Edad del Fuego 18: Dies Lamentum

Criticorum. El planeta más poblado de entre los feudos de la Casa Real Al-Malik, centro comercial y de conocimiento del Imperio del Fénix, nexo de encuentro de rutas comerciales y poderío. Entre sus innumerables calles circulan nobles, mujeres libres, gremiales y eclesiastas, criminales y buscavidas, jugadores y prostitutos. Y en su compleja red de facciones e intrigas anidaba la oportunidad de dar alimento a los planetas cuyo sol languidecía en la desidia humana. Pero en Dies Lamentum, el día sagrado en que supuestamente murió el Profeta (pues, no nos equivoquemos, larga tradición tienen las Iglesias de apropiarse de días sagrados anteriores y cambiarles la estética para subvertirlos), el día de recogimiento y meditación sobre su sacrificio, los Al-Malik lo honraban a su manera, con historias y teatros para honrar sus enseñanzas, para filosofar sobre el significado de sus palabras y compartir con amigos y conocidos su sabiduría.

Eso es lo que encontraron en los jardines del palacio de Fa'adim Anuch Al-Malik, Duque de Criticorum y, como pronto verían en su corte, por muchos considerado y tratado como Príncipe de su Casa. No en vano, este era el planeta que había visto nacer a los Al-Malik tantos siglos atrás. Pero conseguir audiencia llevaría un tiempo, que Lázaro aprovechó para informarse en la catedral del estado de las cosas con la herejía iniciada, algunos años atrás, por la segunda gran heresiarca Gaunn Audim. Además de enterarse de un terrible atentado en Marte, se enteró de los choques entre los principales Duques de los Al-Malik, el papel de la Inquisición y el rol neutral y controvertido que la propia Iglesia estaba realizando en oposición a los mandatos que llegaban desde Urth.

Con este conocimiento, se presentaron en la corte del Duque, un lugar de cultura y sofisticación, de palabras hermosos y elegantes piropos. Donde Astra entregaría un anillo en regalo al primero de los Al-Malik en importancia y discutiría sus planes para alimentar a los necesitados de Sutek y otros mundos, con los alimentos subterráneos que crecían en Kordeth y, para acceder a los cuales, necesitarían el apoyo del Duque. Pero este, como sus ministros y consejeros mostrarían, no era contrario a la idea, aunque había consideraciones que tener en cuenta. Primero, que el planeta de los Ukar era en buena medida gestionado por la Liga, luego que los Al-Malik se negaban a que esas tecnologías y productos fuesen compartidos con la odiada Casa Decados, causando tensiones y amenazas, suavemente veladas bajo poemas y declaraciones floridas. Pues en aquella corte, cortaban más las palabras que las espadas. Pero marcharon con su consentimiento y aprobación, no sin antes recibir las preguntas de la Ministra de Guerra y sus dudas acerca del nuevo área en cuarentena que los Hermanos de Batalla habían creado en Stigmata. Algo sobre lo cual Yrina compartió la información de la que disponía, siempre sin comprometer sus votos y los secretos de su Hermandad.

Al salir de ese palacio, las sendas del grupo se dividieron. Yrina y Cornelius acompañaron a Lázaro a las peligrosas favelas de la ciudad, donde los pobres y desposeídos subsistían como mejor podían. Unos pandilleros los intentaron atracar inútilmente, y lo que se inició con una confrontación se transformó en una oportunidad para sanar a una joven enferma y obtener un guía que les llevase entre los pasillos laberínticos de la zona. El destino, encontrar a Ihmad Abrahim, el primer seguidor de Gaunn Audim. Lo encontraron en una plaza, conversando con aquellos que querían escuchar sus palabras, protegido por voluntarios y creyentes aunque Ihmad estaba en contra de la violencia. Pero más que eso, como sus palabras revelaron, estaba a favor de la igualdad de todos ante el Pancreator, la defensa de múltiples verdades individuales como reflejo de la gran Verdad divina, y la oposición pacífica a una Iglesia que era la vertical división de la igualdad de los creyentes en la fe. Y aunque sus palabras podían resonar en muchos puntos con las de Lázaro, también chocaban frontalmente en entender el lugar y el deber de la institución de la Iglesia, la responsabilidad de las personas con sus actos y el deber de los párrocos para guiar. Había diferencias también con el entendimiento religioso de Yrina, aunque la obun se mantuvo más contenida en ese encuentro.

Sería durante el regreso del mismo que Lázaro, Yrina y Cornelius discutirían ampliamente las palabras del hombre de fe. Sobre la necesidad o no de usar la violencia en protección de los creyentes, de idealismo e inocencia, de la importancia de un pragmatismo espiritual... pero también, del otro lado, de la relevancia de los actos buenos más que de las palabras buenas, de la existencia de otra clase de armas en la voz de Lázaro a las que los Hermanos portaban en sus brazos y de la lucha contra la Oscuridad. Al final, aunque para Cornelius el viaje había sido una pérdida de tiempo, para Lázaro había sido una fuente de aprendizajes y experiencias, de reflexiones, y ese crecimiento es el que le daba sentido al trayecto para Yrina.

Mientras tanto, Macarena se encontró de lleno con la complicada y retorcida política de los gremios de la Liga. Al acompañar primero a Astra y Rauni, junto a un silencioso Gurney, a encontrarse con el poderoso Decano Reeves en el planeta, un líder y abogado de enorme poder. Fueron negociaciones complejas, pues la ley contradecía lo que inicialmente quería Astra hasta que la joven encontró un recoveco por donde podía colarse y el Cara Gris se encontró cómodo con ese camino. Al fin y al cabo, era una muy buena oportunidad de negocio para ambos gremios la que se abría en aquel momento, de modo que el Decano permitió por su parte el acceso a Kordeth.

Luego fue hora de convencer al Decano de los Charioteers, un rico miembro y líder de uno de los hongs De Vatha, quienes una vez habían fundado el propio gremio cuando todavía era Industrias Apollo. En su yate de lujo discutieron con su persona y la capitana con la llave a Kordeth sobre el planeta y las posibilidades de comercio. Y, una vez más, Astra consiguió encontrar una oportunidad de negocio que beneficiase a ambos gremios, y con ello la colaboración de los poderosos navegantes sin los cuales nada de su plan era posible.

Convencer al Muster requería lidiar con la bella y grácil ukar que tenía el rango de Decana en Criticorum, una experta cazatalentos que proveía de poetas y artistas a numerosas Casas de los Al-Malik. Su conocimiento íntimo del propio Kordeth, su planeta natal, sobre la complicada situación de los clanes aliados y los clanes rebeldes, de los distintos niveles de profundidad en el mismo y la existencia de ruinas antiguas y leyendas de motores de terraformación en las cercanías del núcleo de su planeta. Convencida fue como el resto ante una nueva propuesta de negocio del que tan necesitado estaba el cada vez más endeudado gremio, tan dañado por los tiempos de paz. Pero este negocio les valió también una advertencia, pues tendrían que lidiar con el Decano de los Encadenadores en Kordeth, un mercenario violento y racista que había caído en desgracia y por eso había sido ascendido a esa posición que tan pocos deseaban.

La última pieza del puzzle maquiavélico de Astra era convencer al orondo Decano del gremio de Agricultores y Ganaderos. Obtuso de cuerpo y mente, el hombre fue un desafío pues no era el más avispado de los negociadores, pero incluso él acabó viendo la oportunidad de negocio que le ofrecían los Talebringers con toda esta situación. Y, con todo eso obtenido, las puertas de Kordeth y los secretos de los ukar, estaba a su alcance.

Pero antes de terminar este fragmento de la historia debemos retroceder en el tiempo y viajar en el espacio a Stigmata, al día siguiente de que Orion y Antonia fueran detenidos por los Hermanos de Batalla. Encerrados en los calabozos de la Emperador de los Soles Exhaustos, el Adepto Julius fue el encargado de llevar adelante el interrogatorio de los eskatónicos. Empezando por Orion, quien habían comprobado que no se encontraba poseído por la Oscuridad, pero el eskatónico se negó a compartir mucho de su conocimiento hasta que estuviese en presencia de otra miembro de su Orden, pues lo que iba a revelar también era de importancia para los suyos. 

Que la abadesa Myriam Baskerville se les uniese llevó varios días de pruebas y comprobaciones por parte de los Hermanos de Batalla, que temían hasta donde podía haberse extendido la influencia de la Oscuridad en la Orden de ocultistas. Solo entonces, como previamente había acordado con Antonia, Orion les contó lo que sabía y sus palabras crearon dudas y problemas, pero le hicieron merecedor de la libertad. Eso si, con su empresa, acaso imposible, de liberar a Antonia de la Oscuridad que la atenazaba. Los Hermanos le dieron tiempo para despedirse de su mentora, de su amada, quien mantuvo la apariencia de fuerza hasta que él abandonó el calabozo y pudo derrumbarse a solas frente a la gárgola. Antes de eso, promesas de aguantar y esperar con paciencia, hasta que algo ocurriese que lo cambiase todo, pues así era la vida de Antonia, siempre sujeta a la posibilidad de que el destino, la providencia divina o cualquier otra fuerza acabase interfiriendo de un modo u otro.

Pero antes de abandonar la nave, Orion buscaba algunas respuestas sobre lo ocurrido, entrevistándose primero con Brigilda Mustareuna y después con Seth a través de la radio de la nave. Pero conversar con ambos, poseídos por sus demonios, no trajo las respuestas que el eskatónico buscaba, sino otras a otras preguntas, y sobretodo, nuevas cuestiones. Y la duda, mantenida por todos, de que según todo parecía indicar, era imposible romper el pacto establecido entre un mortal y la Oscuridad. Quizás, Astra Talebringer pudiese tener algunas de las respuestas que Orion buscaba, lo cual le situaba en dirección al encuentro de los demás aquella noche tranquila de Dies Lamentum, en Criticorum. 

Noche de reflexión sobre la pérdida, el sacrificio, y el mensaje purificador del Profeta. Que, por los pecados de los mortales, había entregado su vida para difundir la Luz del Empíreo y todas esas historias que los humanos gustan tanto de inventar. Otra cosa no, pero imaginación tienen en gran cantidad.

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