Un tiempo de amor y un tiempo de desamor

Hubo un tiempo inmaculado...

Un tiempo en que danzamos, nuestras alas dejando estelas de estrellas fugaces
Un tiempo en que escribimos poemas de amor de lo infinito a lo finito
Un tiempo en que cantamos a la existencia las altas cumbres y los profundos valles
Un tiempo en que esculpimos con delicadeza las interacciones atómicas
Un tiempo en que pintamos el eternamente cambiante retrato de las estaciones
Un tiempo en que diseñamos formas de vida únicas y portentosas
Y un tiempo en que callamos, con la promesa de que el final no era más que un nuevo comienzo

Un tiempo en que los Osannas unían en amor y armonía todos los rincones de un jardín sin sombras. Un tiempo en que el susurro de Su amor nos llenaba de propósito, hacía cantar al grillo y danzar a las olas de los congelados océanos de Europa. En que los genes amaron y dieron a luz a una primera costilla.

No eres capaz de imaginar el amor que hubo en el trabajo que permite que tus células procesen el oxígeno para crear la energía necesaria para la vida. El respeto profundo de la jueza que antepone vuestras leyes al plan divino. La suave guía de la búsqueda de un acuerdo que beneficie a todas las partes. La pasión de la busca de una rebeldía por crear algo mejor. El mimo de la belleza de una espada decorativa. La inspiración de las olas que ascienden y descienden para que los mares provean de caricia y solaz. La precisión enfocada de los principios matemáticos que articulan la vida. Todos esos, y muchos más, manifestamos de las maneras más increíbles nuestro amor a vosotros y a Él, en el espectáculo más maravilloso que jamás ha existido. 

Igual que no eres capaz de comprender el dolor de ver que la energía de la vida era usada para segar otras vidas. La injusticia de ver proliferar delitos y abominaciones por doquier. La estupefacción de los pactos centrados en el egoísmo y la acaparación. La traición de la revolución sin más propósito que la toma del poder. El horror de una espada convertida en un arma. El sufrimiento de los mares explotados y contaminados. La destrucción del diseño en granjas masivas de infinitas líneas de plantas cultivadas con abonos químicos. La ruina del jardín que vosotros llamáis mundo.

Y la soledad, y la impotencia, de saber que Él ya no te ama, y que vosotros nos culpais y dais la espalda. Más allá de la redención, más allá de la revolución, de la esperanza, de la lucha... allí solo queda un tiempo de desamor. De egoísmo. De egocentrismo. De prostitución. De violación. De la más abyecta y terrible soledad, la que sienten aquellos que sacrificaron todo por amor para ver ese amor truncarse y caer en esta oscuridad y ceguera. 

Podéis echarnos la culpa, pero nosotros no matamos hasta que Caín cogió una quijada. Nosotros no nos explotamos unos a otros como hacéis en vuestras fábricas. Nosotros no humillamos a los diferentes como hacen vuestros medios de comunicación. Nunca negamos asilo ni cuidados a la más pequeña de las flores o al más grande de los astros en el cielo, pues ambos eran igualmente maravillosos, cuando vosotros le dais la espalda a todos los desfavorecidos de entre los vuestros. 

Podéis llamarnos demonios pues tal es la denominación que merecemos en este tiempo de desamor, pero los verdaderos monstruos siempre seréis vosotros. Los que pagasteis un beso con un golpe.


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