Edad del Fuego 36: El Dolor de sus Ausencias
Las llanuras de Urth se despliegan ante un joven Lázaro que, con Augustus, viaja por las maravillas del mundo. Desde las pirámides de la antigua ciudad de Cairo a los palacios de Petersburgo, la catedral grandilocuente de París, la estatua en cruz de Rio, los rostros en piedra de la montaña, los templos rojos y negros de las cumbres cercanas a Kyoto. Y finalmente al augusto palacio, cuya historia olvidada por el tiempo no recuerda el nombre de Taj Mahal. Y allí pregunta por su origen el joven, recién ordenado, y Augustus le cuenta que nadie lo recuerda pero él cree que era una historia de amor, como la de San Cardano por Amorita, como la del Pancreator por toda su creación. Una de las infinitas muestras de su amor que se espande desde las estrellas a todos los mundos que giran en torno a ellas, y quizás aquella luz sobre ellos sea Sutek, o Pentateuch, o tal vez el mágico y misterioso Gwynneth, o el glorioso Byzantium Secundus, o el gris desértico de Nowhere. Y un día, ambos juntos reco...