Encíclica para la convocatoria de la muy Santa VIII Cruzada Estelar

A los muy fieles seguidores del Pancreator, de las enseñanzas del Profeta, manifestadas en su santa Iglesia Universal de los Soles Celestiales:

Nos dirigimos a vosotros en estos tiempos de tribulaciones y problemas, en que la oscuridad amenaza al Imperio como no lo ha hecho nunca: desde dentro. Con preocupación, hemos asistido a la proliferación de cuestionamientos de las sagradas escrituras, rechazos de las santas instituciones eclesiásticas e incluso apostasías, renuncias a Dios, antinomia y adoración de tecnologías prohibidas. Los tribunales del sínodo inquisitorial han estado trabajando a toda velocidad tratando de resolver esos asuntos y proteger las almas de los fieles de las tentaciones que los demonios susurran en los oídos de los pecadores. 

Desgraciadamente, nada de eso ha sido suficiente. Las heresiarcas de Varadim y Criticorum, las enseñanzas prohibidas y paganas de Hargard, y otras amenazas de igual calado, han extendido la duda y la mentira por los mundos del Imperio. Puede parecer que solo son palabras, pero estas son todo lo necesario para sembrar la duda en el camino correcto y llevar al pecado y al oscurecimiento del espejo de cada una de nuestras almas. No hay pecado más aborrecible que el del rechazo a dios, pero la herejía tampoco es aceptable, como no lo es el cisma. 

Ha llegado la hora de enfrentarse a la oscuridad, de plantar firmemente los pies frente a ella y detener su avance. De cerrarle nuestros corazones a sus promesas vacías y falsas, y de responder con el reflejo de la luz del Empíreo a las sombras que trata de proyectar. Para eso ha sido convenido el Sínodo de la Cruzada, que llevaba un siglo sin reunirse, pues es necesario que la lucha contra el enemigo se haga ya sin cuartel.

No nos llevemos a engaño, esto va a ser un tiempo duro y doloroso, como siempre ha sido. Desde que se convocase la primera cruzada, casi hace cinco siglos, contra los invasores Vuldrok, la cruzada siempre ha sido sinónimo de guerra y de muerte. Pero también de gloria, honor, fe y triunfo. Vivimos en el resultado de las victorias de la segunda cruzada, cuando Alecto I derrotó al rey Froljir y cimentó con ello su reclamación al trono imperial. O la sexta cruzada, luchada contra el Califato de Kurga, que unió el planeta de Veracruz a los mundos de nuestro Imperio y a la luz de la Iglesia. Incluso la séptima, declarada hace más de un siglo contra los simbiontes, y que ha resultado en la defensa de todos nuestros hogares contra esa terrible amenaza. 

La octava cruzada tendrá la misión más dura de todas, la más dolorosa, pero también la más trascendental: protegernos de los enemigos que se esconden entre nosotros. Los Hermanos de Batalla, que fueron baluarte y protección de los fieles durante siglos, han vuelto su espalda a la Iglesia y a los creyentes. Los seguidores de las heresiarcas aborrecen de las palabras del Profeta, retorciéndolas en servicio a sus mentiras. Los cultos tecnófilos, republicanos y antinómicos proliferan en las barriadas y campos de nuestros mundos. 

Por todo ello, el Sínodo de la Cruzada ha decretado una serie de planetas que serán el objetivo principal de los esfuerzos de la misma por erradicar estas amenazas. Mundos que han visto la oscuridad extenderse sin nada que la detuviese hasta que los fieles conviven con los pecadores y sus ideas corrompen y oscurecen sus espejos. Si las autoridades de estos mundos se entregan a la justa Iglesia y permiten a sus tribunales inquisitoriales y obispos proceder con su sagrado deber, podremos limpiar la mancha que nos aflige a todos y devolver a los soles su brillo. De lo contrario, la Santa Iglesia Universal de los Soles Celestiales convoca a todos los fieles, nobles señores y leales siervos, a someter a esos mundos a la autoridad debida del poder eclesiástico para poder imponer la pureza allá donde esta sea rechazada. 

Por la significancia y las diferencias de la naturaleza de la amenaza, la Cruzada es convocada por las siguientes circunstancias:

-Para luchar contra aquellos que rechazan las enseñanzas del Profeta y abrazan abiertamente la herejía: los mundos de Criticorum y Varadim, origen de las dos últimas heresiarcas, son los objetivos principales. Pero también aquellos mundos donde poseen numerosos partidarios, como Sutek.

-Para luchar contra los siervos de la Oscuridad: los pactos con demonios anidan en el centro de la hermandad de los Hermanos de Batalla, y por ello tanto Stigmata como De Moley deben ser purgados de toda influencia del Enemigo. Pero también hay señales de ella en Pandemonium, Sutek y Manitou.

-Para luchar contra aquellos que mantienen fes erróneas y deben ser llevados a la luz: los mundos de Hargard, Twilight y Gwynneth todavía abrazan extensamente fes paganas y prerreflectivas y deben ser llevados a la luz del Profeta y sus enseñanzas.

Junto a la propia cruzada, se convocarán tribunales permanentes de la Inquisición en mundos sospechosos de actividad extensa de los enemigos de la fe. Tribunales de esta índole serán instituidos en Leagueheim para detectar a los que han empañado sus espejos con la idolatría de la tecnología. También los mundos Al-Malik verán tribunales de esta índole formados, para evaluar la extensión de las enseñanzas de los gaudimianos, como lo será Haven para las enseñanzas de los varadimianos. Y tribunales no permanentes serán instituidos en todos los planetas del Imperio para evaluar el grado de corrupción de los mismos.

Este inventario es doloroso para nosotros, pero necesario. Y es posible que a lo largo de los próximos meses, según los eventos se desarrollen y los tribunales indaguen, sea preciso añadir nuevos mundos a los que posean tribunales inquisitoriales permanentes o, el Pancreator no lo quiera, a la lista de mundos objetivos de la cruzada. 

Esta es la voluntad divina desde el centro del Empíreo y nuestro deber como fieles es extender la verdad entre las estrellas, como hicieron el Profeta y sus Santos Discípulos tantos siglos atrás. ¡Deus vult! 

Sigmund Drual

Patriarca de la Sagrada Iglesia Universal de los Soles Celestiales, 26 de agosto del anno domini 5050

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