El Demonio Blanco
Ante mi, me
observa sin dar su brazo a torcer, insondable e inalcanzable para un pobre
mortal como yo al que se le acaba el tiempo. Si, en efecto, mañana a esta misma
hora todo habrá terminado. Y yo apenas soy capaz de mirarlo directamente sin
sentir la frustración del fracaso en la boca de mi estómago. ¡Maldita y
endemoniada hoja de papel!
Ah, si, perdona
si sonaba grandilocuente, pero es que mañana tengo que entregar un trabajo
final para una maldita asignatura y no hay manera de conseguir poner una jodida
palabra en el papel. Teoría Sociológica Contemporánea, con un maldito hueso
como profesor además, de ese tipo que mira con lupa todo lo que escribes y le
da igual lo que sea si no pones exactamente lo que él quiere leer. Osea, algo que
diga lo fantástica que es la teoría de lucha de clases de Marx, o lo estúpida
que es la etnometodología. ¡Menuda estupidez!
Pero joder, si
sigo sin ser capaz de superar este bloqueo va a aprobar Rita. Y,
lamentablemente, yo no me llamo así.
Piensa, piensa...
bueno, quizás haya algo en la nevera rico y el paseo me servirá para despejar
la cabeza. ¿Algo sobre el proletariado oprimido? Seguro que eso le gustaría,
¡pero es tan típico! Vale, vale, ya se que se trata de aprobar y no de escribir
un libro novedoso y original, pero me repatea repetir lo que tantos otros han
dicho ya. Solo ser un número más, sin nada propio.
¿Dónde estarán
escondidas las musas cuando se las necesita? Desde luego, no en los estantes
vacíos de mi despensa, ni sobre las salchichas en estado dudoso de la nevera.
No. Ni en el estante del cuarto de baño, ni escondidas tras la esquina del
pasillo o sobre el sofá del salón. Da igual cuánto pasee buscándolas, siguen
evitándome como si llevase la peste.
Y el reloj sigue
avanzando, mientras la jodida página se ríe en mi cara.
Ya se, le hablaré
de lo interesante que es la teoría de Goffman y cómo describe el mundo como si
fuese un teatro. Al fin y al cabo, eso es Teoría Sociológica Contemporánea y no
el maldito Marx. Pero lo odia, seguro que sólo viendo el título ya me pone el
suspenso y me cogerá ojeriza. Con eso no apruebo ni de Erasmus, vamos.
Mierda, justo
cuando creo que empiezo a tener una idea rondando la cabeza, suena el whatsapp
y allá va mi concentración. Todo para ver como mi mejor amigo cuelga una imagen
de un partido de fútbol en el grupo común. Merde, ni siquiera somos del mismo
equipo, y ahora el santo se ha ido mucho más allá del cielo. ¿Era algo sobre
Veblen? No, no, algo sobre... ah, a la mierda. A este paso no doy hecho nada
decente para mañana ni pasado ni dentro de un millón de años.
Tic, tac, tic,
tac... ¡no te jode! ¿Quizás alguien haya colgado algo
gracioso en Facebook que no haya visto aún? Podría servirme para limpiar la
mente, si, seguro. Con eso volvería con ideas nuevas y renovadas... Nada, ni un
sólo comentario nuevo desde hace diez minutos que miré la última vez. Ni
siquiera una maldita imagen de gatitos o un meme gualtrapa hecho en Paint. ¡Ni
en el Informer han subido ninguna nueva trolleada o una aburrida petición de
apuntes!
Así no vamos a ningún
lado, normal que España se hunda. Ni escribo, ni me entretengo, ni apruebo, ni
nada. Vaya mierda, y este es aún el primero de los trabajos de este
cuatrimestre. Mañana tendría que ponerme con el de Estructura Social, o el de
feminismo... o, mierda, ¡ni siquiera tengo las explicaciones de qué hay que
entregar para demografía!
Joder, pues algo
tengo que hacer. Necesito sacarme este curro de encima, como sea.
Y entonces, por
arte de magia, fruto de la frustración, el miedo y la impotencia, una primera
palabra aparece en el papel. Y a este la sigue una segunda y una tercera,
¡hasta casi toda una frase! Y sólo entonces me paro a leer lo que estoy
escribiendo:
"La lucha
de clases es el motor de la historia, como Marx acertadamente supo retratar en
su certero análisis..."
¡Joder! ¡Mierda!
¿Qué hacer?
¡A tomar por
culo! Vale, lo admito, me rindo, ¡que sea como quieras! La misma mierda que la
de todos los demás, que le den a la originalidad y a decir algo interesante. Me
basta con aprobar esta jodida asignatura y aceptar que me valoro a mi mismo por
encima de mis posibilidades reales. Ya tendré tiempo de ser original cuando
termine y tenga trabajo en el mundo real.
O, al menos, eso
me digo a mi mismo mientras prostituyo mis conocimientos, entregados con mi
autoestima al altar insaciable del imbatible demonio blanco; como una virgen
pura lista para ser devorada brutalmente.
Este relato es el segundo ejercicio del curso, y trataba de escribir una historia sobre algo cotidiano del entorno universitario. Originalmente lo escribí el lunes 27 de este mes, pero no fue hasta el 29 que lo edité y terminé hasta el resultado que aparece aquí.
ResponderEliminarEl comentario original que me envió Sheila:
ResponderEliminarHas sido uno de los que más se han acercado a mi idea de tema, pero como ya te comenté sobre todo mi idea era tantear en ese primer texto de qué pie cojea la gente y cuál es su estilo, por lo que aunque no sea importante igualmente quería decírtelo. Me gusta mucho que hayas utilizado el punto de vista tan curioso de una primera persona que no se dirige a nadie.
A nivel de originalidad está muy bien, me parece real como la vida misma y me gusta tanto el tono de humor como el final derrotista con mensaje.
Creo que en este relato ha habido un par de complicaciones más evidentes, el primero el ortográfico (me refiero a las tildes y sobre todo al pronombre MÍ en este caso), sé que tienes problemas con algunas palabras por el hecho de hablar tantos idiomas (ojalá me pasara lo mismo XD). No sé cómo puedo ayudarte más allá de indicarte varias lecturas al texto para ver si los ves, pero con lo estricta que soy yo en ese sentido tampoco voy a decirte más.
La segunda es la referente a la manera de narrar con cortes tan pequeños. Sé que te suele gustar hacer relatos largos porque te resulta más cómodo y en éste se nota mucho. En este relato no queda del todo mal, pero creo que te resultaría imposible mantener ese tono durante algunos párrafos más.
Cuidado con el exceso de tacos, parecer real puede convertirse en un chiste.
En general me ha gustado y me ha parecido una lectura muy agradable.
Un comentario anónimo en el blog del taller:
ResponderEliminarAunque se que se han usado para transmitir la sensación del personaje ante la indefensión y el bloqueo me parece que el uso de los tacos es exagerado, sobretodo ante el uso de Maldita y endemoniada hoja de papel! propio de un empollón o un remilgado y despues usar un sonoro "A tomar por culo" mas propio del peor alumno de la clase, es como si fueran dos personajes en la misma cabeza.
Por otro lado el no conocer los autores, teorías o clases me ha dejado algo descolocado, pero bien es cierto que es innecesario ya que se trata de la sensación, algo común a todas las carreras. Por eso la ultima parte, explicando la sensación ante un trabajo que tu mismo sabes que no es bueno pero que tampoco te motiva para hacerlo mejor merece un aplauso.
El comentario de Jose en el blog del taller:
ResponderEliminarQué bueno. Admito que el uso de ese lenguaje tan coloquial me ha dejado descolocado. Pero al ver de lo que realmente trata tu texto, encaja perfectamente. Has sabido plasmar a la perfección el "sufrimiento" de enfrentarse a un trabajo sin motivación, rodeado de pequeñas distracciones.
Enhorabuena, me parece un texto muy completo.