La Edad del Fuego 11: Los verdaderos monstruos
La llegada a la lluviosa capital del Imperio llevó a la separación de la comitiva, cada uno con destino a distintos alojamientos. Kamina fue a reunirse con los Voceros del Pueblo pues extrañas nuevas de cambios llegaban desde Aragon. Yrina y Macarena fueron con Astra a ser alojadas con los Talebringers, y mientras se adaptaban a su nuevo entorno, dejaron espacio a que la hija hablase con el padre. Y Seth, que una vez lo supo todo de lo que ocurría en el Imperio, no sabía que su querida Salandra estaba retenida por los Decados. Su brote de ira, como se temía en su momento la Princesa Hazat fue repentino, pero Astra logró tranquilizarle. Y aprender de él algunas de las cosas que ocurrían en el Imperio, antes de acompañarle a conocer a Yrina y Macarena en la sala de te. Fue con ellas con las que compartió algunas cosas, como el hecho de que uno de los Maestres de la Compañía del Fénix, el noble Gawain von Gwynneth, estaba interesado en el monstruo que las dos guerreras querían cazar. E in