Crónicas de las Tierras de la Bruma 54: La Cambiante Naturaleza de la Transformación


Hay preguntas para las cuales las mentes mortales no están preparadas. Cuestiones como la forma natural del agua, el tacto de un ser etéreo o la cantidad de estrellas que nos iluminan esta noche desde el cielo. Plantearse el entendimiento de esos elementos ha ocupado a muchas de las mentes más brillantes de la antigua ciudad y de otras tierras, y muchos de los que avanzaron en encontrar esas respuestas acabaron siguiendo el sendero de la demencia. Y por eso, para entender y dominar el Cambio mismo, Aurora planteaba controlar a la mismísima locura. 

Pero antes de que te hable de eso, es necesario hablar de los experimentos en la torre de hechicería y de la emancipación de Amanecer, que se había vuelto una persona completa con su magia. Y de la advertencia de peligro y pérdida de Savirie en caso de que fuesen a donde pensaban ir, al lugar donde uno de los quori se encontraba. También hay que hablar de la presencia de Talon en un funeral, para continuar comprendiendo los procesos de duelo y pérdida de la muerte, y los rumores de la desaparición de un contrabandista de la ciudad. Nunca se encontró al asesino, pero por lo que vendría después, muchos asumen que formó parte de las experimentaciones del necromante. 

Retornando a lo que te tengo que contar esta noche, el Nuevo Cisne abandonó la ciudad y marchó al noroeste, en busca del lugar donde las profecías señalaban la presencia de la oscura entidad extraplanar que Aurora buscaba. Fue al llegar al extraño río que separa el Bosque Medio del Bosque Alto que por primera vez pudieron ver a la cara los vastos efectos que la Duda tenía en las profundidades del antiguo bosque, en un agua que no sabía qué era exactamente. Ellas mismas, algunas de ellas mejor dicho, se encontraron cayendo de los cielos porque nunca habían querido volar... aunque, claramente, esa era su intención pues así se movían a menudo. Pero este es el modo en el que el Horror de la Mente se manifiesta, desafiando la lógica y destruyéndola, cuestionando la causalidad misma de actos y consecuencias, la concatenación de eventos, la misma naturaleza de la realidad.

Fue adentrándose en este antiguo y extraño bosque que llegaron a una zona oscura y sorprendentemente estable. En el centro de la cual se encontraba un pequeño y antiguo poblado elfo en cuyas calles jugaban unos niños con una pelota. Pero algo raro debía ocurrir con aquellos infantes pues las crónicas describen que el Nuevo Cisne los bautizó como "niños creepy" desde un primer momento, y no estaban desencaminadas. Estos les hablaron del ayuntamiento, el lugar donde se encontraban los adultos que tenían las respuestas, y acompañaron a las heroínas hacia el antiguo y rústico edificio. Fue ver su fachada y Zarel sintió inmediatamente la repulsión por el lugar pues, sobre su entrada, se encontraba una deformada y retorcida representación de Mulsha'ara, la diosa élfica de la luz, un extraño y oscuro sacrilegio entre los elfos que, entre los locales, parecía no serlo.

Uno de los adultos se presentó en la entrada, viendo de modo perfectamente normal todo lo que estaba ocurriendo. Cuando Aurora se adentró en su mente, lo que encontró fue ignorancia y una creciente demencia que intentaba arrastrarla a ella a sus profundidades insondables. Pues del primero al último de los habitantes de aquel lugar era malvado y hacía mucho que habían sido tocados por los innombrables. No encontrando respuestas la hechicera hizo a un lado al adulto y fue Shana la que forzó la entrada al templo/ayuntamiento.

Los ocho ancianos se encontraban reunidos en su interior e inicialmente parecían más confusos que violentos. Pero Zarel rompió la oscuridad del lugar dejando que la Luz regresase para purificarlo y esto hizo que los ancianos invocasen a su oscuro maestro de las profundidades del espacio más allá de este mundo, entre los distintos reinos que forman nuestro multiverso. Talon fue el más rápido en reaccionar y la batalla comenzó inmediatamente, con la violenta llegada del ente extraplanar siendo recibida por los ataques del necromante, de la hechicera y del elegido del Aeon, una recepción de fuego y acero que hizo tambalearse pero no caer a la criatura. Al contrario, su contraataque fue feroz y su alienígena voluntad trató de adueñarse del cuerpo de Aurora mientras descargaba la violencia de sus hechizos y ataques sobre Mirabel. Esta aguantó con firmeza un embite tras otro, recuperando las heridas de sus compañeros y soportando el castigo de la criatura mientras los demás descargaban sobre aquella toda la violencia de sus armas y conjuros. Pero, al final, ni la poderosa Maribel pudo aguantar tal virulencia y cayó en combate, siendo su alma absorbida por los ojos extradimensionales de la criatura. Pero el triunfo de la monstruosidad no duraría mucho bajo los golpes de las heroínas hasta que, entre virotes de Shana y lanzazos de Talon, conjuros y golpes de Aurora y rayos de Milia, finalmente fue el fuego de Zarel el que la destruyó y a los ancianos que la acompañaban. 

Con la muerte del oscuro maestro, los lugareños irrumpieron en el ayuntamiento deseando destripar al Nuevo Cisne. Aún destruida, el cadaver de la entidad seguía distorsionando las mentes y trayendo la demencia, solo aplacable con el control mental de Zarel ante los niños y adultos del lugar. Todos abandonaron el ayuntamiento dejando a los lugareños en el interior a solas con Talon y de lo que allí aconteció no hay detalles, pero sabemos que ninguno de ellos sobrevivieron a esa soledad y que por mucho que hablasen fuera del desayuno, los gritos de algunos de los lugareños se podrían oír en el exterior. Y esa era la pérdida de la que hablaba Savirie, esa pérdida de la inocencia y de la rectitud a medida que Talon se adentraba en el oscuro sendero que es requerido para comprender lo que se encuentra fuera de la vida y de la muerte, en ese tenue filo entre ambos mundos en que no se es ni lo uno ni lo otro. 

El regreso vio al Nuevo Cisne dividirse. Shana marchó a los bosques, a aprender a sobrevivir por su cuenta con Dracael y Dracaella, enfrentándose a cangrejos gigantes y otras amenazas mientras buscaba la esencia de su propia palabra antigua. Talon y la mayoría marcharon a Assur Na'filem, donde el necromante visitó el templo de la luz para conversar con los espíritus locales, aquellos que aún no habían ido por una u otra razón al Árbol de la Vida nuevo que estaba lentamente creciendo. Y Aurora regresó a Nueva Catan, a adentrarse en sus experimentos diseccionando al extraño ente capaz de transformar la cordura en demencia, de cambiar de lugar las almas de la gente. Fue allí que descubrió la existencia de un único elemento central que es inmune al cambio mismo: el alma, aquella naturaleza esencial que ya Bahamut le dijera poco antes que era suya y siempre sería así. Pues si bien el cuerpo es moldeable como arcilla en las manos de un experto, como nosotros transformamos agua y verduras en esta cosa que llamas sopa aunque bien debería llamarse brebaje de agua sucia, el alma está hecha de una materia completamente distinta, esencial, primigenia y de un valor incalculable.

Y Aurora quería transformarse en uno de los grandes dragones dorados, pero para hacerlo necesitaba de uno voluntario. Y para traer uno, precisaba de un nombre. Mordenkainen poseía esos nombres, de su vasta experiencia, pero el hechicero tenía otros planes y objetivos. Compartió con ellas el nombre sin problemas del más bondadoso de los dragones dorados antiguos de su plano pero a cambio quería su ayuda para que le protegiesen mientras hacía el ritual para sellar el plano y evitar que contaminase a otros. Si bien ellas accedieron para hacerlo en un futuro, Talon sugirió en secreto que acaso no fuese necesario, si destruían a los Horrores de la Mente el plano dejaría de ser dañino para los demás y no necesitaría de ser aislado. De todo ello ya te hablaré otra noche, sin embargo, pues de ahí lo que surgió fue el acuerdo de hacerlo en el futuro y mucho habría aún de ocurrir antes de ese momento. 

Preparada con el nombre, Aurora y Zarel llamaron al poderoso dragón, que apareció en un aspecto pequeño y encantador. Un buen regalo y un pacto consiguieron que el dragón le entregase una de sus escamas a la hechicera que empezó con sus rituales. Pero fue en su conversación con Zarel, con quien compartía muchas cosas, cuando el dragón manifestó su plan secreto de que su esencia intrínsecamente bondadosa se filtraría al alma de Aurora cuando esta finalmente tomase posesión de su copia. Un pequeño plan del dragón que mostraría el único modo de cambiar el alma de una persona, a través de hacer que esa persona decidiese ser de otro modo y comportarse de esa manera. E igual que Talon se adentraba en senderos complicados en busca de conocimiento, Aurora era impulsada hacia una mejor versión de si misma por esa misma búsqueda. Pues, al fin y al cabo, era el tiempo del Ciclo de la Oscuridad, en que cada uno debe decidir por qué vale la pena luchar y qué vale la pena defender. Y, en esa búsqueda, cada uno manifestaría sus cambios y sus designios en una dirección u otra. 

Pero la noche se muestra ya avanzada así que va tocando cerrar la historia por hoy. Aurora se adentró en su torre de hechicería y, por primera vez, pronunciaría la palabra de Transformación para transformarse a si misma en el antiguo dragón dorado que siempre había querido ser. Su cuerpo cambiado, su alma transportada a su nueva forma, pero también entremezclada con la esencia draconiana que ahora se entretejía tanto en su cuerpo como en su mente.

Del resto te hablaré mañana, de la búsqueda del sendero entre la vida y la muerte, de nuevos comienzos y de supervivencia y de tantas otras cosas. Ahora estoy cansado, la garganta está agotada, y solo quiero dormir.

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