Tiempo de Anatemas 3: El Segundo Aliento
El sol es todo lo que se puede ver, hasta que lentamente la luna se desplaza como en un antiguo baile de cortejo hasta colocarse frente a él. Y el sol es transformado en un perfecto anillo de fuego que abraza con el cariño de antiguos amantes a la perfecta oscuridad que engloba en su interior. Nos adentramos en la oscuridad hasta que, al retirarnos de ella nos encontramos en un salón circular cuyo suelo de mármol negro con un anillo de oro reproduce el mismo eclipse del exterior. Una treintena de desconocidos se encuentran en ese salón, llamados y convocados, bajo las normas de cortesía y etiqueta. Y una voz resuena desde lo alto, clara, potente, innegable: Con el Amanecer, nuestra fuerza hizo posible lo imposible Al Mediodía, la lealtad forjó un Reino, nuestro Reino Al Atardecer, la corrupción tejió una traición, vuestra traición y con la Noche, la Creación fue indigna y quedó para las sombras. Veremos si una Redención puede traer un nuevo Amanecer. El funcionariado celestial ...