La Edad de Plata 2: en Costas Lejanas

 


¿Cuánto intervienen los dioses en la vida de los mortales? ¿Es su designio que sople un viento del este que trate de evitar que un barco llegue a puerto, o qué cara del dado tetraédrico es visible al lanzarlo? ¿Ven lo que hacemos a grandes rasgos o en detalle? ¿Qué límites tienen sus poderes y capacidades cuando nos vamos del territorio de sus templos y fieles? 
 
Todas estas preguntas pueden parecer irrelevantes en la vida de cualquier aqueo, pero cuando los helenos se encuentran lejos de sus tierras se vuelven extremadamente importantes. Y sea en los mercados de Cartago o en las cortes de Persia, nuestros héroes ahora se encuentran en misiones de gran importancia, y a mucha distancia de sus hogares. Pero, ¿acaso no son precisamente estas dificultades las que hacen que una historia sea del agrado del Destino? 
 
Sea una partida de tablero que da pie a que una lechuza sea tomada como rehén y surjan divertidos juegos de la Corte, o sea en los barrios de mercaderes y comerciantes donde se tejen las maniobras en la sombra, el Destino siempre mueve sus hilos. Y de estos, ni Dioses ni mortales pueden escapar.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Un mundo de tinieblas

El poder de los nombres

Tiempo de Anatemas 27: La senda de la tinta y la sombra