Tiempo de anatemas 45: La tortuosa senda del sol y el destino
Una niña de preciosos ojos grises entrena en el dojo, al lado de un joven, algo mayor. Durante años combaten y se enfrentan y de esa rivalidad nace primero una amistad y luego, en la adolescencia, un amor. Uno del que ambos se avergüenzan porque es nuevo y distinto y no lo saben manejar, pero que se hace corpóreo cuando ambos alcanzan la ceremonia de la mayoría de edad y, bajo las estrellas, se dan un primer beso. Pero esa no sería una felicidad duradera y la joven Princesa del Cuarto Loto, pocos años después, sería separada del Guardián de los Pasos Silenciosos. Al lado de Tinta Negra y el resto de su círculo solar, partiría hacia el este a crear el polo de la madera, pero incluso en la distancia, ese amor permanecería, en intercambios de cartas y pequeños regalos. Pero tampoco eso iba a durar y finalmente llegó el ocaso de la Primera Edad, y la Princesa estuvo allí, al lado de Yueh cuando se encerró en su manse, con Tinta Negra cuando preparaba su ritual de purificación, junto a...