de Jaskier, al que encontraron preparándose para actuar en la taberna donde toda nuestra historia dio comienzo. No fue complicado sonsacarle que, como ellos rápidamente identificaron, había sido usado como un peón en los juegos de otros, pues había un hombre que le había contratado para conseguir que la dama de compañía de Lady Weiss le diese un mechón de pelo. Y sedujo así a la joven Helen bajo lo que el propio bardo pensaba que era un contrato de Nilfgaard, buscando desestabilizar el Norte. Y así, no solo las manos de Redania y Temeria parecían estar involucradas en los hechos, sino que se extendía mucho más lejos y, con esa sombra, venía la sospecha y el dolor de la guerra en Sodden y más allá. 

Mientras tanto, Risko y Morgo fueron a buscar al maestro del puerto, Wilhem Klaus. Pues era la familia Palis, junto con otras, la que había presionado para colocarle ahí y el maestro del puerto respondería bien a devolver esos favores. Y lo hizo, pues siendo el último de los encuentros exteriores que la Dama Weiss había tenido antes de desaparecer, reveló la existencia de un navío, El Amor de las Olas, en el cual la señora había tenido mucho más interés del esperable. Y entre los libros del puerto, Risko encontró que o bien ese barco, fletado río arriba, había venido con el cargamento medio vacío, o bien había ocultado parte de su cargamento de los registros del libro oficial del puerto. Además de que, habiendo llegado unos pocos días antes, el navío todavía se encontraba anclado en los muelles de la ciudad.

Y con eso llegó la hora de reunirse para comer, y creo que es buen momento para hacer un breve descanso en nuestro relato antes de proseguir. ¿Quien invita a un pobre bardo a algo de beber para ayudar a que continúe con la historia? ¿Y si os cuento como Thorgar descendió al oscuro subfondo de la ciudad en busca de medianos criminales que pudiesen haber sido contratados por alguien para seguir a la Dama Weiss? ¿O las escandalosas sospechas sobre la casa de Olaf, la única que poseía medianos entre su personal y motivos e intereses para hacer desaparecer a la representante real? ¡Excelente! Sabía que habría un alma caritativa entre vuestras mercedes.

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