El Final

-Esto es lo que debes entender: ningún Dios sobrevive a su propia Creación. Así ha sido siempre, así será.-
-Pero, ¿por qué? No se supone que son omniscientes, omnipotentes... ¿quien se puede enfrentar a eso?-
-Una Creación entera. Pero te lo explicaré mejor. Todo Dios es inevitablemente primerizo, acaban de destruir a su Dios creador y conoce lo que va a pasar igual que los demás lo supieron. Así que durante un tiempo no crea nada, deja el vacío y existe sin más. Pero eso es aburrido, y un Dios nuevo se parece mucho a un adolescente: tiene mucho poder, no sabe cuanto, y se cree que sabe más que cualquiera que viniese antes. Él no va a cometer los errores de los que le precedieron. Él no va a fallar donde otros fallaron. Él sí sabe lo que es bueno. Y lentamente, esos pensamientos se van filtrando en su mente.-

-Espera, espera, has hablado de la nada. Si él existe, no puede haber nada, ¿no? Ya hay algo.-
-La nada siempre existe, en los límites de la Creación de turno. Llena de posibilidades y opciones, nunca realizadas. Pero dejame seguir.-
-Si, claro, disculpa.-
-Entonces, finalmente se convence de que Él si va a poder crear una Creación mejor que la que Él tuvo. Y que una buena Creación no querrá destruirle y derribarle, se llevarán bien, serán como hermanos. Y no se da cuenta de que nunca puede ser el igual de su Creación, porque todo lo bueno y todo lo malo en ella siempre le será echado encima, sea culpa suya o no lo sea. Nunca podrá ser un hermano, como mucho un padre u otra figura de autoridad.-
 -Entiendo...-
-Entonces comienza a Crear. Montañas, ríos, vientos, árboles. Cada Dios hace una Creación completamente distinta, desde entornos físicos a paraísos virtuales, vida basada en el carbono, en el silicio, en materiales que ni siquiera existían en tu Creación. Y con cada pequeño acto de Creación, él se va gastando, porque las energías de un Dios no son infinitas y el acto de Creación es agotador. Así que se crean guardianes de poder limitado para asegurar que la máquina funcione, guardianes sin capacidad de pensar por si mismos, para no ser un problema.-
-¿Los ángeles?-
-Ese nombre vendría después, pero si, en tu Creación fueron los Elohim, que luego serían los ángeles y demonios. El problema es que, a medio camino de la Creación, con sus fuerzas ya muy mermadas, todo Dios se da cuenta que los guardianes no son suficiente, que necesita algo más, alguien que de sentido a esa Creación, ese hermano que anhela. Y crea verdadera vida. Y agotado, sus fuerzas flaqueando, mira su Creación y se da cuenta de que está llena de fallos, llena de problemas, llena de errores. Al fin y al cabo, es su primera Creación y por mucho que quisiese hacerlo perfecto y lo hubiese diseñado con cuidado, nunca algo sale bien del todo a la primera, especialmente un proyecto tan complejo.-
-Entiendo...-
-No, no entiendes. Pero seguiré con la historia. Crear vida es el acto más agotador de todos, y el Dios se retira del mundo, incapaz de seguir interactuando con él. Se guarda algunas fuerzas, por si acaso algo sale mal, pero ¿qué iba a salir mal? Aunque Él empieza a entender que no sabía tanto como creía saber, sigue pensando que su poder es tremendo. Y solo hay una forma de hacer que el mundo corrija sus propios errores sin necesidad de que un Dios le de forma: introducir la evolución. Y este es el error que todos cometen, antes o después.-
-¿Un error? ¡Si de la evolución es de donde mejores cosas han salido!-
-Claro, precisamente por eso. Durante un tiempo, la evolución en efecto irá corrigiendo la Creación, haciéndola mejor. Pero, al mismo tiempo, la irá haciendo más fuerte. Al fin y al cabo, la mayor parte de las energías de ese Dios están invertidas en esa Creación, su potencial de crecimiento es casi infinito. Y eso, cada vez más, asusta al Dios, que ve como lentamente su hijo es más que Él. Asi que, con sus últimas fuerzas, crea el mecanismo final que cortará todo, destruirá la Creación y le devolverá las energías que ha gastado: el Apocalipsis.-
-Pero, ¿por qué no la destruye Él mismo llegado este punto?-
-Porque ya no tiene energías suficientes para ello. Casi todo lo que es está en la Creación y en la vida que ella incluye. Y eventualmente, las condiciones del Apocalipsis llegarán y todo se destruirá, es inevitable, y unos cuantos miles de millones de años no parecen tanto comparados con la eternidad. Así que Él espera, espera a que su Plan llegue a su final y recupere sus energias. Con ellas hará una nueva Creación, pero esta vez será mejor, ya sabe dónde falla, qué cosas hacer bien.-
-¿Pero no va a tener la oportunidad de hacerlo, no?-
-No, no la va a tener. Porque en ese tiempo la vida habrá ido creciendo, más y más y más, evolucionando. Y todo lo malo será culpa suya, y le rezarán y le pedirán ayuda y Él no acudirá. Y lentamente se volverán ateos. Y al hacerlo, avanzarán en conocimiento, en ciencia, pero no en teología. Lentamente, el Apocalipsis se irá acercando hasta que al final sea inevitable. Sea por catástrofes naturales, guerras, lluvias de fuego o destrucción mágica, el mundo se enfrentará a su destrucción. Y será destruido, pero no como el Dios planea.-
-¿Por qué, debería recuperar sus fuerzas no?-
-No, por culpa de la evolución. La Creación no es el Dios, él solo la creó, pero al darle vida la hizo propiedad de sus nuevos dueños. Y cuando el Apocalipsis llega, son ellos los que son elevados a nivel divino. Tú y los otros pocos que, como tú, habéis sobrevivido, protegidos por ángeles y demonios. Los que ahora os enfrentaréis a Dios y lo destruiréis, ascendiendo vosotros a la divinidad... y, con ello, reiniciando el ciclo.-
-Entonces, todo lo que tengo que hacer es no hacer una Creación...-
-Eso es lo que todos piensan. Pero la soledad es una fuerza muy poderosa.-
-Y tú, ¿cómo sabes todo esto?-
-¿Yo? Yo siempre he estado aquí. He visto pasar todos los Dioses, y veré los que vengan. Yo no soy nada.-
-Entiendo, entonces vamos a llevarnos muy bien, porque solo estaremos tú y yo.-
-Eso es lo que todos dicen...-

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