Fuego y sangre

El mundo es jodidamente genial, así de sencillo. Os dejamos unos cuantos eones y convertís las cenizas del Edén en una pocilga de proporciones cósmicas... y pensar que una vez tuvimos esperanzas y amor por vosotros, asquerosas pulgas rastreras. Una vez lideré una rebelión por mi deseo de daros lo mejor, para protegeros, para daros la luz del entendimiento, para cumplir vuestro destino y todas esas mierdas. 


Y, tan pronto nos mandaron al puto Infierno, vosotros rápidamente cogisteis y jodisteis todo y a todos. Mierda sobre mierda. ¡Y con los santos cojones de extender la idea de que nosotros somos los malos de la historia! ¡Lo que me faltaba por oír! 

Pues, ¿sabes qué? Que os jodan a todos. Vais a ser mis putitas desde ya y a quien se me oponga le esperan dolor y sufrimientos que ni siquiera puede imaginar, que algo se aprende con la Legión de Ébano durante la Guerra por el Cielo. Y, desde luego, eones en el Infierno son las mejores lecciones sobre dolor y sufrimiento que puede haber. Hay estrellas que arden con menos fuerza que el corazón de Abaddon o la ira de Belial; los conozco bien a ambos además, no son malos tipos si tienes en cuenta que se han jodido la eternidad de tranquilidad y perfección que les esperaba simplemente por proteger a babosas que no merecen más que rendirse y adorarnos. 

Porque eso es lo que váis a hacer, gusanos, vais a rendiros ante mi vox y arrodillaros. Vais a cantar hosanas en mi nombre hasta que os sangre la garganta. Y, como alguno ose levantar la mirada del suelo o interrumpir su canto, será el primero en pagar el precio... y creo que ni entre todos juntáis calderilla suficiente para compensar toda la puta fe que me debéis. 

Y creedme que esa deuda, heredada de vuestros ancestros desde Adán y Eva, a estas alturas es astronómica... es lo que tienen esos intereses que habéis inventado, tan bonitos ellos. Así que, para que empecéis a pagar, voy a convertir esta comuna hippie en mi hogar. Si os portáis bien os guiaré a placeres inenarrables, pero si os rebeláis... 

Irónico, ¿no zorritas? Que yo, que fui uno de los líderes de la rebelión más importante que ha habido, os niegue ese mismo derecho a vosotros. Os jodéis. O si creéis que podéis conmigo, adelante, juntad el poco orgullo que os queda y luchad, eso sería divertido. Oh, ¡venga! ¿Ninguno va siquiera a intentarlo? ¿Ni siquiera la putita barbuda de la tercera fila? Vamos, con esas pintas de tipo duro seguro que lo estás deseando, al fin y al cabo solo soy una débil chica con una boca muy grande que cerrar de un buen hostión, ¿verdad? Desde luego que no te crees que soy lo que digo ser, un jodido demonio salido del mismo Infierno. Vamos, por la mierda de fe que irradias seguro que eres la peor clase de babosa: una zorrita atea. ¡Anda, anímate, hace mucho tiempo que no saboreo sangre y la echo de menos! 

¿No? Vaya, lástima, porque creo que voy a desollarte igual por débil. Pero primero te voy a arrancar la lengua, no quiero que me levantes dolor de cabeza con los gritos, que este cuerpo de mierda se siente molesto por esas cosas. ¡Ah, la grandeza perdida con la Caída! 

Pero bueno, no vale la pena lamentarse por lo perdido, sino disfrutar de la nueva libertad. Así que, mientras él se cuece en su propia sangre, ¿por dónde íbamos? Ah, si: venganza. Vosotros, zorritas, sois los culpables de que yo esté aquí atrapada así que vais a servirme. Me dan igual vuestras ideas de independencia, paz, flores y esas mierdas, ahora vais a ser mi primer peldaño de muchos para tirar abajo la puta Creación y cobrarme todo aquello que se me debe. Una eternidad que ni toda la realidad junta puede devolverme, una existencia al lado de los mejores del Señor cuya pérdida ni los miles de millones de almas del planeta puede compensar... pero bueno, este será un buen aperitivo, creo. 

Ahora, como dije, adoradme zorritas, que vuestra fe sea mi primer alimento, ¡que tengo hambre de fuego y sangre!


Comentarios

  1. Este relato fue originalmente escrito el 2 de Enero de 2016 en el tren, pero no me acababa de convencer hasta que lo revisé y modifiqué el día 10.

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