Mil años de paz
Mil años de relativa paz nos contemplan, auspiciados por la bendición de Amaterasu-no-kami en los cielos. Diez siglos gobernados por la dinastía Hantei, con sus batutas y guías para garantizar el progreso y la estabilidad del Trono Esmeralda. Cien décadas de diplomacia, de arte, de refinamiento, de cultura, de cortesía y de honor. Mil años donde cada uno sabía su lugar y la importancia del servicio al trono, más allá de los frecuentes choques entre los Clanes y las disputas. Pero los presagios dicen que ese tiempo llega a su final. Los portentos indican la debilidad de la línea de Hantei, el primero de los Kami. Los augurios hablan de un periodo de choques como nunca se ha visto en el Imperio Esmeralda, donde los hermanos se enfrentarán y la oscuridad crecerá sin límites. Las señales están ahí, todos puden verlas, pues el camino a mil años de oscuridad se ha abierto. Los Clanes están débiles. Akodo Arasou, daimyo del Clan León, ha muerto intentando tomar la Ciudad de la Vio