Paraíso Perdido 7: Los malvados

Como el latido de un corazón bombeando sangre, el bombo marca el ritmo de una noche en la que de nuevo se derramará sangre en las calles de Nueva York. Planes, asaltos, matones... el pecado supura del alcantarillado como una ciénaga ponzoñosa, alimentándose de los más bajos instintos de aquellos para los que todo esto se construyó. Pecados y pecadores, abrazados como amantes infieles, pues al final ¿quienes son los malvados, sino todos nosotros?

A nuestros malvados principales los encontramos reunidos en el puesto de Joe. Sin duda, con tantas visitas al puesto de perritos, le debían estar pagando la universidad a la hija del cocinero. Allí Violet les mostró el trailer del nuevo MMORPG de Ubisoft: la Legión Roja. Y si bien la chica nunca había sido muy gamer, para Aislynn y Cerubiel los paralelismos con lo ocurrido en los Tiempos de las Atrocidades, durante la primera gran guerra y la caída de Sagun. Incluyendo un momento en el trailer en que el mismísimo Lucero del Alba hablaba al jugador desde su avatar animado en tres dimensione, de un detalle y fidelidad que no podía ser casualidad. A más comentaban y comparaban lo que salía en el vídeo, más se convencían que tenía que ser un plan de alguno de los Caídos. Pero el estudio encargado del desarrollo estaba en Montreal y las respuestas requerían viajar hasta allí, algo que ni Adam ni Violet podían hacer: el primero tenía sus nuevas responsabilidades en el estudio de arquitectura, la segunda había sido contactada por su entrenador para retomar los entrenamientos de cara a su participación en breve en una importante regata. 

Así que la joven fue a entrenar con Jed Morris, un hombre bueno, sencillo (por no decir simplón, que queda feo, pero sin duda no era el cuchillo más afilado) que le tenía gran afecto a la deportista. Las sorpresas para el monitor no cesaron, especialmente cuando la muchacha demostró la buena forma física en la que estaba durante la primera parte del entrenamiento. La tragedia casi cae después, cuando sacaron los pequeños veleros para navegar y una tormenta se lanzó sobre ellos sin ser vista hasta demasiado tarde. El mar es traicionero y la nereida estaba demasiado fascinada por las aguas y cuando se dio cuenta, si bien ella mantenía el control del pequeño navío entre las olas picadas, su entrenador estaba teniendo más problemas. Jed jamás sabrá lo cerca que estuvo de morir aquella tarde de septiembre, pues la mar es una dama veleidosa que igual que da, quita. Solo el dominio de los antiguos saberes de Cerubiel permitió calmar pequeñas porciones de las olas y guiar ambos navíos a salvo a puerto. Tras despedirse del entrenador fue a ver a sus hermanos al piso de Aspen, y la escena fue tranquila y afable, pero mientras Violet clamaba porque no se rompiese su vida, a Cerubiel le importaban más otras cosas que aquellas pequeñas ocasiones cotidianas.

De camino al JFK, Jennifer, George y Matt tenían mucho que hablar sobre planes y disposiciones. Pero sería ya sentados en sus asientos del avión, despegando entre las turbulencias de la tormenta, que Behemoth se pondría en contacto con Malakhiel para ver cómo iban sus investigaciones. Mucho se puede decir del poderoso demonio, pero no que sea ni un hombre paciente ni uno tranquilo, y cuando el Arrepentido hizo sentir a su patrón que no tenía ya poder sobre él, este le hizo ver lo equivocado que estaba, pues aunque estuviese en el Infierno poseía el Nombre Verdadero de Malakhiel con el terrible poder que ello implica. Y el dolor de su alma misma fue buen recordatorio de que Behemoth podía estar encerrado en el Infierno, pero sin duda no estaba impotente en la situación actual. Pero quería que investigase las intenciones del patrón infernal de Varadiel, que estaba sentado al lado, y fue al hablarlo con ello (tras cambiar de sitio con un muchacho que iba en el medio, gracias a la rompecorazones de Jennifer) que entró en escena el susodicho al oir su nombre mencionado. Mephisto, sin embargo, era muy distinto a Behemoth y su relación con su peón también lo era, de modo que más allá de preguntar por las intenciones de Behemoth, a Mephisto le interesaba saber cómo iba el plan de extender el terror entre los mortales. Y creía que los medios de comunicación, que en su mente atrapada en el Infierno tenían que ser alguna clase de poder mágico, podían ser clave para extender ese temor entre los humanos. Terminadas esas conversaciones, los tres del avión aún tenían tiempo que matar antes de poder llegar al hotel de Montreal, entre ellas el estado de enfermedad avanzada de la esposa de Adam, a la cual había brevemente avisado por teléfono de que iba a salir de viaje.

Adam había pasado la tarde trabajando en el piso de los Red South, cuando hacia el anochecer vinieron de los miembros corriendo porque habían atacado a uno de los menores que vendía drogas para la banda y le habían robado la mercancía. Iracundos, los pandilleros salieron hacia allí armados con bates y cadenas y encontraron, junto a Adam, que al muchacho le habían dado una buena paliza además de robarle. Y los culpables, como todos esperaban, eran los Gangsta 10. Así que allá fueron a enfrentarse a la otra banda por venganza y cuando Urel mostró su verdadero rostro la mayoría de los pandilleros salieron corriendo y solo uno fue atrapado y mientras el ángel le preguntó quien se había llevado el producto (Fat Joe siendo la respuesta), Rodrigo le estaba dando una paliza con su bate hasta matar al negro. Hubiera ido detrás del resto de la banda de no ser porque, hablando con Jennifer en Montreal a traves de Adam, lograron que se calmase y volviese con la banda al piso a la espera de que su hermana encontrase una solución pacífica y viable.

Y con eso avanzamos hasta la mañana siguiente en que las noticias están ocupadas por un atentado contra una instalación de una empresa farmacéutica al norte de Nueva York. Un ataque terrorista con numerosos muertos que, cuando Matt quiso investigarlo llamando a Graham, encontró que el FBI estaba sobre el caso sin dejar que se metiese la NYPD. Así que Adam se fue a trabajar, pero con una rápida visita a los juzgados para intentar librarse de la sentencia judicial que le impedía ejercer de arquitecto, una visita que no fue muy productiva. Mientras tanto, entre entrenamientos, Violet consiguió hacerse con una beta del MMORPG y lo puso a instalar, pero no pudo sacarse de encima del todo el pesar por la imagen de una mortal muerta que la había perseguido esa noche en pesadillas. Y los demás, en Montreal, estuvieron sorprendidos al entrar en la sede de Ubisoft en la ciudad y ver las figuras tan detalladas y realistas que decoraban el hall. Incluso consiguieron una entrevista con los guionistas principales durante la hora de comer de estos, pues el equipo de guionistas estaba cruncheando como el resto de la empresa, en su caso preparando las primeras expansiones de contenido post-lanzamiento. 

Fue en la tercera planta, de camino a la zona de guionistas, que vieron una estatua de Lucifer en armadura que a los tres trajo antiguos recuerdos. Malakhiel recordó su reticencia cuando el Lucero del Alba le había convencido de que crease la Manzana que habría que dar a Adan y Eva. Varadiel recordó el liderazgo del Primer Caído cuando anunció a los demás diablos que iba a alzarse contra Dios y como todos los integrantes de la Casa (prácticamente, siempre hay alguna excepción) le siguieron sin dudar. Y Aislynn recordó las reuniones de estrategia previas a la toma de Sagun en que sus posiciones pacifistas eran reflejo de las de Nazriel, la líder de su Casa, y el desconcierto y suspicacia que eso había levantado en especial entre los miembros de las Legiones de Hierro y Alabastro. Buenos, malos, viejos recuerdos de tiempos largo tiempo olvidados para todos, que les acompañaron por esos pasillos camino de la reunión con los guionistas. Hablando con ellos fueron viendo la aparente precisión de las cosas que estaban creando, incluyendo a personajes como Aislynn, pero también algunos que deberían aparecer más adelante en la trama como Varadiel (y su historia trágica) y Malakhiel (que sería un enemigo en el juego). Y que la idea original había venido del Director Artístico del juego, Jacques Molie. Lo encontraron saliendo de reuniones con los de marketing, y el artista gráfico les habló de que la idea le había venido en un sueño y que tanto él como otros del equipo habían ido teniendo sueños de lo interesados y motivados que estaban con el proyecto. Tramas, personajes y mecánicas habían llegado así como inspiración y guiado muchos de los distintos elementos del diseño y ejecución del juego. 

Con esta información y preparando ya su regreso a Nueva York, todos los que quisieron recibieron el streaming de Violet que había instalado e iniciado el juego. Era cierto que había algunas licencias artísticas en la historia, pero lo acertado de esta y lo cercano a lo que los demonios recordaban era una locura. Y más cuando se fue adentrando en las mecánicas y fue viendo que los PNJs hablaban como bots pero con libertad, que las misiones surgían ocasionalmente de las interacciones con los mismos en el pueblo inicial y que el juego se alejaba de las mecánicas habituales que los munchkin querían abusar. Junto a otra chica montaron una guild y comenzaron a avanzar hablando con unos y otros, mientras la deportista intentaba llamar la atención en el chat y con los PNJs a esperas de que los logs de lo que decía llegasen a quien fuera que estaba detrás de aquel extraño proyecto. 

Todos de nuevo en la Gran Manzana, aunque no la Manzana Original, la noche cayó sobre ellos y Rodrigo quería sangre de los Gangsta 10. Jennifer consiguió aplacarle pero también, para controlar la situación, pactó con los distintos miembros de la banda, desde los que querían fuerza o una verga enorme, al joven Fernandito que quería el amor de Wendy. Y juntos fueron a buscar una solución pacífica al conflicto, pero encontraron a la otra banda en una cancha de baloncesto, alrededor de Dwayne, un negro enorme que emanaba la presencia sobrenatural de alguna clase. La conversación con aquel brulla que les tomó como chimiche fue tensa, sin duda, entre otras cosas por la cultura de Jennifer y la incultura del vampiro, pues aquello era lo que el pandillero era como identificó Adam. Las charlas pacíficas fracasaron cuando el líder pandillero cargó a velocidad sobrenatural contra las formas apocalípticas de ambos ángeles, y aunque pudo deshacerse sin problema del intento de placaje de Urel, cuando estrelló el bate contra el cuerpo de Aislynn lo único que consiguió fue que este se fracturase. Así que a esa misma velocidad y fuerza sobrehumanas, Dwayne huyó dejando a sus hermanos indefensos e incapaces de evitar colaborar y pagar a los demonios con el dinero que tenían. Pero aquello no era el camino para Rodrigo, aquello no traía miedo ni respeto en las calles, aunque Jennifer pudo hacerle ver que el camino para avanzar y progresar pasaba por otro lado.

Esa noche, mientras Violet exploraba los mundos digitales que recreaban una era perdida y los demás regresaban del encuentro con los pandilleros y el vampiro, el bar Black Orchid fue atacado. Y había sido una masacre. La deportista lo encontró a la mañana siguiente en las noticias, mientras se dirigía a su entrenamiento diario agotada por acostarse demasiado tarde. Mientras ella y Adam trabajaban, Jennifer aprovechó para una visita a la planta de oncología de un caro hospital privado donde conseguir su sugar daddy, aunque ella no lo interpretaba del todo como se supone en el término. Y lo consiguió, a cambio de curarle el cáncer, algo que el heredero no parecía encantado que hubiese ocurrido, obtuvo la promesa de un probable contacto por Thomas Parker si el tratamiento había sido efectivo.

Juntos, después de comer, fueron a investigar el ataque al bar, encontrándolo precintado policialmente. En frente había un 24 horas pakistaní pero aunque el dependiente había estado presente durante el ataque, había querido no ver nada para que no le matasen. Pero les dejó ver las grabaciones de la noche y, de casualidad, en una cámara de refilón se veían los tres coches (muy poco en realidad) y la hora. Y si bien no parecía que hubiese más pistas allí, podían entrar en el bar atacado o conseguir las cámaras del banco que había un poco más abajo. Aunque Violet estaba muy de hacer algo divertido e interesante, a Jennifer le preocupaba mucho que pudiesen ficharla y joderle la vida como le había pasado a ella misma o a Adam. Así que pese a la resistencia de la deportista, fueron al banco, pero las grabaciones de sus cámaras se enviaban a la centralita de seguridad en Manhattan y probablemente ya hubiesen sido incautadas por la policía que estaba investigando el ataque. Así que poco consiguieron allí más allá de otro corazón roto por la latina y una fotopolla que nadie había solicitado.

De camino al bar, mientras las dos chicas discutían sobre si hacer algo o era demasiado peligroso, Adam les recordó que podía colarles dentro sin ser vistos, gracias a sus antiguos Saberes. Así que allá fueron, pero lo cierto era que ninguna de las tres tenía ni idea de cómo investigar una escena del crimen dantesca y brutal como aquella, donde no hacía falta mucho para ver los agujeros de bala y las manchas de sangre por doquier. Pero vieron las cámaras y, después de animarlas Aislynn, estas revelaron que en la oficina era a donde llevaban sus cableados. El ordenador estaba apagado, pero para sorpresa de todos Violet pudo hackear la contraseña ("admin", no es que el dueño se hubiese comido la cabeza) y accedieron a las grabaciones. Y si bien la policía ya había incautado las de la noche de los hechos, estudiando las noches anteriores vieron a la clientela gótica y escasa, y a la vampiresa que se movía entre ellos. En buena medida porque desconocían mucho de lo que se movía en Nueva York y sus sombras, la conclusión de que aquello tenía que ser obra de Damián y su lucha contra los monstruos de la noche les llegó clara y meridiana.

Así que Adam les guió hasta el piso del Legionario de Cristo, pero este no se encontraba allí. Esperaron durante horas y cuando él finalmente regresó y les vio, aceleró con el coche sin querer detenerse. Le persiguieron y sin duda Violet conducía mucho mejor que el carnicero sagrado, y al ponerse a su altura mientras Jennifer le pedía que parase a hablar lo que consiguió fue un disparo de su escopeta. No le hizo mucho daño, en parte gracias al frenazo a tiempo de la conductora, pero fue suficiente para que Adam levantase un muro delante del coche del otro y este se estrellase, aunque no sufrió daños al hacerlo. Un bando y otro tomaron cobertura tras sus coches, y volaron más palabras que balas. Damian estaba, como siempre, enfadado con todos los demonios y monstruos habidos y por haber (el hombre se repite más que un disco rallado) pero estaba sorprendentemente preocupado por la repentina desaparición del Arzobispo. Consiguieron calmarle y confirmaron que él estaba detrás del ataque al Black Orchid, de hecho pensaba que la desaparición del pederasta santo era una venganza de los vampiros por el ataque, y llegaron a cierto entendimiento para quizás cooperar. Ganándose sus dotes gracias a su saber de la añoranza, Cerubiel logró que les contase cómo en su tiempo en un monasterio, había escuchado las palabras de Dios revelando que el prior era un monstruo y cómo lo había destruido por alimentarse de sangre y mancillar los rituales sagrados, antes de tener que escapar del país por el asesinato. Y con el intercambio de teléfonos se abrió la puerta para, quizás, cooperar en encontrar al Arzobispo o en la lucha contra los vampiros, pero solo quizás, pues aquel disco rallado no estaba demasiado dispuesto y veían conspiraciones y maquinaciones hasta en la más brillante de las luces. La paranoia es así.

 

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