Tiempo de Anatemas 8: Los sueños de los caballos

Con la llegada de la mañana, llega el momento del viaje al poblado del clan Dulguun a resolver el incidente del espíritu convertido en monstruo por los poderes necrománticos de Máscara del Invierno y sus sirvientes. Ya desde las alturas, a lomos de Meng, los exaltados pudieron ver que lo que era el poblado ahora se encontraba apestado de un tufo terrible a muerte, señal de que una shadowland había caído sobre el lugar. Y la sombra del cuervo, una criatura afín y cercana a la muerte, reveló el paradero de los mayores focos de necromancia en el lugar. 

La criatura, como rápidamente identificó Ventura después de tomar tierra, se encontraba moviéndose y gritando nerviosa en uno de los edificios cercanos. Dañados por el combate que días atrás había tenido lugar allí, moverse por el poblado era peligroso, de modo que los solares decidieron que iniciarían el combate derribando el edificio de madera sobre la alta y torturada forma de quien una vez había sido un sencillo espíritu de los caballos salvajes. La batalla siguiente fue temible, mientras Espada Celeste y sus hombres, siguiendo las órdenes de Jun cortaban y soportaban los envites de la criatura, Meng con Ventura maniobraban para inmovilizarla y debilitarla en la medida de lo posible y Synn procedía a identificar los lugares donde era vulnerable. Pero la entidad, con un tamaño y velocidad desmesurados, se movía entre los soldados mortales lanzando a los caballeros Ragara contra paredes y edificios mientras espadas y lanzas hendían sus costados y la derribaban, solo para que se alzase de nuevo una segunda vez, animada por la necromancia que recorría su ser. Solo cuando, tras romper la presa de Meng, la criatura se encaró finalmente con los asaltantes y el acero de Espada Celeste le terminó de cercenar la cabeza. 

Su cuerpo, retorcido por la necromancia, terminó inanimado en el suelo. Pero siendo un espíritu, bien sabía Synn que terminaría volviendo a formarse, pero acaso lo hiciese en su actual forma corrupta. De modo que, con la bendición del sol del mediodía, le dio descanso y purgó la maldad del cadáver, revelando con ello el sello brillante de su frente que la identificaba como Anatema a los ojos de Espada Celeste. Hizo falta fuertes argumentos y que Jun reconociese que él también era un exaltado solar para que el guerrero aceptase que todo estaba bien, que anatemas podía haber de muchas clases y no todos eran malos. Aclarado eso regresaron al poblado del clan Bolor, donde el darga Esen les recibió y agradeció como héroes por la gesta realizada y por restaurar y purificar a su madre.

Mientras los lugareños preparaban el festejo, sobre lomos de Meng los solares viajaron al sur, a donde una vez hubo un cañaveral que ocultaba el laboratorio de Sangriento Poeta del Destierro. Pero en lugar de bambú encontraron una tierra podrida y mancillada. Y en la cueva sellada que una vez fue el laboratorio necromántico encontraron los cuerpos de centenares o miles de personas, desmembrados y robados sus órganos valiosos; y, en la cámara interior, sus cabezas parlantes, sufrientes, en un horror perpetuo de dolor innombrable. Tal maldad era la que estaba extendiendo las shadowlands, corrompiendo la tierra y destruyendo la vida y, con plegarias y voluntad, fue la radiante luz de Synn la que purgó tal maldad de la cueva. Y, posteriormente la forma enorme de Meng destruyó la cueva, ahora vacía, para que nadie pudiese emplearla de nuevo para tan nefastos propósitos.

Sellado el mal pudieron regresar al poblado de los Bolor donde el festejo estaba dispuesto para la cena. Alcohol y comida, risas e historias llenaron la noche hasta la llegada del brindis. Y, cuando Synn tomó la palabra, rápidamente avanzó el plan trazado con Ventura para celebrar el Amor y la Vida después de un periodo tan oscuro como el que la Alianza Marukan había vivido. Pese a la visible incomodidad de Jun, la noche progresó de los alimentos y la bebida al sexo desenfrenado y multitudinario, e incluso el joven Ragara encontró una atractiva compañera con la que pasar la noche. Su férrea disciplina, sin embargo, le llevó a levantarse a la mañana siguiente igual que cualquier otro día para ponerse en rumbo a Nexus, para encontrarse con que tanto Synn como Ventura, mucho más perjudicados, necesitaban algo más de tiempo para reponerse de lo vivido esa noche.

Con el regreso a Nexus, Jun llevó a Synn y a Ventura (disfrazado de líder mercenario) a hablar con su primo Ragara Yu-shi. Habían recibido, a través de los Contables, una misiva del Círculo del Sol Redentor pidiendo ayuda para movilizar al Deliberativo en una dirección, mientras aquellos solares presionaban para intentar que se enviasen las Legiones a Thorns. Durante esa conversación con Ragara Yu-shi, Jun no solo consiguió su compromiso para que la Casa Ragara apoyase los intereses que defendían los otros solares, sino que también se enteró de su plan para retomar Thorns, un buen plan si bien uno a largo plazo. Y obtuvo permisos para representar a su Casa en negociaciones tanto en Lookshy como en Port Calin, si es que decidían dar esos pasos. Más allá, sin embargo, el joven le confesó a su primo su preocupación por las repercusiones que podían tener las acciones de su hermana Helan con el Emisario, encontrándose con que Yu-shi ya había gestionado la situación y parecía contenida. Mientras tanto, Ventura fue espiando a la cohorte de Helan, obteniendo información con la que preparar una serie de documentos falsificados que lentamente fueran debilitando la posición de la joven. 

Es esa noche cuando se separan. Por un lado, Ventura marchó a su taberna, donde poner en marcha su banda personal, la Sombra del Cuervo, garantizando la protección de los negocios cercanos a cambio de ningún pago. Reputación y renombre por un servicio gratuito era una propuesta novedosa pero también peligrosa en una ciudad como Nexus, donde la plata vale más que la vida y el jade más que el destino de naciones.

Jun, tras convencer a su prima Io-dara de que le llevase, se plantó en la recepción de Thalevor, el líder de la ciudad según muchos de los habitantes de Nexus. Con discreción y saber hacer, el joven se movilizó entre los presentes para escuchar conversaciones y consiguió incluso una breve audiencia con el Augusto Consejero del Eclipse en el que defender los intereses de la Casa Ragara y, con ello, maniobrar adelantando a su hermana Helan. Pues, al final, mientras nos alejamos de la Furcia de Piernas Abiertas, es innegable empezar a ver que maquinaciones de exaltados y nomuertos se entrelazan en peligrosos juegos de poder y ambición. No en vano la fiesta termina poco después de la llegada de Sangriento Poeta del Destierro a la misma.

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