Nuestra historia, nuestra música
Así que quieres que te cuente cómo hemos llegado a donde estamos, y que lo haga rápido. Pues ok. Los primeros de los nuestros, los alpha, son como el blues: música de oprimidos, aplastados, que intentaron hacer algo y pagaron por ello. Les siguen los beta, que son como el rock o el punk: rebeldes con causa, pero al final completamente inútiles. Tras ellos les toca a los gamma que son algo así como el rap: denunciaron una situación de injusticia y supieron moverse para acabar bien, especialmente tras la llegada del alien del cielo. Y ahí estamos nosotros, los delta, que somos como el pop: dicen que no tenemos alma, que somos muchos, pero nosotros nos llevamos la fama, la pasta y la gloria. Y que les jodan a los otros.
¿No te basta con este resumen? Pues ok, daré unas pinceladas musicales más.
El blues estaba compuesto por unos pocos millones, dispersos por el planeta, que no sabían de qué iba la movida. Algunos intentaron ayudar, otros no, incluso los hubo que murieron incapaces de controlar sus poderes. Y en plena Guerra Fría, todos eran un problema. Cuánto más trataban de hacer, peor el castigo; así es como murió Artemis a manos del gobierno, o Guardián al intentar evitar un atraco. Al final, el mundo creyó que había acabado con todos nosotros, y se creyó que la tranquilidad había regresado, pero no.
Con el rock llega la rebelión, claro. Ya eran decenas de millones por el planeta, más fuertes que los anteriores, y los gobiernos fueron incapaces de silenciarlo. Así que optaron por controlarnos, por odiarnos, por ponernos leyes y cadenas. Y los nuestros lanzaron una rebelión tras el atentado terrorista de Red Dawn contra las Torres Gemelas; fue un intento global para cambiar las tornas y fracasaron, aplastados por el poder del FBE. La historia dice que fue una traición, que Sentinel y Orchard cambiaron de bando y entregaron a todos los rebeldes a las autoridades. Da igual, sinceramente, es historia polvorienta. Pero tras la Guerra Mundial E, como la llamaron los medios de comunicación, a los nuestros les llegó una situación más jodida que nunca, pues el miedo y el odio a los nuestros estaba muy arraigado. Exhumanos, como nos llamaban, era un riesgo y un problema convertirse en uno, una tragedia para demasiados. Con el establecimiento de organizaciones como el FBE, nos tenían bien atados y controlados. Si tío, fueron tiempos muy oscuros.
Pero la opresión genera resentimiento, así que llegamos al rap. Desde todas las calles del mundo, ya había cientos de millones de oprimidos, más fuertes que nunca. Pero tenían miedo, y se abusaba de ellos, eso es así. De modo que surgió un canto de rebelión, que relataba la opresión y animaba al cambio, y esa canción subió de decibelios cuando Ragnarok inició la lucha contra el sistema, y se concretó en el Estado Libre de California. Sin una revolución sangrienta como la anterior, lograron crear un pequeño espacio donde mostrar al mundo que la coexistencia era posible. Aunque no te equivoques, no es una historia exenta de sangre, no en vano cayeron bombas nucleares en Kinshasha y en Londres lanzadas por los locos de los Templarios; hubo atentados y, finalmente, tras la ejecución de Barack Obama a manos de una loca exhumana llamada Amelia Wade, llegó el Carnaval Sangriento. Pero, tras el momento de empatía mundial, la historia giro de un modo inesperado, se tranquilizó el mundo y finalmente, los raperos firmaron un acuerdo con la mayor de las discográficas. Con el gobierno y las corporaciones, dirás, pero te equivocas: firmaron con el puto Overseer, el alien que nos vigila desde el espacio. Quiere paz, prosperidad y esas cosas, y bajo su mirada las tornas se han invertido y quienes eran oprimidos se han vuelto dominantes.
Y por eso somos el pop, tío. High Ability Humans, nada de exhumanos, somos los más preparados, capaces y poderosos que la humanidad ha tenido jamás. Y somos miles de millones. Gobernamos el mundo, controlamos las grandes corporaciones, los movimientos sociales, las mafias, las religiones... estamos en todos lados. Tener la banda que nos identifica como ascendidos no es ya una putada, como en el pasado, sino un motivo de orgullo, y yo bien que muestro la mía y llevo la cabeza bien alta. Se fuerte, rápido, inteligente, carismático... lo que sea, pero poderoso, y las corporaciones te tirarán los millones y vivirás en la carrectera directa a ser una estrella. Los naturales están abajo, pero ese es el precio que les toca pagar por cómo nos trataron. Karma y esas cosas orientales. Ahora somos dioses y punto.
¿Y para mañana? Pues ni idea, tío. Supongo que si seguimos existiendo toda la humanidad tendrá poderes y nos uniremos a la Unicidad de la que habla el alien. Pero eso a mi ahora no me preocupa. Yo soy todo del ahora, de construir mi sitio y dejar que me llueva el dinero y el poder. De que me miren con envidia, de marcar la moda y guiar el camino. Si somos el pop, yo quiero el título de Michael Jackson: King of Pop. Hell yeah!
¿No te basta con este resumen? Pues ok, daré unas pinceladas musicales más.
El blues estaba compuesto por unos pocos millones, dispersos por el planeta, que no sabían de qué iba la movida. Algunos intentaron ayudar, otros no, incluso los hubo que murieron incapaces de controlar sus poderes. Y en plena Guerra Fría, todos eran un problema. Cuánto más trataban de hacer, peor el castigo; así es como murió Artemis a manos del gobierno, o Guardián al intentar evitar un atraco. Al final, el mundo creyó que había acabado con todos nosotros, y se creyó que la tranquilidad había regresado, pero no.
Con el rock llega la rebelión, claro. Ya eran decenas de millones por el planeta, más fuertes que los anteriores, y los gobiernos fueron incapaces de silenciarlo. Así que optaron por controlarnos, por odiarnos, por ponernos leyes y cadenas. Y los nuestros lanzaron una rebelión tras el atentado terrorista de Red Dawn contra las Torres Gemelas; fue un intento global para cambiar las tornas y fracasaron, aplastados por el poder del FBE. La historia dice que fue una traición, que Sentinel y Orchard cambiaron de bando y entregaron a todos los rebeldes a las autoridades. Da igual, sinceramente, es historia polvorienta. Pero tras la Guerra Mundial E, como la llamaron los medios de comunicación, a los nuestros les llegó una situación más jodida que nunca, pues el miedo y el odio a los nuestros estaba muy arraigado. Exhumanos, como nos llamaban, era un riesgo y un problema convertirse en uno, una tragedia para demasiados. Con el establecimiento de organizaciones como el FBE, nos tenían bien atados y controlados. Si tío, fueron tiempos muy oscuros.
Pero la opresión genera resentimiento, así que llegamos al rap. Desde todas las calles del mundo, ya había cientos de millones de oprimidos, más fuertes que nunca. Pero tenían miedo, y se abusaba de ellos, eso es así. De modo que surgió un canto de rebelión, que relataba la opresión y animaba al cambio, y esa canción subió de decibelios cuando Ragnarok inició la lucha contra el sistema, y se concretó en el Estado Libre de California. Sin una revolución sangrienta como la anterior, lograron crear un pequeño espacio donde mostrar al mundo que la coexistencia era posible. Aunque no te equivoques, no es una historia exenta de sangre, no en vano cayeron bombas nucleares en Kinshasha y en Londres lanzadas por los locos de los Templarios; hubo atentados y, finalmente, tras la ejecución de Barack Obama a manos de una loca exhumana llamada Amelia Wade, llegó el Carnaval Sangriento. Pero, tras el momento de empatía mundial, la historia giro de un modo inesperado, se tranquilizó el mundo y finalmente, los raperos firmaron un acuerdo con la mayor de las discográficas. Con el gobierno y las corporaciones, dirás, pero te equivocas: firmaron con el puto Overseer, el alien que nos vigila desde el espacio. Quiere paz, prosperidad y esas cosas, y bajo su mirada las tornas se han invertido y quienes eran oprimidos se han vuelto dominantes.
Y por eso somos el pop, tío. High Ability Humans, nada de exhumanos, somos los más preparados, capaces y poderosos que la humanidad ha tenido jamás. Y somos miles de millones. Gobernamos el mundo, controlamos las grandes corporaciones, los movimientos sociales, las mafias, las religiones... estamos en todos lados. Tener la banda que nos identifica como ascendidos no es ya una putada, como en el pasado, sino un motivo de orgullo, y yo bien que muestro la mía y llevo la cabeza bien alta. Se fuerte, rápido, inteligente, carismático... lo que sea, pero poderoso, y las corporaciones te tirarán los millones y vivirás en la carrectera directa a ser una estrella. Los naturales están abajo, pero ese es el precio que les toca pagar por cómo nos trataron. Karma y esas cosas orientales. Ahora somos dioses y punto.
¿Y para mañana? Pues ni idea, tío. Supongo que si seguimos existiendo toda la humanidad tendrá poderes y nos uniremos a la Unicidad de la que habla el alien. Pero eso a mi ahora no me preocupa. Yo soy todo del ahora, de construir mi sitio y dejar que me llueva el dinero y el poder. De que me miren con envidia, de marcar la moda y guiar el camino. Si somos el pop, yo quiero el título de Michael Jackson: King of Pop. Hell yeah!
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