Rota mi Espada de Plata, Partida mi Espada de Acero

 

Escribo estas líneas aquí en mi retiro, en mi escapada, en mi huida. He fallado, he intentado crear un mundo mejor, proteger al débil y necesitado, y he caído. Con mi derrota, he arrastrado a todos los que quería, a mis hermanos en la lucha y la batalla. Acero para hombres, pero sobretodo plata para monstruos: era una guía sencilla para una vida virtuosa y honorable. Y, sin embargo, a ello he fallado también. 

Al final, supongo que he decepcionado a todos los que depositaron su fe en mi. Su lealtad y su esperanza. 

En realidad, es la historia de mi vida, la de un fracaso desde el momento de mi concepción. No en vano mi madre jamás me amó y mi primera familia fue la tripulación de su drakkar. Las tormentas del mar los primeros monstruos a los que me enfrenté. Después me compraron los hechiceros para experimentar conmigo y la mayoría de mi segunda familia murió bajo el efecto de dolorosas y terribles pociones. Monstruos con caras académicas, armados con ungüentos malolientes y agujas cuyo dolor se volvió conocido. Mi tercera familia fue muriendo entre ataques de monstruos y nuevas drogas pero, sobretodo, ante la lucha interna. Porque al final, incluso los nuestros se transformaron en monstruos.

Solo trece eran dignos de mi confianza para comenzar de nuevo, un camino original y distinto, lejos en el oeste donde se pone el sol. Pero también eso fue destruido, todo mi imperio reducido a polvo por el desprendimiento de tierra causado por hechiceros envidiosos y cobardes. Mis hermanos, muertos bajo la roca, sus cuerpos destrozados por la brutalidad y la ambición. Muertos por seguirme en mi trono de mentiras que me decía a mi mismo, que decía a los demás, sobre caballería y honor. Menos unos pocos desafortunados, que cargan ahora con los fantasmas que yo llevo arrastrando toda la vida. Porque, al final, todo el mundo siempre se marcha y me quedo a solas con esta pluma, este tintero, este pergamino.

¿En qué me he convertido? En alguien roto, mi querido amigo, un ser incompleto y derrotado. Construí un imperio y ahora es todo polvo, mi corona convertida en una carga amarga, sus espinas profundamente clavadas en mi piel. Cada sacrificio ha sido olvidado por el mundo, cada vida salvada ha sido tragada por el tiempo, cada cosa protegida ha sido corrupta por las ambiciones de reyes y magos.

Mis espadas han perdido el filo, y ambas se han roto ya y no tengo las fuerzas para reforjarlas. Me rindo. No queda más que decir, más que hacer, al final todos nos marchamos. Y mi tiempo debió haberse acabado hace mucho. Si pudiese volver a vivir de nuevo y rehacer las cosas, aprovecharía la primera de las tormentas del mar para saltar por la borda del barco y ahogarme pronto. Solo así os podría ahorrar todo este sufrimiento. 

Y lo veo en tus ojos, mi viejo amigo, que escribes y guardas los restos de nuestro hogar. Todos los que conocemos, al final se marchan, Keldar. Y tú deberás hacer lo mismo, cuando te llegue el momento, porque yo siempre te decepcionaré, yo siempre te haré daño. Dejame atrás, por tu propio bien...

Ervand de Larvik


Comentarios

  1. Este relato es un juego todo el rato con la letra de la canción Hurt en su versión de Johnny Cash. Iba a ser el opening de la partida de mañana (y aún lo será en cierta medida), pero al final se transformó en un relato por derecho propio. El título, es una referencia a En Flandes se Ha Puesto el Sol, una excelente obra de teatro de Eduardo Marquina. En especial a los versos del final del segundo acto:
    "Nunca traiciones hizo esta espada, pero está partida
    con ella rota, rota va mi vida
    ¡Disponga el cielo de mi suerte ahora!
    ¡España y yo somos así, señora!"

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