Tiempo de Anatemas 5: El Círculo incompleto


Ragara Jun fue interrumpido mientras se preparaba para un nuevo día, pues Ventura había llegado a su casa. Juntos decidieron que era hora de encontrar a Quro pues sentían que algo negativo le estaba ocurriendo, algo que podría causar grandes calamidades. Prepararon pertrechos y recursos para el viaje, reunieron sus aliados y se organizaron las agendas. Los jefes de la Garra se encontraban esperando noticias de los mercenarios y el desarrollo de la operación, pero no contaban con tenerlas en varios días. De modo que esa misma noche, a lomos de Meng, los dos Solares y sus aliados volaron sobre la Creación en dirección al oeste, donde se perdía el rastro de los hombres de Luna Negra.

Las tribus de jinetes de la Alianza Marukan les guiaron al rastro de los mercenarios, pero también les advirtieron del avance de la oscuridad. Pero, sin temor, ambos continuaron su viaje hasta dar con el cañaveral donde, entre bambús arrancados, Quro había tenido su Segundo Aliento. Pero no había ni rastro del joven guerrero, solo señales de huidas y de batallas, y de poderosas magias desatadas. Continuaron indagando bajo el abrigo de la invisibilidad hasta dar con el barranco desde el cual se divisaban los densos bosques alrededor de la maldita ciudad de Thorns. 

Fue allí, en el abismo, que encontraron una puerta negra con una calavera de plata, suspendida en el vacío con una invisible plataforma de huesos metálicos como único acceso. Para abrir la puerta fue necesario presentarse y desafiar al maestro del lugar, el necromante oscuro, y adentrarse en su extraño laboratorio donde máquinas golpeaban rítmicamente para objetivos desconocidos. Tras una puerta secreta, con glifos mágicos para abrirla, encontraron el horror al final de un pasillo negro.

Allí, sobre una camilla, Sangriento Poeta del Destierro estaba realizando una terrible hechicería sobre el inconsciente Quro, debilitando el brillo del sol de su frente y transfiriéndolo al cadáver de su amigo y mentor Grandes Aspavientos. La conversación fue breve antes de que el Abisal y su nuevo aliado, el redespertado como Espada Sangrienta de Grandes Gestos, abandonasen el lugar dejando a dos caballeros nomuertos listos para el combate. 

No fue una batalla difícil, Espada Celeste y sus hombres cargaron siguiendo las indicaciones de Ragara Jun que acertadamente demostraba su pericia en la estrategia militar. Mientras tanto, el enorme Meng destrozaba al otro de los caballeros mientras Ventura preparaba trampas y cuerdas para acabar con el enemigo. Y con el silencio del final de la batalla, Jun rápidamente observó la situación y, con cuidado, pudo retirar las agujas de acupuntura que eran el centro del ritual que se estaba haciendo sobre Quro. Justo en ese momento, una extraña e irónica voz surgió de un antiguo artefacto de la Primera Edad que recuperaba su vida, y con ella promesas de información y chismorreos de importancia para los Anatemas.

Extrajeron una de las máquinas del laboratorio con cuidado para que Synn pudiese estudiarla cuando se reencontrasen en Nexo, y volaron en busca de los demás supervivientes de la Garra. Su rastro los llevó hacia Lookshy, donde uno de sus navíos voladores les interceptó y les contó que los mercenarios estaban a salvo y que les entregarían su mensaje de que Quro se reencontraría con sus hombres en Nexus. Y con eso listo, volaron hacia el amanecer, a la ciudad que unos días atrás habían abandonado.

Llegaron a tiempo para que, tras dejar al guerrero junto a la científica, Ragara Jun se encontrase con su hermana Ragara Helan llegando a la mansión de los Ragara. Como se esperaba, hostil y soberbia, venía dispuesta a quitarle todo a su hermano "no exaltado", pero Jun tenía aliados, información y contactos y, con cuidada y meticulosa precisión, se encargó de dejarle un peligroso regalo envenenado: información incompleta y bien diseñada para complicar el desempeño de Helan en una ciudad que no conocía, ocultando la reunión del día siguiente con Cynis Aurei.

Por su parte, Ventura fue abordado por la banda de los Asesinos de Niños, que buscaban nueva información sobre lo que los Cynis querían hacer con las drogas. Pero el encuentro en la taberna no se solucionó como la pandillera quería, sino que primero ella y luego la banda entera fueron confrontados e intimidados por un Ventura que había encontrado una confianza y un poder en si mismo que ellos nunca le habían visto. Un joven que, tras ese encuentro, se infiltró en la casa de Cynis Aurei para depositar una carta sobre su almohada aconsejándola para el siguiente encuentro con Ragara Jun y descubriendo que su lecho se encontraba guardado por un elemental de fuego. 

Al día siguiente, Ragara Jun y Ventura fueron juntos al encuentro con Cynis Aurei. Entre flirteos y escándalos, negociaciones y persuasiones, las bases para una alianza fueron tendidas. Una que circunventeara a Ragara Helan y pudiese servir para que Jun recuperase lo que era suyo, una que sirviese para aumentar el acceso y las oportunidades de Ventura, una que avanzase los intereses de la Casa Cynis. Siempre que la distante Cynis Pétalo Hermoso aceptase...

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