Cuatro Balas para Medianoche
Se aproximaban ocho, pero probablemente hubiera más en la floresta. Unos cuantos arcos, hachas y espadas, cubiertos con escudos de madera y pintura de guerra. Un ejército primitivo y sucio para enfrentárseme, pero yo no tenía muchas opciones. Tras la pequeña cobertura de madera, sabía que sólo me quedaban cuatro balas en el revolver.