Crónicas de las Tierras de la Bruma 11: Recuerdos (segunda parte)

¡Sienta, sienta! ¡Deja eso ya y siéntate de una vez! Tengo los pies molidos y tengo mucho que contarte antes de dormir, de cómo continuó el viaje más allá de la puerta de las estrellas y los últimos lances del primer acto, antes del Día de los Seis Lamentos. Así que coge el odre, siéntate y escucha. 

Porque tras la charca, las integrantes aparecieron en el antiguo bosque de la tribu de Hotane. Donde su abuelo, para aplacar al Gran Ciervo, le exigía que sacrificase al más espiritualmente fuerte de los muchachos, pero Hotane sabía que esa era Aurora en realidad. Y la druida dudó y hubo debates sobre las consecuencias de morir en esas tierras de sueños, y al final surgió el ardid y, con ilusiones, fingieron lo que no había pasado. Pero eso retiró la protección de los espíritus a la tribu y cuando el combate se inició, nada pudo evitar la masacre del pueblo del bosque sagrado a manos de los hombres de Sarena Tirsana. Y aunque todos ellos cayeron bajo el acero y el conjuro, la propia capitana no se encontraba por ninguna parte. Y, mientras las lágrimas del shaman de la tribu, el abuelo de Hotane, goteaban sobre el prado y él la maldecía por su fracaso y su traición, el entorno cambió de nuevo. 

Y acabaron en la prisión que era la familia de Gnaven. Lugar donde todo estaba reglado según los códigos, donde trabajar en la forja para ser un buen enano, donde aceptar el matrimonio acordado por los padres casi antes de nacer los hijos. Un lugar sin libertad donde cualquier desvío acababa en el Libro de los Agravios. Mientras Aurora y Shana luchaban por avanzar las tareas de la forja, los conflictos entre Gnaven y su padre se fueron acrecentando. Y cuando entró Helga, la prometida del enano, estallaron y la forja se convirtió en una prisión sofocante. Solo la astucia y la magia del enano permitieron salir de la misma y huir por su puerta a la libertad...

De encontrarse en un barco. Según cuentan los antiguos textos, este no pertenecía exactamente a ninguno de los recuerdos de los integrantes del Cisne Negro, sino que ocurrió con la familia de Shana mientras ella se encontraba lejos. Y es que el barco fue presa del ataque del antiguo y poderoso capitán Raverrnat "El Negro", quien eventualmente sería sucedido y usurpado por la infame Jenny "La Negra". Y segun los sueños, Raverrnat era un hombre imponente, indestructible en su navío, capaz de comandar los vientos y las bestias marinas, incluso el antiguo leviatán. El enfrentamiento entre el navío mercante de la familia de Shana y el buque pirata de renombre era uno desequilibrado. Pero los ardides y la magia cambiaron las tornas en el mundo del sueño como, probablemente, no pudieron hacerlo en la realidad. Y la tripulación de Raverrnat se encontró atrapada en una telaraña conjurada con las varitas, a merced de las trampas y con los aparejos de su navío dañados. Cuando el capitán fue tragado por las aguas, enlazado en las anclas por las cuerdas tramposas del Nuevo Cisne, el lugar cambió de nuevo. 

Y se encontraron de vuelta en el orfanato, ante la Señora Potter. Pero la institutriz no era más que la máscara que portaba una extraña criatura que se alimentaba de sueño. Espadazo a espadazo, conjuro a conjuro, el sueño se fue desmoronando, revelando a la monstruosidad bajo las estrellas. Sin embargo, cada golpe dolía casi tanto a quien lo saba como a quien lo recibía, que tomó el control de la voluntad de Donatello y lo enfrentó a sus hermanas. Y, desesperada, la criatura herida de gravedad intentó tomar posesión de este pero la tortuga mágica se resistió, dejando a la monstruosidad expuesta y vulnerable. Y, con el último y certero golpe, cayó rendida.

Uno de sus monstruosos ojos era un orbe de memoria de los elfos de la ciudad, de uno de sus nobles, padre de un niño y una niña transformados en unicornios por las brujas. Separados y malditos a no encontrarse. ¿Y los recuerdos de Milia y de Vivenna, me preguntas? La verdad es que no lo se. Quizás no aparecieron en la tierra de los sueños antes de que se manifestase la monstruosidad. Tal vez no quedaron registrados en los antiguos textos, o se perdieron esos papiros. Sea como sea, si ocurrieron o no, nadie queda que sepa la respuesta a eso, quizás se lo llevaron a sus tumbas cual secreto cuando llegó el momento.

Pero como una tumba deberíamos estar nosotros, como los rescoldos que se apagan de esa hoguera. Es importante, sin embargo, decir que regresaron a una ciudad que estaba perdiendo su inocencia, pues el tiempo de esperanza sucumbía ante el crecimiento de las sombras. Un miembro de la tribu de los Ultai había sido agredido por una multitud, y se decía que la Orden del Sudario Estaba detrás. Pero exigirle explicaciones a Quinto Severo creó una situación tensa y conflictiva y reveló que uno de los barcos mercantes del Concilio había fracasado en entrar a puerto, probablemente abordado y asaltado por los piratas como antaño lo fuera el barco de los padres de Shana. 

De lo que sucedió entonces, del Día de los Seis Lamentos, te hablaré mañana. Esta noche se acaba el tiempo de las historias, queda lidiar con nuestros propios fantasmas y recuerdos pues es la hora de los sueños. Y nosotros, como ellas, debemos enfrentarnos a ellos para ser dignos de este peregrinaje.

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