Tiempo de Anatemas 39: La senda del verano y del invierno

En la Isla Bendita, Ragara Io-dara recibe los honores que corresponden a su nuevo rango como Strategos de la Legión de la Centelleante Guarda de la Vida, antes de presentarse ante los miles de soldados que la seguirán a la batalla contra Thorns. Pero la suya no es la única Legión en el polo de la madera, los ejércitos de Lookshy se mueven también, como lo hacen las tropas bajo mando de la Casa Cynis. Y en Nexo se lucha con otras armas, como la proclamación del Emisario de la prohibición de que los exaltados abisales entren en la ciudad.

Y bajo la misma, en el Nexo, la cajita de música empieza a sonar y, con ella, el primer intento de aproximación de Rostro del Verano a Zhiyuan. Pero el joven Jun, sorprendido y no sabiendo cómo manejar la conversación, deja que sea Ventura quien lo haga y los juegos de palabras y pequeñas manipulaciones comienzan, mostrando la clara demencia extraña que aqueja a la Señora de la Muerte. No será la única visita, pues allí mismo un espíritu enviado por el Círculo del Sol Redentor les hizo entrega de la Canción del Verano, recientemente recuperada de la antigua manse de Rostro del Verano donde unos abisales buscaban hacerse con ella. Una música mágica, que en manos de un solar con los poderes adecuados, podía hacer que la naturaleza verdadera regresase. 

Con eso dispuesto, era hora de retomar una de las tareas pendientes desde hacía mucho: restaurar el extraño portal de la Conjunción de las Esferas. Para ello haría falta reponer la red de Esencia que lo nutría y estabilizaba, la mayoría de cuyos portales se habían cerrado con el paso de los siglos y la reducción del tamaño de la Creación. Deberían recoger las Esencias de los elementos de la Creación y aquellos modificados por los otros poderes, y canalizarlos adecuadamente, restaurando los antiguos caminos de la magia construidos por Yueh. Para hacerlo buscaron a los lunares, siguiendo los vínculos del Destino que les unían, hasta su refugio en Jiara donde preparaban un asalto a un convoy del Reino. Los lunares compartieron sus limitados conocimientos, los más útiles siendo los de Ma-ha-suchi y su conocimiento de la Isla Bendita, pero Haz Argenta estaba preocupado viendo a Megara seguir los mismos pasos que habían llevado a Yueh a la demencia y a alejarse de él. Pero, en un abrazo íntimo y sentido, ella confirmó que había un cambio central: esta vez, ella no lo haría sola.

El primer portal, con la Esencia de la Madera, sería el más sencillo de restaurar, pues en las cercanías de Zarlath no quedaban enemigos y allí era donde originalmente se estaba cosechando esa Esencia, entre los infinitos árboles de titánico tamaño. Hacer los rituales, crear a los espíritus kodama para canalizar la Esencia y preparar todo ocurrió sin problemas. Tampoco los hubo para la segunda de las Esencias, la de la Muerte, obtenida del bosque Tierra de Sombras de las cercanías de Sijan donde el poderoso espectro se les había aparecido meses atrás. Allí, en un refugio secreto encontrado por Ventura, los rituales se hicieron y la magia comenzó a nutrirse de esa tierra corrupta para estabilizar el portal.

Conseguir la Esencia del Wyld requería un viaje al Confín del Mundo, la manse del antiguo círculo de Sagrest, los Creadores de Límites. El encuentro con la tortuga para que les dejase acceder fue un poco más complicado de lo esperado por la reticencia de Synn, pero fue algo más dramático el brote de celos de Sagrest cuando Synn fue a saludar a Freya de un beso como la hada había hecho con el Atardecer. Con ella hablaron de la Esencia del Caos, del modo que por tratar de domarla habían caído los Creadores de Límites durante la Usurpación y de la complicada extracción de la verdadera naturaleza del fae. Y diseñaron un plan para, con la reticente ayuda de Huggin y Munin, las valkirias pudiesen obtenerla de los límites de la Creación y canalizarla hacia la Conjunción de las Esferas.

La guía al Aire fue Lagertha, conocedora de las leyendas de monstruos del profundo hielo pues aquella era su región natal, pero sobretodo conocedora de las historias sobre el Viento Helado. Y fue crearse el portal en la Conjunción de las Esferas suficiente para que el viento inundase el salón principal, sus fragmentos de hielo y nieve drenando cualquier vida. Aún con los abrigos preparados por Sagrest, adentrarse en el frío del límite norte del mundo resultaba un reto que ningún mortal podría sobrevivir, pero ellos eran solares, no mortales. Así que entre el viento corrupto y desatado, construyeron con magia una serie de canalizaciones que permitieran crear un pequeño espacio de equilibrio donde crear y mantener el portal y el ritual. Un poderoso espíritu del hielo, violento y terrible, fue domesticado por el poder de Jun y convertido en un útil ayudante y la Esencia del Aire fue conseguida.

Ma-ha-suchi les había hablado de que la Esencia de la Tierra se conseguiría en la Montaña Sagrada, en el centro del Reino. La mastodóntica montaña donde templos y exaltados del dragón entrenaban, meditaban o simplemente paseaban, no supuso un problema para los solares. Invisibles con los dones de Ventura, excavaron un pequeño tunel mágico donde dejar un espíritu minero que les enviase la esencia por el portal, una pequeña caverna prácticamente invisible en la inmensa ladera del monte.

Para localizar la Esencia del Fuego viajaron de nuevo a Jiara, pero esta vez a su capital, en busca de Aurei que había vivido en el polo ígneo. Se encontraba en presencia de la Sátrapa Pétalo Hermoso, ambas recibiendo tratamientos de belleza y masajes de unas niñas pequeñas, de modo que para que Ventura pudiese hablar con ella Jun tuvo que distraer a la gobernante hablando de la política del Reino. Encontrada la información, el portal creado en la Conjunción de las Esferas les llevó al interior de un torbellino de fuego, demente y poderoso, que solo la protección mágica de Sagrest podía temporalmente poner bajo control. Porque allí, en el lejano sur, algo antiguo y extremadamente poderoso estaba despertando, sus abrasadores brazos cambiando el mundo ciega y violentamente. Intentaron restablecer la situación con la Canción del Verano, pero la llama es ignorante de la música y su poder no tuvo efecto. Un espíritu de la ignición y el magma acudió a su invocación para poder extraer esa peligrosa Esencia desatada y, con ella, escapar de aquel infierno.

La Esencia del Agua la obtuvieron de las cercanías de la antigua manse cuya localización habían descubierto en la Cuna de la Primavera. Bajo las aguas al sur de Ónice, la antigua construcción solar aguardaba en silencio, apagada y a su lado dejaron un espíritu cangrejo que hablaba en un extraño acento isleño con un cartel que decía "de vuestros amigos del polo de la madera". Por si alguna vez los Navegantes del Eclipse descendían a las profundidades en busca de aquella manse de la que les habían hablado los solares, tantos meses atrás.

Pensaron obtener la Esencia de Malfeas directamente del infierno, pero Synn les contó que realmente en el reino de los demonios no había Esencia como tal, sino otra cosa. Y que necesitarían un lugar de la Creación tocado por demonios con asiduidad para capturar la Esencia de Malfeas. El primer plan, exitoso, era crear un portal con un sirviente bajo la pequeña célula del Salmalim en los Reinos Carroñeros, pero aquellos infernalistas poca esencia movían con sus limitados poderes. Así que diseñaron una estafa piramidal de demonios que invocasen demonios para obtener Esencia y moverla, creando así la corriente suficientemente potente necesaria.

Con ello, las Ocho Esencias estaban siendo canalizadas por los portales hacia el centro de la Conjunción de las Esferas, sus poderosas corrientes mágicas estabilizando el portal principal a la prisión que buscaban alcanzar. Poderosos rituales fueron restaurados para establecer los cauces de poder, corrientes de energías que desatadas podrían arrasar o crear ciudades, fueron doblegadas para abrir la puerta a otro reino, más allá de la Creación, pues allá se encontraba su destino, y el funesto final de las investigaciones de Yueh. Pero antes, una tensa y difícil conversación no con Rostro del Verano sino con Máscara del Invierno, buscando información sobre lo que ocurría en aquel portal y su conexión con la muerte.

Sagrest fue el primero en adentrarse impetuosamente, encontrando el espacio trascendente ocupado por la dañada prisión de jade y cristal, al lado del cual se extendía los restos de una poderosa esencia de la muerte. Fueron los rituales mágicos de Jun para ver en el pasado y las investigaciones arcanas de Megara las que revelarían lo allí ocurrido, una historia de un final que es también un principio de otra cosa. Pues diez años antes, la prisión había estado intacta, ocupada por las chispas de dos centenares de solares, atrapados en ella desde la Usurpación. Hasta que el más poderoso de los Señores de la Muerte, Caminante de Tinieblas, aparecía allí un lustro atrás, terrible y aterrador incluso en el recuerdo mágico. Su inmenso poder necromántico asaltando la prisión, resquebrajándola, dejando salir las chispas con la intención de corromperlas y usarlas como abisales. Pero aquellas eran demasiado poderosas y a medida que más eran liberadas, sobresaturaban al Señor de la Muerte, hasta que finalmente su fuerza combinada lo destruyó por completo. Y lentamente al principio, algunas de las chispas liberadas fueron desapareciendo, regresando a la Creación, hasta que el día del eclipse, en masa eran levantadas por el poder de la exaltación cuando los cinco círculos fueron formados. Pero aún permanecían muchas chispas atrapadas, y tantas otras que habían sido corrompidas por el poder, transformadas en abisales a partir de entonces. Jun y Sagrest trataron de destruir lo que quedaba de la prisión para liberar a las chispas aún retenidas, pero esta era demasiado fuerte aún para ellas. Pero Megara aún no había terminado sus investigaciones y con ellas encontró a los constructores de la prisión: los siderales de la facción de bronce, que buscaban evitar que los solares regresasen a la Creación para que no la destruyesen.

Megara y Synn, con mucho que pensar, regresaron a Nexo mientras los demás se disponían a investigar el pasado del extraño orbe que los abisales habían robado de la tumba de Zhiyuan. Una extraña colaboración surgió entonces con Rostro del Verano, aunque su información era limitada dado que la antigua solar jamás había llegado a ver el orbe. Intentando obtener más información viajaron a Thorns para ver si la ciudad y sus recuerdos, con la esfera allí, le traía nuevas revelaciones. Y lo hizo, acaso no tantas como hubieran deseado, pues aquel artefacto había sido creado en el refugio de Zhiyuan y, por su peligro, nunca llevado al Palacio de las Rosas. Pero descubrieron que encerraba una poderosa esencia de algún tipo de ente malévolo y peligroso, que el orbe aprisionaba pero también permitía canalizar si se usaba adecuadamente. Uno que suponía un terrible peligro si, por lo que fuese, se rompiese su encierro. Pues en su interior, como parte del plan postapocalíptico de Zhiyuan, se encontraba el control del tiempo mismo de algún modo, aquello que había terminado por costarle la vida.

Con más preguntas que respuestas, el siguiente paso era buscar a Amala, que se encontraba en Port Cailyn con la Legión de Ragara Io-dara. La sideral aceptó un encuentro en territorio neutral y había ido a buscar la verdad al Reino, encontrando la verdad que su facción consideraba tal, para desaire y molestia de Jun. Desde su interpretación de profecías y demás señales del pasado, los solares eran un peligro inaceptable, como para ella demostraban las funestas consecuencias de sus buenas acciones durante su incursión en Thorns. A su relativismo, Ventura contraatacó con la firme defensa de la verdad, con palabras inspiradas de las que Tinta Negra hubiese estado orgulloso, pero el encuentro no se pudo saldar con la victoria esperada. Pero tampoco con la derrota temida, porque ante la existencia de una amenaza mayor como eran los nomuertos, Amala no había denunciado la presencia de Anatemas solares a las autoridades del Reino, de modo que siguiesen concentradas en la lucha contra los abisales junto a la Legión que ella ahora acompañaría. 

El siguiente paso en sus viajes les llevaba a Lookshy, bajo apariencias falsas creadas con las habilidades de Ventura, Sagrest y Jun se convirtieron en ciudadanos de la urbe de la Séptima Legión. Sus calles de la Primera Edad, decaídas pero aún gloriosas, estaban ocupadas por ciudadanos preocupados por la inminente guerra, las tropas desplegadas a norte y sur, el hecho de que suyos serían los ciudadanos que serían sacrificados cuando los Reinos Carroñeros debieran defenderse de la siguiente invasión. Pero entre esos caminos empedrados y ascensores antiguos, encontraron el rastro oculto del viaje de la Emperatriz Escarlata, pues los rumores de los bajos fondos y de los soldados y mercenarios de la ciudad, situaban su disfraz en la ciudad, intentando acceder a algún lugar bajo su centro de gobierno. El lugar, como ellos bien sabían, donde en otro tiempo se encontraba el baluarte de Ken no Shihai-sha, el Regente de la Espada, el solar cuya chispa se encontraba ahora en el interior de Quro.

Y una última conversación para cerrar estos viajes de momento. Unos agradecimientos a Rostro del Verano por su ayuda, unas semillas plantadas para una restauración futura, para una alianza inesperada contra su otra faz, la de Máscara del Invierno. Pues no todas las guerras se luchan con Legiones, sino que las más importantes se combaten con palabras.

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