Historia de una Ida y una Vuelta 8: Cabalga con el Diablo

Un cuerpo perfecto, se siente bien. El límite superado de la tecnología, todavía al alcance de pocos, es un buen paso. Pero solo eso, un paso en la partida, una carta con un número bueno que sale de la baraja. Y había que ponerlos en uso para que tuviesen sentido, para que permitiesen avanzar la Ecuación. Pero, ¿en qué dirección?

El Doctor Kane era el único nombre que quedaba en la lista, era el objetivo natural. Pero Mula puso sobre la mesa su conversación con Nova, y la pieza de tecnología que podíamos entregar al contacto que el misterioso científico quería hacer avanzar. Nuestro amigo ingeniero, que planeaba actualizar su cuerpo mientras intentaba garantizar que su hija hacía lo mismo, nos habló de él: un científico duro y sin escrúpulos que solo quería saber más por cualquier precio y con una complicada relación con el brillante monstruo que jugaba con nuestros pasos. Y la tecnología que le quería hacer llegar era precisamente la que permitía viajar en el tiempo, creando un nuevo servidor que sirviese como punto de partida para un nuevo camino de retroceso temporal. 

Con tiempo, podía ser una herramienta poderosa, sin duda, pero en el presente no permitía mucho. Y abría la puerta a más cambios sociales que tenían imprevisibles consecuencias. Así que nuestra primera posición fue no hacerlo, no entregar esa pieza de tecnología a su destinatario, y dejarla pasar. Por eso Rev contactó con Nova para que le dijese la que sería la siguiente: un modelo social para un banco de trabajo colaborativo que podía destruir el sistema capitalista en si mismo. Algo inaceptable, sin dinero como forma básica de organización social, la estructura misma del mundo se tambalearía y caería en la anarquía. Gastar una moneda para retroceder a antes de esa petición y desviar la conversación era la forma sencilla de ganar tiempo, pues obviamente antes o después llegaría la misma tecnología a la palestra.

Pero es que, además, se planteaba una cuestión interesante sobre la tecnología de viajes en el tiempo. Si bien nosotros podíamos ignorarla y no entregarla, nada garantizaba que no lo hicieran otros. Yo tenía las tecnologías del ordenador de Nova y le había hecho entrega de una de ellas a su destinatario ya sin saberlo, nada evitaría que eso pudiese ocurrir con otra gente en otro momento. Dejar a ese científico vivo era peligroso, pues otros podrían construir su sistema paralelo de viajes temporales. Matarlo podría ser una solución, pero técnicamente era llevarse a un inocente por delante, lo cual podría llevarnos a problemas con la ley. Y crear la tecnología requería dejar que el científico viviese para poder gestionar y controlar el servidor, con lo que podría ver todo lo que hacíamos. La solución, más allá de las preguntas existenciales de la cantante, llegó de la boca del mercenario: que crease la tecnología, lo matábamos, y creábamos una inteligencia artificial limitada que pudiese llevar a cabo sus tareas. Y, como rápidamente encontré entre los archivos del doctor Nova, había registros para crear esa inteligencia artificial. Lo cual nos dejaba con la cuestión del Doctor Kane y su... prematura defunción. 

Abandonamos Silvertown de vuelta a Olympus para poner en movimiento las piezas de la Ecuación cuya concatenación terminaría con ambos problemas resueltos. El científico era un contacto de Aurea, con lo que localizarlo en los barrios más pobres de la ciudad no fue complicado. Pero crear la inteligencia artificial requería un acceso a unos datos y servidores de gran potencia, y Rev tuvo la idea de utilizar los servidores de Babylon Stars, el programa del difunto Damon Dynamo que en paz no descanse. No la merece el bastardo. Por el otro lado, una filial de Arasaka llamada Kame había patentado los desarrollos biológicos en cuerpos y estaba vendiendo esos productos.

Hipótesis: la entrada de Kame en la producción masiva de esos cuerpos destruiría el negocio de Kane y su hospital. Algo inaceptable, una intrusión en el mercado cerrado y pactado, una ruptura del status quo corporativo.

Contrahipótesis: la razón por la que la situación no se había descontrolado era debido a una falta de información que hacía que el doctor de Kane ignorase la amenaza existencial a su propia corporación.

Síntesis: la palabra adecuada en los oídos adecuados era todo lo necesario para iniciar una guerra corporativa. Y a río revuelta, ganancia de jugadores.

Así que era hora de hacernos con el control de los medios de comunicación y crear la narrativa que nos interesaba para que un titán destruyese al otro y nos dejase la vía abierta para acabar controlando el tiempo y matando a nuestros objetivos. ¿Jugar a ser Dios? Solo para aquellos inferiores que no saben encajar las piezas del Plan en sus lugares correspondientes dentro del ordenamiento detallado de la Ecuación. 

El comienzo era organizar una reunión con los directivos y productores del programa de Damon Dynamo y robarlo para nosotros. El retorno del duo de Rev y O-yoroi sería suficiente para compensar una estrella muerta cuya estela ya se encontraba de caída. Al fin y al cabo, yo le había dado su mejor programa en un largo tiempo, y pensaba capitalizar ello a nuestro favor. Reuniones, comidas, promesas, la historia adecuada en los oídos con el poder suficiente y las puertas se abren. La magia del as guardado en la manga. Pero las danzas corporativas se hacen con sus tiempos, con sus pasos, con sus movimientos y requiere paciencia.

Mientras tanto, otra danza distinta, una puesta en escena para el Doctor Kane en su hospital. Explicarle la muerte de su negocio al desaparecer la demanda de sus productos sanitarios, al aparecer la nueva patente de Kame en la ecuación económica de sus beneficios. Dejar que su falsa sonrisa ocultase su ira, y controlar su ordenador para verle dar las ordenes necesarias para iniciar una guerra. 

Y el resto, es ver los fuegos artificiales con un buen vaso de whiskey en la mano. Las fichas ya estaban sobre la mesa, solo había que observar los naipes de los rivales, pero siendo que ninguno de ellos viajaba en el tiempo, la partida estaba amañada.

Y al día siguiente las instalaciones de Kame explotaron en un atentado brutal, salvaje y eficaz. Habría sido suficiente para darle la partida a Kane y su hospital, pero las cartas estaban marcadas y su jugada entraba dentro de los parámetros esperados. Un rato después estábamos reunidos con el Director de Seguridad Interna de Arasaka, el señor McAvoy, y una nueva historia y dramaturgia se tejió para su disfrute. La historia del ataque de la gente de Kane ante el movimiento de su filial por entrar en su mercado. Y como a nosotros, pobres agentes de las sombras, eso nos quitaba legítimo trabajo y contratos, al romperse las reglas del juego del que todos participábamos. 

Dos pasos de baile después y al día siguiente el hospital de Kane había sido asaltado y el doctor y sus copias muertas. ¿Cómo lo sabía? Porque lo fui a investigar, porque Aurea devoró su cerebro y vio el precio de su exceso de confianza. Casualmente, ese mismo día nos dieron el visto bueno a nuestra toma de control del programa de Dynamo y esa danza continuó progresando.

Ver a Rev y O-yoroi de nuevo juntas en el escenario, lidiando con el precio de la fama y las risas falsas de la omnipotencia, tendría algo de poético si me interesasen esas cosas. Pero sin duda lo que tenía era mucho de cortina de humo para que Mula y yo descendiésemos a los servidores, y unas cuantas palabras después pudiésemos poner a esas inteligencias artificiales de esa fábrica de mentes a trabajar en crear nuestra propia agente controladora del tiempo. Dilación de tiempo y código después, con los servidores de video reportando tiempos de carga elevados porque estábamos usando la capacidad de procesamiento para nuestros fines, tuvimos la IA. Pero esta venía cargada con un extra, fruto de las acciones de una de las muchas inteligencias que conformaban la gestalt interconectada que eran los servidores de la corporación.

Encontrar a la inteligencia e interrogarla reveló que había sido puesta ahí por el Doctor Nova para introducir en nuestra propia creación un código que la haría interconectar el nuevo servidor con los del propio Nova. Y más cosas. Si soy sincero, no se cómo Mula consiguió que ella contase todo aquello, ni como la convenció para que acabase no solo no "suicidándose" sino descargándose en su propia mente como una musa. Atenea, pues así se bautizó a si misma la inteligencia, acabó volviendo con nosotros cuando subíamos en el ascensor y algo entendí de una canción en bucle sobre perros que van desapareciendo.

Con la inteligencia lista marchamos a encontrarnos con el científico, más máquina que hombre, menos moral y ética que un posavasos. Útil, capaz pero no digno de confianza. Pero pronto se dio cuenta que no iba a sobrevivir a todo lo que le contamos, pues su vida era contraproducente y la íbamos a sustituir rápido. Fue Mula el que le llevó a proponer una solución inesperada que le dejaría vivir pero sin controlar de ningún modo nuestro servidor de viajes temporales. Supongo que era justo, pero era un hombre que sin duda no inspiraba confianza. 

Esa noche hablamos, y no se qué ocurrió entre Mula y Rev pero debió ser grave pues ambos acabaron gastando monedas. Fuera lo que fuese, se decidió que Mula llevaría a la inteligencia artificial nueva al laboratorio de nuestro querido técnico, para que le diese un avanzado cuerpo de combate con el que pudiese controlar y proteger nuestro servidor de viaje temporal propio. Y la cantante se quedaría vigilando al científico para evitar problemas.

Durante su viaje, aunque por paradojas temporales que entiendo que tienen que ver con su gasto de monedas sería con Rev llevando a la inteligencia artificial, yo fui asaltado en mi piso. Es curioso lo poco que puede impresionar un cuchillo en el cuello cuando viajas en el tiempo, y lo eficaz que puede ser una conversación y un café para cambiar el mundo. Sagremor, el nombre de mi asaltante, venía en venganza por la muerte de Kane, era su ángel guardián por una vieja deuda. Pero le hice ver que debá un favor a un monstruo por mucho que él quisiese ser una fuerza del bien. No le mentí, la mentira es una herramienta de aprendices y gente acorralada, no oculté que no soy una buena persona y que no me importa más que mi propia definición de lo que es correcto para mi. Soy egoísta, cabrón, egocéntrico y un asesino. Pero no soy el mayor monstruo de Marte ni he causado tanto daño como aquel a quien Sagremor le debía su vida. Quería cobrarme un dedo el inocente iluso, como un personaje de una novela barata de la yakuza, y le mostré lo equivocado que estaba, lo poca cosa que era contra quien puede usar el tiempo como su juguete. Pero, más importante, le mostré cómo podíamos ambos salir ganando con todo aquello: él podría honrar su deuda con Kane, nosotros ganar un contacto y potencial aliado, y garantizar que cuando el doctor finalmente muriese fuese con Ghia delante. Delicado, cuidado y bello, como la precisión fractal de números autoevolucionados según mi voluntad.

Así que retrocedí en el tiempo para avisar a Sagremor del inminente ataque de Arasaka contra el hospital de Kane. De este modo, el hombre pudo estar allí y defender al doctor, salvándole la vida y cumpliendo así su juramento de salvarle la vida una vez. Y dejando la puerta abierta a que nosotros, después, cobremos la vida de Kane como Ghia quiera. Que nunca digan que soy un cabrón que nunca hace nada porque las cosas buenas no pasen... 

Lo siguiente que queda es una cuestión de reputación, dinero y cuadrar las cuentas. De llenar el tiempo mientras nuestro servidor de viajes temporales se preparaba. Un contrato, una recompensa, por recuperar un objeto robado, un datapad con información. Desaparecido durante el caos desatado por el ataque a la instalación de Kame, ahora surgía un pago por recuperarlo. Retroceder en el tiempo para estar presentes cuando se produjo el robo e identificar a los ladrones es algo trivial para quienes tienen el tiempo de su lado. Esperarles en su propio refugio, un flex que les dejó sin argumentos, y la firmeza de Mula un argumento que les dejó sin violencia. El datapad en nuestras manos para cobrar la recompensa cuando se pusiese, una tecnología de inteligencias artificiales abogadas que volvería a salir a hacer negocios, un grupo que recibió un pago igual que nosotros. Aliados, nunca se sabe cuando pueden ser necesarios, y cuando de verdad llegase la guerra íbamos a necesitar todos los que fueran posibles. Al fin y al cabo, toda esta batalla entre Kame y Kane solo era un ejercicio de entrenamiento, un divertimento y un ensayo para la guerra corporativa real que me devolvería mi trono. 

Mula quería seguir subiendo en el ranking de solos, y yo soy el ángel guardián que hace que se cumplan los sueños de los niños malos. Así que le vendimos al Director McAvoy de Arasaka que nosotros acabaríamos su guerra contra el hospital de Kane, y sin duda íbamos a cumplir.

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