Ejercicio 4: descripción de un objeto cotidiano



En una palabra: Guardiana.

En una frase: El ojo que todo lo ve y que juzga si eres digno o no de que franquee el paso, hosco y voraz del único plato que quiere digerir.

En un párrafo: Su color era dorado, de eso no había duda, aunque luciese infinidad de rallazos y muescas fruto de noches etílicas y visitas poco cuidadosas. Pero si su exterior era de oro, su interior era negro y oscuro, un mecanismo incognoscible que juzgaba la valía de quien estaba ante ella. Digno, no digno, así de sencillos éramos todos a su ojo. No le importaban las razones, no le importaba lo que cargáramos en nuestras almas y nuestras mentes, sólo éramos dignos o indignos. Un mundo de blancos y negros de una claridad meridiana, envidiable para aquellos que tenemos que lidiar con los grises de la vida cotidiana. Y yo, oscuro y desdichado, no era suficiente para que me cediese el paso a los anhelados bienes que guardaba.

Objeto: una cerradura.

Comentarios

  1. El comentario de Sheila:

    La descripción ha estado muy bien, la palabra es clave “guardiana” puesto que la cerradura no deja de ser un guardián de algo más, que normalmente es importante. Además lo has puesto en femenino para que vaya en concordancia con lo que es: una cerradura.

    Quizá la frase que más me descoloca es la última. “Y yo, oscuro y desdichado, no era suficiente para que me cediese el paso a los anhelados bienes que guardaba.” ¿Por qué eres indigno? ¿Quién eres? ¿Acaso eres una llave? De ser así sería femenino. ¿Eres el portador de la misma? Tal vez has sido demasiado subjetivo ahí. No obstante si te sirve estoy siendo más puntillosa de lo normal. Es una buena descripción y te ha quedado bien. Sólo transformaría esa última frase por ser demasiado críptica, si en cambio tu idea es ser críptico la dejaría como está.

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  2. Un comentario anónimo en el blog del taller:

    Estaba a punto de apostar por una mirilla... me alegra haberme equivocado.

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  3. El comentario de Héctor en el blog del taller:

    Una muy buena descripción de una cerradura. Al principio yo también pensaba que se trataba de una mirilla, pero el tema de la digestión del plato no me terminaba de encajar. Me encanta la descripción de los rallazos y las muescas, dan un carácter especial y la dotan de una historia propia.
    Como sugerencia, quizás hubiera hecho alguna mención más a la llave (el tema de la dignidad o indignidad para pasar me desorientó un poquito, aunque cuando ves luego que es una cerradura recupera todo el
    sentido).

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