Paraiso Perdido 25: Requiem por un sueño
Incluso desde el espacio es posible ver el nivel de destrucción que los temblores están causando en la Costa Oeste, pero no se vería el Avistamiento. Pues en Los Ángeles, la noche parece día ya que en lo alto, capturado por miles de cámaras de vídeo y móviles, el Primero se alza e ilumina la ciudad. Fiat lux, al fin y al cabo, es su esencia, y sus ojos muestran el dolor, la sabiduría, la decisión, el sufrimiento, la soledad y la firmeza que siente Lucifer ante la destrucción que observa bajo él. Calles que colapsan, edificios que se hunden, gente gritando de sufrimiento y dolor. Pero él solo extiende los brazos y cae hacia arriba hasta desaparecer. Solo es una breve tregua antes de que el tsunami destruya la noria del pier de Santa Monica y llene las calles de torrentes de agua, antes de que los incendios sean propagados por los fortísimos vientos. Pues los cuatro elementos deciden que la ciudad costera es el lugar adecuado para testear el Apocalipsis.
Y en sus casas, calles y domicilios, independientemente de a cuanta distancia se encuentren del horror, la humanidad es testigo de lo ocurrido y la fe lentamente vuelve a ellos. Echan manos de sus biblias y visitan sus sinagogas, escuchan las palabras de los imanes y reabren sus almas a lo divino y trascendente. Más allá de la corrupción, de la mugre, de la estrechez mental, hacia lo que va hacia el infinito. En Nueva York están reunidos en torno a sus móviles viendo el Advenimiento, el Heraldo Divino proyectado en las enormes pantallas de Times Square como si fuese fin de año. Aquel martes no era una noche como otra cualquiera, sin duda, y no lo sería por muchas razones.
A Matt lo encontramos viendo el regreso del Primero en el televisor de su piso, demasiadas emociones arremolinadas en su interior. Entonces golpean firme pero educadamente a su puerta y del otro lado de la misma se anuncia la presencia del FBI. Al estafador no le lleva más que unos segundos darse cuenta de que el apresurado viaje a Escocia le venía a morder en su firme trasero, pero la riqueza y el status tienen sus ventajas y el tiempo en que el grupo de seguridad esperaban que abriese le sirvió para abrir la ventana y escapar por la escalera de incendios. Pronto pondrían una orden de busca y captura, un infame All Points Bulletin, pero esa noche había cosas más importantes que responder, mientras escuchaba la campana convocando a la Corte de la Gran Manzana y escribía a Jennifer para organizarse y esta, por primera vez, mostró la claridad de que haría lo que pudiese para juntos ir a buscar al Lucero del Alba, pero si debía prescindir de los demás, lo haría.
Eso lo comentaba la chica latina mientras escuchaba ella también la campana y descendía del taxi que le había llevado al piso de Barry. Quien le abrió fue una muy sorprendida Aisha, una hechicera árabe, frustrada de horas de discusión con el drogado verbena que estaba tirado en el sofá. La latina quería que los magos la teletransportasen a Los Ángeles para encontrar a su antiguo amor, mientras se debatía entre lo que decía su corazón y lo que le habían mostrado sus ojos del regreso del mismo a la ciudad de los sueños. Aisha podría transportarla, pero haría falta quintaesencia y el huevo de dragón aún no había sido procesado. Y entre conversaciones sobre el tiempo, el destino y lo que estaba por venir, la demonio abandonó la casa del mago drogado para continuar viendo cómo cumplir sus planes.
El equipo de asalto de Contraterrorismo que asaltó el piso de Red South inició un combate a sangre y fuego donde no solo hubo dos bajas entre los pandilleros sino que acabaron con Adam en posesión de los federales. Su destino estaría poco claro durante esa noche.
Dae-suo está viendo las noticias en el piso seguro que le había confiando Clarke, cuando una voz femenina golpea firmemente la puerta. El acude a quien dice que se conocieron durante el hundimiento del Open Sea Fastpace, el barco que habían asaltado ellos a la vez que un grupo de hombres-lobo. Y aparentemente la líder, la terrible gigante blanca, era una chica llamada Sophie que quería cambiar las cosas y buscar una alianza entre ambos grupos. Su gente, atados a una Letanía anticuada y obsoleta, no entendería, pero ella y su manada creían que era necesario un cambio. Y fue Dae-suo el que tenía un rastro que podían seguir, pero el demonio aun no tenía respuestas que darles, pero si una promesa de seguir hablando e investigando. Y un intercambio de teléfonos para poder comunicarse de modo secreto incluso para la Tecnocracia.
Violet está tirada en el sofá de su casa viendo una película cuando Rose desciende como un vendaval del piso de arriba a enseñarle lo que tiene en el móvil. Si hubiera una fotografía de la palabra "hype" en el diccionario, sin duda sería la de la Dewey más pequeña en aquel momento. Ella y sus amigos de su juego online habían reconocido a Lucifer en lo ocurrido en Los Ángeles y se preparaban para ir a visitarle y unirse a la Legión Escarlata en la vida real. Eso la pondría en un lugar de enorme peligro, algo a lo que la parte humana que Cerubiel tenía dentro estaba totalmente opuesta, de modo que convenció a la pequeña de no meterse en problemas y quedarse a ver qué pasaba en el juego para investigarlo. Pero Rose no por eso olvidó sus planes, y menos cuando a toda velocidad su hermana mayor se marchaba para investigar todo aquello en mitad de la noche.
A George, finalmente, se lo llevan detenido los agentes del FBI con serios cargos que van desde secuestro a tráfico de menores o falsedad documental. Detrás, sin entender nada, su esposa pide unas explicaciones que desgraciadamente nadie le da.
Así es como llegamos a la reunión de la Corte de la Gran Manzana esa noche de martes a miércoles. Los cuatro que están libres se ponen rápidamente al tanto de lo que han ido descubriendo, que de momento no es mucho, y encuentran en el interior a Clarke que está poniendo a Amber al día, pues la demonio de las profundidades no tenía conocimiento del regreso del Primero. Ni le importaba demasiado. Las conversaciones comienzan sobre la expedición que Jennifer y sus acompañantes quieren hacer a Los Ángeles, y son interrumpidas por la llegada de Margaret y Elias que vienen discutiendo algo acerca de armas. La conversación se vuelve más enconada entonces, pues Margaret no quiere explicaciones del Primero como quieren Violet o Matt, sino que lo que quiere es destruirle para terminar la labor que los Cielos iniciaron y ganar con ello la redención. Y habla de los antiguos caches de armas que pudieran haber sobrevivido a la Edad de la Ira, algo en lo que Dae-suo está interesado pero para volverlas contra la Hueste y plantar batalla. Jordan se une a la conversación aunque los eventos en su domicilio le han afectado, al ver el regreso de la fe en los ojos de su esposa y en los bufidos de su gata. Jennifer quiere hablar con la Tecnocracia, y cuenta cómo la Hueste planea destruir la Creación, algo a lo que sin duda los poderosos magos se opondrán. Clarke habla de los problemas que están teniendo otras cortes, pues no todas son como la de la Gran Manzana y pronto incluso está será puesta a prueba a medida que más Caídos la quieran convertir en una base de operaciones segura y estable para encontrar al Primero; algo en lo que concuerta Euterpe, recién llegada del aeropuerto, que ha visto el horror de la Corte del As de Diamantes y casi allí pierde su inquebrantable fe en el Plan Divino. Casi. Llegar a Los Ángeles como quiere parte de los presentes plantea otros problemas, Clarke les dice que el aeropuerto de la ciudad está cerrada y los accesos mundanos son poco viables, pero Jennifer planea usar a los magos para ello. Una alternativa se presenta cuando llega Darrell, pues él puede llevarles a través de las tortuosas y peligrosas sendas del mundo de los muertos; pero el Segador está preocupado porque muchas almas acaban de morir en la gran ciudad del oeste y no podrán encontrar su camino hacia la tierra del más allá por si mismas, el lugar donde están destinadas a ir una vez el breve abrazo de la vida da lugar al eterno abrazo de la muerte. Para algunos buscar a Lucifer es cosa del pasado, lo que hay que hacer es mirar al futuro, pero otros están preocupados de lo que el futuro dice que pasará cuando sea encontrado, como dice la profecía de la pequeña Cassandra. La unanimidad, como suele ocurrir, es inalcanzable, hay demasiadas facciones, ideologías, recuerdos, facciones... demasiadas cosas separan a los demonios unos de los otros, pero la corte no se opondrá a que vaya un grupo a L.A. siempre que lo hagan a título personal, para no iniciar una guerra contra las dos cortes demoniacas de la ciudad que ya debían estar en bastante desajuste y tumulto. Y si descubría algo más, Clarke les informaría para ayudar en lo posible, mientras se preparaba para defender el fuerte en Nueva York.
Y entonces sus caminos se separan temporalmente, pues hay mucho trabajo que hacer y el tiempo apremia para encontrar al Primero. Como es mejor ser proactivos y llevar la iniciativa que ir a remolque, Jennifer contacta con el Hombre de Blanco para conseguir algún tipo de colaboración. Por mucho que el Empire State debiese estar cerrado a aquellas horas de la noche, resulta igualmente ser el lugar adecuado para el encuentro y está claro que el tecnócrata no está contento ni demasiado dispuesto a colaborar ante el aumento de eventos Irracionales por el mundo, como la secta copta que se había suicidado en Egipto o lo que fuese que tenía desorganizados a los vampiros balcánicos. Al final acepta consultar a sus algoritmos predictivos del futuro pero advierte a la demonio de que si interfiere con sus agentes en Los Ángeles, no se puede garantizar su supervivencia, que mejor haría permaneciendo en la Gran Manzana. Advertencias que, sin embargo, caen en oídos sordos.
Mientras tanto, Matt y Violet han ido a buscar a Isaac a su tienda. Convencerle de que el ritual original ya no es necesario, pero que es necesario procesar el huevo de dragón y convertirlo en Quintaesencia y, a la vez, diseñar un dispositivo nuevo para localizar a Lucifer en Los Ángeles son tareas complicadas. Pero lo consiguen, entre los argumentos de Matt y el peloteo de Violet que le promete que cuanto antes les ayude con esto, antes podrá librarse de ellos. Al final, a Matt le toca ir a por cafés al diner de las cercanías, mientras Violet se quedaba a hacer de ayudante de alquimia, algo en lo que no puede ayudar demasiado ya que en realidad, sin acceso a Twitter, sus conocimientos de ocultismo eran muy escasos. Matt habló con Jennifer mientras buscaba los cafes, una conversación sobre inspirar a Isaac a que fuese más lejos y descubriese más, creyendo en si mismo, que le recordó una muy similar que Varadiel había tenido con Asurath, su líder directo, en tiempos de la Larga Noche. Y el demonio regresó a la tienda con esa voluntad de animar al mago hebreo a ir más allá, a inspirarlo a ir a por la grandeza que tenía dentro.
Jennifer no había ni colgado el teléfono tras esa conversación cuando Johanna se presentó ante ella, al fin y al cabo había liberado una paloma blanca de camino a la casa de Barry. Cómo la hechicera la había encontrado era solo una cuestión de magia. No hablaron mucho, pero tras su visita a las brujas de Salem, la líder de las Tradiciones en la ciudad estaba convencida de que la humanidad estaba abriendo los ojos a lo sobrenatural, algo que ya sentían los demonios a su manera, pues la fe de los mortales crecía rápidamente tras haber visto al Primero sobre L. A. Johanna tuvo algunas sugerencias para cómo acelerar todo lo que Isaac estaba compatibilizando, facilitando el aspecto mágico a cambio de luego ser más limitado en el impacto, y es que en la magia siempre hay intercambios y equilibrios por hacer si no se quiere caer en paradojas.
Así que los tres demonios se reunieron en la tienda de Isaac, mientras este trabajaba en el ritual para hacer algún tipo de brújula con las nuevas indicaciones, y los matraces procesaban el relleno del huevo hasta convertirlo en Quintaesencia. No fue hasta la llegada de la mañana que la cocción estuvo lista, aún si la brújula de guía no lo estaba. De modo que de nuevo se separaron para regresar durante unas horas a sus vidas cotidianas, a la espera del artefacto que les permitiría partir. Las noticias ya circulaban entonces de que Trump había movilizado el ejército y la guardia nacional para luchar contra los tumultos y saqueos de California y, con la excusa, preparaba dar la órden para que fuesen desplegadas también en Chicago, Houston, Phoenix, Baltimore, Boston, Seattle y, sin duda, Nueva York. Nunca dejes pasar la oportunidad para un buen golpe de estado, como dicen.
Matt pidió a Violet que le dejase ir a su casa a descansar ya que la suya había sido abordada por el FBI, pero la nereida se negó, no estaba dispuesta a poner en riesgo en modo alguno a su familia mortal. Así que el estafador acabó regresando a su piso, puesto patas arriba por la investigación federal y desde allí llamando a Rebecca, que no tenía problema en acogerle. Pero, más importante, a través de ella se enteró de que los Falcone preparaban un golpe contra los Corleone por el control de la mafia tras la desaparición unos días atrás del capo di tutti. Una guerra en el submundo que pondría patas arriba la ciudad, con rusos y mejicanos y tantos otros tomando ventaja de la debilidad de chinos e italianos. Así que en lugar de reunirse con su amiga, se puso en marcha para conseguir una entrevista con Elvira Corleone pero esta inicialmente no quería recibirle ya que no le conocía, y quería que estuviese presente el representante de la familia Giovanni cuando eso ocurriese. Pero con sus conocimientos actuales, Matt supo rápidamente que eso era mala idea, los Giovanni eran secretivos, se movían entre bastidores y siempre se veían solamente de noche, las marcas de vampiros ocultos tras su Mascarada con sus absurdos juegos de poder de chupasangres. Así que usando todo su encanto y misterio, Matt presionó a Elvira hasta que esta aceptó encontrarse para comer.
Violet por su parte llegaba de vuelta a su casa, donde encontró a su hermana con su plan hecho para viajar con documentos falsos a Los Ángeles como parte de una ONG que iba a llevar comida y recursos necesarios ya que el gobierno no lo iba a hacer y FEMA ya no existía gracias a Doge. Violet no estaba dispuesta a ver a su hermana en peligro, camino de pactar con Lucifer para unirse como peón en una guerra terrible que podría arrasar la Creación. Así que se mostró tal y como era por primera vez a su hermana: como su ángel favorito en el juego, Cerubiel, señora de navíos y navegantes. Y entre llantos y abrazos, la hermana pequeña pactó con la hermana mayor, entregando su fe junto a su cariño y amor. Su esperanza, sus planes, todo estaba a los pies de la Caída a cambio de que tuviese cuidado e investigase en el juego. Y al mencionarlo, Rose le pidió que pactase también con sus amigos del Coro y, con enormes reticencias a tener un grupo de niños a su alrededor, Violet fue al encuentro de los adolescentes.
Jennifer, con la espera, había notado algo que bajo el chute de prisas y emociones le había pasado desapercibido: dos de sus pactos habían desaparecido. Las noticias de un tiroteo en un piso ocupa convertido en iglesia le habían llegado y era innegable que los muertos de los que le había hablado Violet eran sus hermanos de la banda, sus pactos. No encontró pistas en el piso ocupado, pero si logró hablar con Rodrigo que estaba bien pero le dijo que habían sido los pinche federales los que lo habían hecho y habían matado al Gordo Gonzalo y a Berto. Rauda fue a la comisaría a interrogar a Heather Erikson sobre el paradero de los cadáveres, pero la detective de homicidios no sabía donde se encontraban, solo que había sido una operación de contraterrorismo de diversas agencias federales con apoyo de gente muy arriba, que había pasado por encima y aplastado todas las operaciones en curso de la NYPD. No estaba precisamente contenta con ello, ni lo estaba la Caída que se dirigió al edificio del FBI.
Mientras tanto, Matt se encontró con Elvira y sus guardaespaldas para comer y la posible heredera de la mafia desconfiaba sin duda mucho del estafador al que ella no conocía. Y aunque el embaucador afirmaba conocer a su padre, su tensión y desconfianza solo aumentó cuando este se reveló como un demonio. Pero ni todo su recelo la podían proteger del encanto del Diablo que logró pactar con ella: se cargaría al líder de los Falcone y garantizaría la sucesión de Elvira al frente de la mafia. El sacrificio del mafioso fue de los más terribles, drenado de toda su fe hasta que su cuerpo se convirtió en una carcasa vacía, su alma completamente agotada hasta desaparecer por completo, un destino más allá de la muerte. Y el Tormento creció en Matt, como lo hizo también su poder, apagado un fuego ahora que lo situaba con el control de la probable mafiosa más importante de la ciudad. Pero los problemas de rusos y mejicanos no se habían ido solo con eso, y al diablo ya no le quedaba tiempo si quería estar en la tienda de Isaac a la hora convenida.
Violet tenía a los cinco adolescentes dispuestos a pactar, pero unos querían poderes del juego como ataques de fuego o crear artefactos mágicos que ella no podía otorgar. Pero su encanto de sirena fue más que suficiente para convencerles pese a ello y conseguir unos pactos de los que inicialmente recelaba mucho. Ella solo quería que no se metiesen en peligro y pusiesen en riesgo a su hermana además, pero a medida que hablaba con ellos fue viendo que también tenían su utilidad, no en vano esa noche iba a haber un evento especial en el juego; uno al que Violet no podía asistir pero que sin duda revelaría parte de la historia del demonio que se encontraba detrás del MMO. Y, pese a sus dudas iniciales, la Caída empezó a ver la utilidad en tener minions que la ayudasen a conseguir información.
Jennifer, invisible, lanzó un asalto al edificio del FBI, controlando la luz y encontrando información de valor. Primero, el cuerpo en la ciudad se estaba reforzando enormemente, con directivas desde muy arriba y nuevos recursos, y que el ejército privado de Trump (ICE) iba a tener aun mayor actividad en la ciudad cuando el ejército tomase las calles. Y segundo, que los que se habían encargado de la operación contra su gente venían de fuera del Estado, una operación coordinada por Lara Pensworth con la cual la Caída ya había tenido un encontronazo en el pasado, igual que Adam. Confrontarla en la oscuridad resultó diferente a lo esperado, pues la federal en el tiempo transcurrido se había vuelto inmune a los poderes de manipulación mental, fruto de un pacto con un demonio del que la detective no parecía ser del todo consciente. En su ira vengativa de retorcida justicia, Lara disparó contra Jennifer pero en la oscuridad, su bala acabó con la vida de uno de sus compañeros y la dejó vulnerable a la intimidación de la Caída cuando le mostró el poco efecto que la pistola, con munición especial para cazar demonios, tenía contra ella. Aun acojonada, Lara se negó a ir contra sus órdenes y su ideal, pero Jennifer consiguió suficiente información y, tras revivir al muerto, consiguió que ellos le diesen acceso a los vídeos de los furgones que se habían llevado los cadáveres. Con la ayuda después de Heather consiguieron rastrear los vehículos hasta uno de los pequeños aeropuertos de la ciudad, desde donde habían sacado del Estado no solo a los fallecidos sino también a Adam, en un estado todavía desconocido. Pero la demonio se encontraba entonces con una difícil decisión: ir al aeropuerto a continuar en busca del rastro de los muertos y llegar tarde a viajar a Los Ángeles y que partiesen sin ella al encuentro con Lucifer, o hacer lo contrario, y en sus delirios de amor tóxico la decisión estaba clara. Tenía una semana aún para poder devolver la vida a los muertos, se decía a si misma para justificarse.
Así que, cada uno desde su dirección, los caminos de todos ellos convergieron en la tienda de Isaac de nuevo, donde el judío tenía ya listo el dispositivo mágico que permitiría encontrar el lugar exacto donde Lucifer se había manifestado y, esperaban, encontrar el rastro que desde allí hubiese quedado. Con eso fueron a la mezquita pequeña y de barrio donde Aisha les esperaba. Estaba claro que la hechicera era conocida de los musulmanes presentes, de modo que nadie se extrañó ni hizo preguntas sobre por qué los llevaba a la pequeña sala de descanso/almacén donde podrían estar a solas. Porque la Realidad se mosquea si hacen magia con testigos, y más un ritual imposible de teletransportación. Hicieron falta unos billetes de tren, una foto de la señal de Hollywood, unos versos en árabe sobre cómo el espacio es todo uno pues no hay nada fuera de Allah y en un momento estaban en Nueva York y al siguiente estaban al mediodía en los montes cercanos a Los Ángeles.
Pero no eran como en las películas. El terremoto había llevado a un corrimiento de tierras que habían tumbado las letras W O O D, dejando solo un irónico HOLY retorcido y semiderrumbado por el terremoto. Una broma del destino o de la casualidad. Y frente a ellos, abajo en la costa, el humo se elevaba de la ciudad en decenas de puntos donde incendios sin control, tumultos y conflictos, saqueos y combates, se sucedían. El orden había desaparecido, la ciudad de los sueños entonaba su requiem entre sangre derramada y violencia por los recursos.
Requiescant in Iniquitate, descansa en violencia, ciudad de ángeles.
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